Poco hicimos en el núcleo poblacional principal de la zona, lo más comprar comida para pasar los días en San Martín y almorzar productos típicos de la región. Las callejas muy estrechas y había como un desnivel que te llevaba al centro del pueblo, pero poco nos separamos de la carretera. Eso sí, varios bares y restaurantes y todo con casas bajas de piedra con balcones de madera que generan un voladizo para caminar por la calle tranquilamente.
miércoles, 21 de octubre de 2020
Diario de Viaje: Galende (Agosto de 2019)
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