Era una noche de invierno, muy fría, por cierto. Joaquín
se levanta bastante malherido. No sabe nada de lo que acaba de ocurrir, ni
siquiera dónde está ni por qué. Nerviosamente busca entre sus ropas algo que le
pueda aclarar algo y saca a la débil luz de las farolas una pistola y un naipe:
una sota de copas. Sintiendo un dolor agudo en la espalda abandona el puente
sobre la vía del tren e intenta encontrar a alguien que le ayude. Las primeras
personas que encuentra rehúsan de prestarle socorro pero le indican la
localización del centro médico y decide acudir presurosamente hacia el lugar
indicado para que curen sus heridas. Penosamente llega a un lugar cercano al
centro, pero cae desmayado. Afortunadamente, es recogido por Alejandro y Juan,
que parecen reconocerlo y lo llevan al centro.
Allí Joaquín recupera la consciencia y pregunta cómo
llegó hasta el centro. Alejandro y Juan le comentan que son amigos suyos y que
han recibido órdenes de su jefe para asegurarse de que pueda volver al centro de
operaciones sano y salvo. Alejandro se niega a seguir dando más detalles, pues
desconfía del compañero de habitación, David, un antiguo boxeador que fue
agredido en una pelea callejera. David no posee trabajo, por lo que decide
unirse a los tres personajes para así vivir una buena aventura.
Una vez recuperados salen del centro médico. A la salida
se encuentra José, un detective privado que ha visto todo lo sucedido y se
siente interesado por el caso. Tras presentarse descubre José que dos de ellos
no poseen trabajo (Joaquín y David) y los otros dos parecen entrenados en el
manejo de armas, por lo que decide contratarlos para su próximo caso. El caso en
principio parece sencillo, pero José cree que será necesaria toda la ayuda
posible, puesto que el encargo viene de una persona muy poderosa que duda de la
fidelidad de su mujer. Juan no ve bien el plan propuesto, por lo que decide
desvincularse al grupo. El resto se dirige a la calle Miguel de Cervantes, donde
se encuentra la casa de la mujer. David consigue abrir la puerta y entra junto a
José, para buscar alguna pista sobre el paradero del presunto amante.
Entre tanta oscuridad logran encontrar una pista: es una
tarjeta de visita y los emplaza a unas oficinas de la calle Hierro. Presurosos
van hacia la localización exacta y allí encuentran a Juan que intenta escalar la
pared para entrar. No encuentra excusa para aclarar cómo ha sabido todo esto,
por lo que Alejandro le recrimina su actitud. Joaquín se decide a entrar solo y
ve que todo está abandonado, excepto por un viejo ordenador. Increíblemente
posee suficientes conocimientos informáticos para encontrar lo que busca. Es un
documento en el que pone: "Maldito ucraniano, ese doctor creía que nos había
engañado por completo. Se creía que después de desarrollar para nosotros ese
virus mortal con el contacto con el aire iba a poder esconderlo en un sitio
seguro para evitar que cayese en nuestras manos. Por tres años consiguió su
objetivo, pero lo tenemos ya, sabemos su localización y que desarrolló un
remedio para transportarlo de manera inocua en el torrente sanguíneo. El
receptor fue codificado en un naipe, pero creo que eso ya lo sabes, ya que tu
misión es acabar con el que ahora tiene la carta."
Joaquín entonces sale de la oficina y decide dirigirse a
la biblioteca. Pero son sorprendidos por una lluvia de balas. En el tiroteo
David cae herido de muerte, momento que aprovecha el agresor para escapar.
Alejandro y José quieren perseguirlo, pero Juan se lo impide. Tras una breve
discusión van todos a la biblioteca y Joaquín descubre en una enciclopedia sobre
naipes una pista importante: "Al lado opuesto verás que al principio y al final
está la clave, con el centro delpaís ocupado por 51 romados." El naipe ponía en
el reverso NITRATO ESPAÑA H5. José sugiere que H5 debe ser una coordenada de un
mapa, por lo que descubren que deben ir hacia la calle Reyes Católicos. Por el
camino Alejandro y Juan se descubren como seguidores del agresor que mató a
David, por lo que da comienzo a un combate, en el que a duras penas sobreviven
José y Joaquín.
Tras el incidente descubren que "51 romanos" significa el
51 en números romanos: LI. Casi al final del trayecto se dan cuenta que el
principio y final son las letras primera y última: N, O, E y A. Por
consiguiente, como LI debe estar en el centro del país sale NOELIA, es decir, la
persona que tiene inoculado el virus. Como estaban resolviendo el enigma noven
que el agresor ha pasado con el coche hacia el mismo punto. Oyen gritos de
muchacha, por lo que se apresuran y evitan el secuestro de Noelia. El agresor
entonces escapa en helicóptero, dejando a un francotirador para que acabe con
ellos. Evitando al máximo que fuese herida Noelia para no liberar el virus,
acaban con el francotirador.