El grupo de héroes tendrá que decidirse para
dirigirse hacia el bosque habitado por la nación élfica disidente del Bosque Sagrado. Para ello deberán
sobreponerse a la voluntad del cristal azul que poseen y dirigirse hacia el
lugar. El bosque es frondoso y de terreno fuertemente accidentado, donde
abundan los días fríos y nublados. Deberán abrirse paso hasta la primera
población, que vive en los árboles y gozan de alta tecnología militar. Los
elfos de esta zona son altamente racistas, por lo que han de determinar que el
líder del grupo sea un elfo y aclarar a los pobladores que son sirvientes. En
cierto momento, para asegurarse, le pedirán que corte un dedo de alguno de sus
sirvientes. No hacerlo los delatará (1 día).
A
la mañana siguiente la líder del poblado, Eyesin, les pedirá que los acompañen
hasta su señor, el gran Kelmeiron, druida poderoso que se enfrentó al gobierno
de Triskel por su política de acercamiento a los hombres. Fue quien inició la
diáspora hacia este bosque y lo rige en paz y sabiduría. Él puede darles datos.
Por el camino se encontrarán con otros grupos, que darán la alarma de que han
sido atacados por una banda de furtivos: han secuestrado al hijo del líder de
otro poblado y se niega a continuar hasta que no sea rescatado. Promete su
protección vitalicia y una fuerte suma de dinero. El grupo ha de ganar un
combate dialéctico contra otros grupos. Deben rastrear el camino y encontrar
pistas. En cierto momento lucharán contra 4
furtivos que estaba haciendo un alto en el camino. Si queda alguien con
vida pueden conseguir que les diga dónde se oculta el grueso del grupo.
Una
vez en el lugar habrá un combate pero muchos se extrañarán de que no solo son
elfos e intentan convencerlos de que se unan al grupo de bandidos. Son miembros
de la resistencia, desertores del reino de Górgob, reino tradicionalmente
enemigo del resto de las Tierras del Norte y territorio al que pertenece de
manera teórica el bosque de Áklarek. Comentan que los elfos oscuros provinieron
de este lugar, animados por Kelmeiron en su odio contra hombres y enanos. Es un
poderoso druida, guía espiritual de los reyes elfos. Quieren destruirlo, puesto
que aunque los reinos élficos puedan sobrevivir, sin una guía común y de
principios quedarán eternamente debilitados. Hay alguien que dice que Kelmeiron
siempre fue admirador de El Manco por sus antiguas hazañas y que gracias a los
Tres Males los elfos están vivos. Si no se dan cuenta, la rebelde Pardim, líder
del grupo, les puede indicar que es necesario devolver al niño a su padre para
gozar de una protección y poder acercarse a Kelmeiron y matarlo. De vuelta al
grupo habrá una celebración y festejos y serán invitados a presenciar la
reunión con el líder supremo (1 día). Pero Kelmeiron no se fiará cuando los
reciba. Los héroes verán que su brazo derecho está recubierto de una protección
confeccionada con todos los cristales azules, excepto un lugar vacío. Si lo
interrogan dirá que está en una torre en la lejana Tanlia y que no es el momento
de obtenerlo. Les dirá que si atraviesan los subsuelos del bosque, serán dignos de estar en la reunión.
Tras
pasar la prueba solo se encontrarán a Kelmeiron, que sospechaba de ellos, ya
que siente que ellos poseen el último cristal azul para su señor. Quiere
combatir contra ellos por el cristal. Cuando Kelmeiron esté muy debilitado,
suplicará a su señor Drésdel que le ayude; de repente su boca se deformará y
mostrará dientes de cuchillos prominentes y le saldrán varias patas junto a
tentáculos en vez de manos (se caerá su protección de cristales azules, pero
por magia creará una barrera mientras siga vivo): su señor le otorgó con magia
más poder. Cuando caiga muerto se revelará la cercanía de Drésdel, que se hará
con el último fragmento de crista azul, diciendo algo sobre que el plan para
frenar a los dragones está al alcance. Cuando se decide a matar al grupo
aparecerá Borek, no sin antes terminar sus pactos y luchar contra él hasta que
asustado huye. Borek les dará la enhorabuena por destruir el corazón de Áklarek
y ahora iniciarán sin pudor los dragones una política de control para apaciguar
las cosas. Además, al desvelar el plan de Drésdel podrá alertar a la Asamblea
del poder que se cierne sobre los dragones, ganando ascendiente en el grupo.
Requerirá o que vayan a sus hogares para iniciar un cambio en el devenir de los
tiempos o que lo sigan para aprender de sus artes y luchar contra Drésdel. De
ellos depende su futuro.
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