Otra nueva anécdota recogida por Luis Carandell. Es sabido que al rey Alfonso XII le gustaban las corridas de toros y no perdió oportunidad de acudir en una en la que lidiaban dos famosos toreros, rivales y de altas cualidades, tanto que hoy en día sus nombres aún son conocidos: Salvador Sánchez Povedano y Rafael Molina Sánchez, mejor conocidos por sus apodos de Frascuelo y Lagartijo, respectivamente.
Estos, para hacerse con el favor del Rey en su particular competición (y exigencias del protocolo) le brindaron un toro cada uno, siendo del agrado de Alfonso XII. El Monarca llamó a ambos toreros al palco y les explicó la situación. No sabía hasta el último momento si podía o no asistir a la plaza de toros, por lo que la falta de decisión hizo que no preparase ningún regalo que tradicionalmente se daba a cambio del ofrecimiento del toro.
Ante la situación y el no poder llevar a cabo el intercambio que se hacía por costumbre, Lagartijo medió para decir que no había nada que regalar, puesto que su presencia ya era suficiente y del agrado de ambos lidiadores. Así que replicó:
—Conmigo está Su Majestad 'cumplío'.
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