lunes, 12 de febrero de 2024

Diario de Viaje: Porto/Oporto (Diciembre de 2022)

 Muchas ganas de recorrer esta ciudad, tanto que ideamos pasar más días aquí para poder disfrutar. Y pudimos hacerlo a pesar de que casi al llegar recibimos SMS indicando que la cosa se iba a poner fea por temporal. Dicho y hecho.

Bien, el primer lugar al que fuimos fue la playa de Gondarém. Nublado con mucho viento pero pudimos pasear entre la blanca arena y zonas rocosas. El oleaje era espectacular y terminamos callejando por los grandes edificios costeros para encontrar algo para comer. Un sitio de comidas vegano, muy recomendable.

Tras eso, nos pusimos en marcha para ir a un Mercadona, atravesando algunos parques grandes, bloques de edificios y algunas barriadas con mucho jaleo y con ganas de recorrerla corriendo. Había que hacer acopio de comida para pasar la Nochevieja. Y lo conseguimos. Nos libramos de la lluvia y con los clientes de otras habitaciones y la responsable (era una casa compartida) nos juntamos a pasar una buena velada y hablar sobre nuestros países y metas. Fue bastante curioso y novedoso para nosotros, de pasar cambios de año con la familia o solos a pasarla con gente desconocida pero que le ponía muchas ganas.

Año Nuevo era bastante lluvioso pero teníamos que hacer de tripas corazón para poder recorrer algo de la zona más céntrica. Un paseo hacia la famosa Torre dos Clérigos, muy distintiva de la ciudad y empezar a callejear hacia el río Duero. Ves las típicas casas de colores estrechas, fachadas de piedra con encalado otras, y vagando un poco llegamos hasta la catedral. Muy bonito todo pero pasado por agua. Y cerca de la igreja dos Clérigos nos dejaron pasar (ay, la perra) para almorzar unas ricas francesinhas.

Al día siguiente el sol salió con toda su fuerza tras una mañana de niebla. Ahí pudimos caminar mucho más y pasar por el puente de Luis I y llegar hasta la igreja de Santo Ildefonso con su fachada de azulejos. Esto es muy característico de la zona y recorrer la calle de Santa Catarina con sus puestos de castañas y mucho movimiento hasta la capela das Almas que es una maravilla a la vista.

De ahí pasamos a la plaza del enorme ayuntamiento y callejeamos hasta la igreja do Carmo junto a la fuente de los Leones. Lleno de turistas. Y más lleno estaba la librería Lello y no pudimos entrar (cola inmensa y ventanales cerrados para no poder asomarte). Una ciudad maravillosa, la verdad. Subir y bajar sus cuestas y encontrarte esos edificios merece mucho la pena.

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