Pues sí, tanto el PP como el PSOE tienen un número inmenso de cadáveres en sus alacenas. Son partidos de bastantes años, bien engrasados, con unas bases muy fuertes y una jerarquía clara y directa. Fueron, son y serán caldos de cultivo de la corrupción. Por supuesto, no están solos, hay más partidos con culpables y si no que se lo digan a los del PNV...
Quizás tanto tiempo con poder terminas haciéndote corrupto. No creo que todo el mundo que se afilie de joven sea una máquina de maldad. Más bien que muchos ven una oportunidad de enriquecerse y enquistarse en un sillón, disfrutando del poder. Y que los mecanismos de ascenso de los partidos políticos promueven a esta gentuza, cribando a los que tienen buenos ideales. Al menos, desde fuera, parece eso.
Francisco Correa, el empresario que está en el ojo del huracán. Contratos irregulares con empresas. El caso Bárcenas que descubre la financiación oculta del PP. El comisario Villarejo. Es normal que haya sido condenado el Partido Popular como sujeto jurídico, es que estaba todo podrido. Y si no, que miren en la comunidad de Madrid.
Por otro lado, si nos fijamos en Andalucía, está el caso ERE, que ha afectado a dos expresidentes de la Junta: Chaves y Griñán. Como si fuera poco. Ayudas fraudulentas a empresas, falsas prejubilaciones y el caso Mercasevilla dejan una mancha bien oscura en el PSOE andaluz, una marca que tardará mucho tiempo en borrarse. Es lo que tiene llevar tantos años en el poder, que te enquistas y empiezas a retorcer el funcionamiento de las instituciones para convertirte en imprescindible. Te crees dueño del solar.
Grandes partidos, sindicatos de peso... no se libra nadie de esta lacra. Pero lo peor no es esto, ya que tarde o temprano los corruptos van a parar ante la Justicia. Lo peor es la gente que los disculpa, que los exime. Que si los del otro partido roban más, que si no se lucraban ellos y que era para beneficiar causas justas, que si esto se ha hecho siempre, etc. Parece que si te roban eso es malo o bueno dependiendo de quién lo ha hecho. Y no. El fin no justifica los medios. No, no lucrarse no es atenuante de usar fraudulentamente las instituciones, degradándolas en el proceso, para asegurarte fidelidad. No, la cantidad robada no ha de ser comparada con otras cantidades, es delito y punto. Mientras haya gente disculpando, haya gente que vea motas en el ojo ajeno y no vigas en el propio, la política seguirá en entredicho y la corrupción volverá a campar a sus anchas más pronto que tarde.
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