jueves, 28 de enero de 2021

Diario de Viaje: Sesimbra (Diciembre de 2019)

Ya bajaba el sol en el último atardecer del año. Luchando contra la niebla que se arremolinaba en las carreteras que atravesaban los montes llegamos hasta Sesimbra y tuvimos complicado encontrar aparcamiento. Un lugar muy concurrido, lleno de turistas y armando los escenarios para festejar el nuevo año. Lo primero que reparas es que estás rodeado de verde monte y en una ladera, de longitud considerable, ves las murallas del castillo del lugar y te dan ganas de conocer leyendas sobre tan hermoso lugar.

Caminamos hacia la playa hasta llegar al Forte de Santiago, que está justo a pie de playa y en caso de marea alta supongo que sus gruesos muros son bañados por el oleaje. Desde ahí caminamos por las claras playas do Ouro y da Califórnia, viendo algunos murales intervenidos que embellecen el lugar y viendo cómo el sol bajaba cada vez más hacia el horizonte.

Como un regalo vimos un puesto de castañas asadas y pudimos degustar unas cuantas. Daban calor y energía a un lugar cada vez más en sombras y donde el frío reinaba. Era el momento de volver a la casita rural y comenzar los preparativos de la cena de Nochevieja.

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