viernes, 22 de agosto de 2014

Ningún fanatismo hace bien

Como siempre, hay que aclarar. Sí, respeto a los animales y se les debe proteger de gente desalmada. No me gusta la tauromaquia y las leyes deben ser severas. No, personalmente no me gusta tener mascota, pero entiendo que haya gente que sí le guste. Ambas opciones son respetables, ¿no?

Tras estos mínimos quiero hablar un poco de algunos conocidos que llevan su amor por los animales más allá de lo que creo aconsejable. Es mi opinión, ¿vale? Pero es que algunos llegan a un punto que prefieren sufrir el drama de un perrito abandonado que las masacres a humanos que se están llevando en Oriente Medio. Mucha obsesión en un único tema, sea cual sea, no es bueno. Se puede tener una afición, una predilección, un especial cariño por algo, pero si eso se convierte en lo único y se desprecia a quien opine de otra manera ya deja de ser un amor sano. Es más, puedo repudiar la tortura de animales sin que tengas que mostrarme escenas explícitas de tal tortura. ¿A qué ese morbo? ¿Ya en esta sociedad solo vale lo gráfico? ¿Que den testimonio gente y organizaciones serias ya no es suficiente? Y esto vale para cualquier especie, incluida la humana.

Temo por los colectivos que hacen causa común para tomarse la ley en su nombre y, escudándose en el bonito manto de salvar a animales indefensos, se saltan todo. Si crees que hay maltrato, pues denuncia. Los cauces ya están y en sociedad hay que respetarlos (que no quita que se pueda ayudar o incluso criticarlos para su mejora). Pero habrá que dejar hacer. Eso de entrar a las bravas en una casa ajena y llegar a agredir a sus inquilinos por tal de salvar un animal se escapa de mi comprensión. Y más cuando las quejas del animal eran por una enfermedad terminal de la que no se podía salvar (y las dueñas eligieron compartir los últimos días en casa todos juntos, nada de adelantarle la muerte). En vez de denunciar y aclarar todo, se lío bastante por infundir un bulo que fue aceptado por todos sin más. Nada de contrastar. Viva la presunción de culpabilidad. Después, que no se digan demócratas en la vida política, pues negar la inocencia de alguien sin pasar por juicio es más dictatorial que democrático. Eso de compartir fotos de personas por si acaso. ¿Y si es una broma o una acción dañina hacia esa persona por alguien que quiere hacerle mal? Por si acaso se le puede matar, ya que estamos. Y si al final era todo un ataque orquestado que no nos hagan nada, que lo iniciamos de buena fe.

Y como siempre, hay algunos que en vez de cuidar a los animales equiparándolos en derechos con los humanos, rebajan a los humanos al nivel de los animales. En ambos casos hay igualdad, pero la primera tiene consecuencias más positivas que la segunda. ¡Negar la condición de ser humano! ¡Como los fascismos de la primera mitad del siglo XX! Es más, los programas televisivos sobre mascotas indican que tratar a un animal como un humano (tratar, lo de antes era considerar en derechos) les hace mal en última instancia. Y cuando hablan que importa poco que los humanos mueran y si es con sufrimiento, mejor que mejor, me sigue haciendo temblar. ¿Qué llegarían a ser capaces si tuviesen poder sobre ti? No quiero pensarlo. Mejor me gusta pensar que la inmensa mayoría de los amantes de los animales son personas tranquilas, con criterio y límites marcados que bien conocen. Como siempre, los fanatismos, de cualquier cosa, nunca fueron buenos.

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