martes, 26 de marzo de 2024

Diario de Viaje: Vilarinho en Espinhosela (Enero de 2023)

 A la tarde algo se despejó la niebla, aunque no del todo. Sin embargo nos envalentonamos y pusimos dirección hacia el parque de Montesinho. Si bien no es muy extenso y es más seco y menos abrupto que en la parte del litoral, tiene unos rincones espectaculares llenos de lomas arboladas y arroyos caudalosos.

Paramos cerca de Vilarinho y pronto nos dieron la bienvenida ciervos y la perra se puso a correr tras ellos. Algo caminamos por la aldea de casas con pórticos y balcones de madera y casi todas convertidas en casas rurales. Llegamos hasta la ermita de Santo Amaro y nos metimos en zona boscosa y con vegetación típica de matorral. Todo ello envuelto en un silencio enorme y reparador.

No pudimos hacer un recorrido circular por las torronteras que cortaban el camino y otras alternativas las descartamos porque había que pasar por una zona con perros de malas pulgas (hacía años que no nos veíamos en un brete tan complicado). Y cerca del merendero dimos un par de vueltas para ver cómo había muchos más senderos que conectaban barrios y aldeas de la freguesía. Desde aquí no queda tan lejos La Puebla de Sanabria, otro lugar hermoso y quizás nos acerquemos en un futuro para patear aún más este hermoso rincón.

lunes, 25 de marzo de 2024

Diario de Viaje: Bragança/Braganza (Enero de 2023)

No me habían hablado bien de la ciudad porque es pequeña y no tiene la atracción de las ciudades del litoral atlántico, pero me gustó bastante aunque mucho no pudimos ver en todo su esplendor por la ubicua niebla densa que atenazaba todo paisaje. Eso sí, en algunos momentos daba tintes muy épicos.

El hotel bastante bien aunque algo anticuado y lejos del centro pero nos permitía movernos con amplitud. El primer punto del paseo fue hacia la catedral, bastante nueva y me decepcionó algo. Pero bueno, estábamos alejados del centro y mientras más nos acercábamos mejoraba el ambiente. Llegamos hasta el recodo del río Fervança con sus parquecitos y de ahí a la Praça Camões con su pista de patinaje navideño y edificios blancos, destacando la torre de la vieja catedral.

Caminamos hasta las murallas del castillo, que encierra la población vieja y paseamos bastante aunque fuese pequeño porque las casitas blancas y la niebla, junto a que a esa hora no había mucho movimiento, dejaban una atmósfera de ensueño. Lo que más me sorprendió no fue el pequeño castillo, sino el domus municipalis, con su acabado románico y sus pequeñas ventanas que dejaban entrar una fuerte luz blanquecina en el lugar. Fue bastante bonito el momento y me hizo pensar en la gente reuniéndose hace muchos siglos y debatiendo los pormenores de una plaza fuerte fronteriza.

Hicimos la ronda por parte de la muralla y también recorrimos el verde campo que bordea a la muralla. Bastante bonito, la verdad. Una pena no haber podido ver ningún paisaje sobre la muralla.

Llegando al hotel nos paramos para comprar comida para llevar. Feijoada fue la elección y nos hartamos de comer. Por un precio muy asequible tuvimos para almuerzo y cena. Bestial.

lunes, 18 de marzo de 2024

Diario de Viaje: Vieira do Minho (Enero de 2023)

 De camino a Braganza decidimos tirar por carreteras secundarias para acercarnos a la autovía en un lugar más oriental. Retroceder hasta Oporto de nuevo no estaba en nuestros planes. Tampoco queríamos llegar tarde y por si las moscas paramos en Vieira do Minho para repostar y comprar comida. Nos quedamos a las afueras y no pudimos disfrutar de muchos detalles. Ya se sabe que los arrabales de cualquier pueblo que tiene polígonos industriales se parecen mucho entre sí.

Eso sí, los caminos que rodeaban otro embalse, el de Ermal, tenían muchos pueblos pequeños y de piedra, muy bonitos y evocadores. Los bosques caducos y llenos los troncos de líquenes daban un aspecto de cuento de hadas. Es zona montañosa y vas llegando hasta la autovía (fallé en el desvío y fuimos sentido Oporto un rato hasta encontrar una salida). Y cerca de Braganza la niebla y la noche lo invadieron todo.

domingo, 17 de marzo de 2024

Diario de Viaje: Vilar da Veiga en Terras de Bouro (Enero de 2023)

 Bajando de Ermida llegas a bordear el río Cávado, que queda configurado como un embalse. Hay desperdigadas pequeñas casitas, seguramente atentas para la temporada estival. Aparcamos en el camino de vuelta y nos quedamos admirando los montes frondosos que rodean al embalse y con el sol en cierto ángulo que generaba bonitos destellos en el agua. Como no había mucha gente la paz rodeaba todos los rincones.

sábado, 16 de marzo de 2024

Diario de Viaje: Ermida en Vilar da Veiga (Enero de 2023)

 Ya de camino al interior de Portugal decidimos dar un buen rodeo y acercarnos a la frontera norte para pasear por el parque nacional de Peneda-Gerês, una joya verde del norte del país. Si bien fuimos por carreteras secundarias el último tramo para llegar a Ermida fue por una carretera sinuosa muy estrecha y nos sorprendió encontrar el derrumbamiento de una gran piedra que dobló el asfalto como si fuera dulce de leche.

Ermida es muy pequeñita y el silencio entre sus casas de piedra nos sobrecoge. Las vistas al valle son increíbles, nos quedamos un largo rato mirando y después, tras la caminata, nos quedamos almorzando en el mirador para ver tal hermosura. La aldea queda en una ladera y se pueden ver al fondo bosques más densos y salpicado por todo rincón viñedos y casitas.

Empezamos a seguir una ruta que nos llevó por zonas boscosas hasta desembocar en una carretera que te dejaba cerca de la cascada de Fecha de Barjas, donde se encuentran dos arroyos en una combinación larga de caídas de agua hasta una principal. Muy bonito, la verdad.

La vuelta nos acercó a un lugar de matorral y, para sorpresa nuestra, seguimos el sendero que hacía tiempo que nadie había hecho. Se notaba el camino pero la vegetación había cerrado casi todo el ascenso y fue bastante difícil y lleno de arañazos. Por suerte llegamos de nuevo a Ermida y pudimos recorrer por otro lado la aldea y disfrutar de sus detalles.

lunes, 11 de marzo de 2024

Diario de Viaje: Costa en Guimarães (Enero de 2023)

Tras visitar la ciudad nos encaminamos en coche hacia el Santuário da Penha, una obra que queda en la cima de los montes y se divisa desde Guimarães casi desde cualquier lado. Pues bien, el santuario es pequeño pero queda enclavado en un monte de singular belleza. Me pareció muy moderno pero las vistas de la ciudad y los valles son espectaculares.

Almorzamos en el restaurante y nos acompañó un gato muy cariñoso. Incluso parecía un perro. Y vagar por el bosquecillo con caminos de piedra y vegetación enorme fue muy placentero. Es más, es lo que destaco de esta visita, aparte de las vistas inmejorables. Puedes llegar hasta la gruta de Nossa Senhora de Lurdes y llegar hasta el mirador, que estaba a rebosar. En la lejanía se podían atisbar otros monasterios y te daban ganas de seguir recorriendo.

viernes, 8 de marzo de 2024

Diario de Viaje: Guimarães/Guimaranes (Enero de 2023)

 Un compañero de vivencias en Ecuador era de esta ciudad y siempre había hablado maravillas. Pues intentamos quedar en su ciudad natal, pero no pudo ser. Sin embargo, le tomamos la palabra y visitamos este lugar que sí que merece todas las alabanzas que prodigaba.

También queda cerca de Morreira, así que por secundaria aparcamos cerca del estadio y en un periquete caminamos por el famoso Largo do Toural, que te permite ver en su explanada alargada muchos detalles de la ciudad, como las fachadas típicas portuguesas de colores vivos y ventanas alargadas, la basílica de São Pedro y el trozo de muralla y torre con el lema de que fue justo en esta ciudad donde se fundó Portugal. Merece la pena disfrutar esta parte de la Historia.

Seguir caminando hace que empieces a rodear el casco histórico por el Jardim da Alameda hasta llegar al bulevar con un largo jardín que asciende hasta la estrecha y alta Nossa Senhora da Consolação e Santos Passos. Desde ese lugar, y viendo que se retoma la muralla, no queda muy lejos la fachada de la catedral y la plaza que tiene enfrente con el Largo da Oliveira y esa construcción que parece un techado gótico, el Padrão do Salado. Las casas tienen ese aire medieval con pasillos y columnas en la planta baja para proteger al transeúnte del sol o la lluvia.

Callejear te permite encontrarte con la escultura del primer rey portugués, Alfonso Henriques. Muy modernista, por cierto. Llegas a la Praça de São Tiago y de ahí hasta el Arco do Amor (lo que en Toledo se conoce como cobertizo, pues está habitado el paso entre edificios más que un arco defensivo) no hay mucho. Justo en las inmediaciones hay una tienda de postres y dulces típicos que está bastante bien, muy recomendable.

Justo desde ahí puedes caminar un poco más llegas a la zona más histórica con mucha vegetación para ver el imponente palacio de los Duques de Braganza y en una loma el inexpugnable castillo de Guimarães. Entre medias queda la pequeña iglesia de São Miguel do Castelo y puedes estar paseando entre los sillares del castillo y los ventanales del palacio. Hermoso el lugar.

Diario de Viaje: Vilarinho en Espinhosela (Enero de 2023)

 A la tarde algo se despejó la niebla, aunque no del todo. Sin embargo nos envalentonamos y pusimos dirección hacia el parque de Montesinho....