domingo, 7 de abril de 2024

Diario de Viaje: Peñafiel (Febrero de 2023)

 Pues casi sin reponernos del viaje navideño a Portugal tocó otro gran viaje. Mi mujer tuvo que ir a un curso a Santander y yo hacía décadas que había visitado Cantabria, así que el plan era subir para rescatarla, visitar un poquito y volvernos en coche.

Una de las paradas programadas que hice fue Peñafiel, en la provincia de Valladolid. Así que subí por la A1 y a cierta altura tocó desviarse. Creía que iba a ser más fácil pero fui adelantado por varias patrullas de la Guardia Civil y, quizás por un accidente, me desviaron por un pueblo. Por suerte pude parar y reencauzar para llegar a una estación de servicio.

El problema era que iba con la perra y tuve que hacer varias visitas sin ella al baño y a la tienda. Pobre bicha, aunque no estuvo más de diez minutos sola. Aparqué al lado de la famosa bodega Protos, ya que esta zona es el centro de la famosa denominación de origen Ribera del Duero, por lo que entiendo. Ya para descansar algo empezamos a caminar hasta llegar a los pies del blanco e imponente castillo. Domina en perfecta línea recta el monte y su terminación con formas redondeadas me gustó mucho.

Tras bajar un poco y quedarme en un parque para gestionar la hora de llegada al hotel callejeé un poco. Una lástima que para no perder mucho tiempo y llegar tardísimo tuve que prescindir de visitar los cosos, esas plazas cuadradas de albero con edificios antiguos porticados. Llegué al ayuntamiento y de ahí a la plaza de la Judería para ver algo de vegetación. Eso sí, pasé varias veces por la Torre del Reloj, donde puedes ver los encajes de las vigas.

Atravesar por más carreteras secundarias me hizo pasar por los viñedos y por zonas de tierra muy blanca, como caliza, además de otros pueblecitos donde el castillo era más grande que su casco urbano. Esta zona es muy atractiva.

viernes, 5 de abril de 2024

Diario de Viaje: Toro (Enero de 2023)

 Tras nuestra aventura portuguesa entramos por primera vez en el año a España. Como salimos muy al norte convenía hacer una parada para recorrer la zona y Zamora ya estaba recorrida hace unos años, antes de la pandemia. La siguiente candidata, por supuesto, era Toro.

Como esta ciudad tuvo mucha relevancia histórica sentía interés en recorrerla y me la imaginaba más grande, la verdad. Pero eso no quiere decir que fuese fea, todo lo contrario. Empezamos nuestro paseo por la Puerta Corredera, que da entrada a una calle con algunas casas con las típicas vigas de madera. Es una calle muy transitada y hay que tener cuidado con el tráfico. Al poco llegas a la plaza de Santa Marina, coronada por la Torre del Reloj que tiene una entrada en su parte baja al casco histórico. Es muy pintoresca la torre y te deja en una calle estrecha, por lo que se hace más imponente. Recorres el lugar con varias tiendas hasta llegar a la Plaza Mayor con el ayuntamiento y numerosos edificios porticado y con vigas. El entorno te remonta a épocas medievales.

Caminando un poco más llegas la colegiata de Santa María la Mayor, que impone mucho porque la ves compacta y elevada, con su pequeño rosetón. Algo de lluvia nos impidió observarla con todo detalle pero es algo digno de visitar junto a las vistas panorámicas de la verde vega surcada por el Duero. El alcázar no está muy lejos y parece soso desde fuera pero eso quiere decir que estaba bien fortificado.

Callejeamos algo más y vimos el peor aparcamiento de la historia: iba marcha atrás y a todas luces se iba a comer al coche de al lado, cosa que efectivamente hizo. Lo dejó bastante desarmado. Caminamos algo más hasta llegar al Palacio de las Leyes y ver edificios emblemáticos con las típicas puertas redondeadas. De ahí hasta una estación de servicio cercana, que es donde habíamos aparcado.

martes, 26 de marzo de 2024

Diario de Viaje: Vilarinho en Espinhosela (Enero de 2023)

 A la tarde algo se despejó la niebla, aunque no del todo. Sin embargo nos envalentonamos y pusimos dirección hacia el parque de Montesinho. Si bien no es muy extenso y es más seco y menos abrupto que en la parte del litoral, tiene unos rincones espectaculares llenos de lomas arboladas y arroyos caudalosos.

Paramos cerca de Vilarinho y pronto nos dieron la bienvenida ciervos y la perra se puso a correr tras ellos. Algo caminamos por la aldea de casas con pórticos y balcones de madera y casi todas convertidas en casas rurales. Llegamos hasta la ermita de Santo Amaro y nos metimos en zona boscosa y con vegetación típica de matorral. Todo ello envuelto en un silencio enorme y reparador.

No pudimos hacer un recorrido circular por las torronteras que cortaban el camino y otras alternativas las descartamos porque había que pasar por una zona con perros de malas pulgas (hacía años que no nos veíamos en un brete tan complicado). Y cerca del merendero dimos un par de vueltas para ver cómo había muchos más senderos que conectaban barrios y aldeas de la freguesía. Desde aquí no queda tan lejos La Puebla de Sanabria, otro lugar hermoso y quizás nos acerquemos en un futuro para patear aún más este hermoso rincón.

lunes, 25 de marzo de 2024

Diario de Viaje: Bragança/Braganza (Enero de 2023)

No me habían hablado bien de la ciudad porque es pequeña y no tiene la atracción de las ciudades del litoral atlántico, pero me gustó bastante aunque mucho no pudimos ver en todo su esplendor por la ubicua niebla densa que atenazaba todo paisaje. Eso sí, en algunos momentos daba tintes muy épicos.

El hotel bastante bien aunque algo anticuado y lejos del centro pero nos permitía movernos con amplitud. El primer punto del paseo fue hacia la catedral, bastante nueva y me decepcionó algo. Pero bueno, estábamos alejados del centro y mientras más nos acercábamos mejoraba el ambiente. Llegamos hasta el recodo del río Fervança con sus parquecitos y de ahí a la Praça Camões con su pista de patinaje navideño y edificios blancos, destacando la torre de la vieja catedral.

Caminamos hasta las murallas del castillo, que encierra la población vieja y paseamos bastante aunque fuese pequeño porque las casitas blancas y la niebla, junto a que a esa hora no había mucho movimiento, dejaban una atmósfera de ensueño. Lo que más me sorprendió no fue el pequeño castillo, sino el domus municipalis, con su acabado románico y sus pequeñas ventanas que dejaban entrar una fuerte luz blanquecina en el lugar. Fue bastante bonito el momento y me hizo pensar en la gente reuniéndose hace muchos siglos y debatiendo los pormenores de una plaza fuerte fronteriza.

Hicimos la ronda por parte de la muralla y también recorrimos el verde campo que bordea a la muralla. Bastante bonito, la verdad. Una pena no haber podido ver ningún paisaje sobre la muralla.

Llegando al hotel nos paramos para comprar comida para llevar. Feijoada fue la elección y nos hartamos de comer. Por un precio muy asequible tuvimos para almuerzo y cena. Bestial.

lunes, 18 de marzo de 2024

Diario de Viaje: Vieira do Minho (Enero de 2023)

 De camino a Braganza decidimos tirar por carreteras secundarias para acercarnos a la autovía en un lugar más oriental. Retroceder hasta Oporto de nuevo no estaba en nuestros planes. Tampoco queríamos llegar tarde y por si las moscas paramos en Vieira do Minho para repostar y comprar comida. Nos quedamos a las afueras y no pudimos disfrutar de muchos detalles. Ya se sabe que los arrabales de cualquier pueblo que tiene polígonos industriales se parecen mucho entre sí.

Eso sí, los caminos que rodeaban otro embalse, el de Ermal, tenían muchos pueblos pequeños y de piedra, muy bonitos y evocadores. Los bosques caducos y llenos los troncos de líquenes daban un aspecto de cuento de hadas. Es zona montañosa y vas llegando hasta la autovía (fallé en el desvío y fuimos sentido Oporto un rato hasta encontrar una salida). Y cerca de Braganza la niebla y la noche lo invadieron todo.

domingo, 17 de marzo de 2024

Diario de Viaje: Vilar da Veiga en Terras de Bouro (Enero de 2023)

 Bajando de Ermida llegas a bordear el río Cávado, que queda configurado como un embalse. Hay desperdigadas pequeñas casitas, seguramente atentas para la temporada estival. Aparcamos en el camino de vuelta y nos quedamos admirando los montes frondosos que rodean al embalse y con el sol en cierto ángulo que generaba bonitos destellos en el agua. Como no había mucha gente la paz rodeaba todos los rincones.

sábado, 16 de marzo de 2024

Diario de Viaje: Ermida en Vilar da Veiga (Enero de 2023)

 Ya de camino al interior de Portugal decidimos dar un buen rodeo y acercarnos a la frontera norte para pasear por el parque nacional de Peneda-Gerês, una joya verde del norte del país. Si bien fuimos por carreteras secundarias el último tramo para llegar a Ermida fue por una carretera sinuosa muy estrecha y nos sorprendió encontrar el derrumbamiento de una gran piedra que dobló el asfalto como si fuera dulce de leche.

Ermida es muy pequeñita y el silencio entre sus casas de piedra nos sobrecoge. Las vistas al valle son increíbles, nos quedamos un largo rato mirando y después, tras la caminata, nos quedamos almorzando en el mirador para ver tal hermosura. La aldea queda en una ladera y se pueden ver al fondo bosques más densos y salpicado por todo rincón viñedos y casitas.

Empezamos a seguir una ruta que nos llevó por zonas boscosas hasta desembocar en una carretera que te dejaba cerca de la cascada de Fecha de Barjas, donde se encuentran dos arroyos en una combinación larga de caídas de agua hasta una principal. Muy bonito, la verdad.

La vuelta nos acercó a un lugar de matorral y, para sorpresa nuestra, seguimos el sendero que hacía tiempo que nadie había hecho. Se notaba el camino pero la vegetación había cerrado casi todo el ascenso y fue bastante difícil y lleno de arañazos. Por suerte llegamos de nuevo a Ermida y pudimos recorrer por otro lado la aldea y disfrutar de sus detalles.

Diario de Viaje: Peñafiel (Febrero de 2023)

 Pues casi sin reponernos del viaje navideño a Portugal tocó otro gran viaje. Mi mujer tuvo que ir a un curso a Santander y yo hacía décadas...