Cíclico 15 de noviembre

Siento hacer este aporte tan tarde, pero muchas cosas han pasado en mi vida y pocas ganas de dedicarle al blog, más que nada entradas programadas o hablar sobre viajes.

Pues sí, un 15 de noviembre movidito, pues desde 2005 que no pasaba dicha fecha junto a mis padres y hermano. Bueno, cosas de mi retorno a esta España. Y nada mejor que dedicar esta entrada periódica a este país que siempre quiere y no puede. Un país donde se habla sin atisbo de vergüenza de 'esto con Franco no pasaba', un país donde aún ciertos sectores tienen resquemores a que se busquen en cunetas y fosas a los represaliados republicanos de la Guerra Civil y de la dictadura, un país donde la ley mordaza no te da oportunidades de recurrir a nada, ni de grabar situaciones. Un país donde la separación de poderes está siempre en duda, con consejos de administración de empresas y bancos bien politizados y puertas giratorias a la vista de todos (¡ah!, y con candado al uso de energías renovables a nivel doméstico con ese horrible impuesto al Sol, cosa inaudita para la Unión Europea). Burocracia gigantesca y muy lenta, con duplicidades hasta en los bolsillos corruptos de muchos.

Si bien en los indicadores de libertades democráticas España no se descuelga del vagón principal, hay mucho por hacer, empezando por ciertas actitudes xenófobas veladas (quién no ha escuchado 'bueno, eso será en aquellos países sudamericanos' cuando hay algo objetable) y un aire de decadencia en dejarse creer que la vida de cada uno es lo más perfecta posible, evitando crear un entorno para la visión crítica y dando pan y circo a mansalva (programas del corazón, nuevos móviles, deportes hasta en la sopa, modas que todos imitan cual borregos...). No hay apenas discusión razonada y argumentada y casi todo es polarización, desde el bar hasta los parlamentos.

No, no voy a irme a otro país porque no haya cosas agradables en el mío. También puedo residir e intentar arreglarlo. Y visto lo visto, es necesario arrimar el hombro por parte de muchos, romper la vagancia y desidia y luchar, por ejemplo, con las horrendas condiciones laborales que hay en la actualidad: con lo que antes cobraba uno ahora trabajan tres. Esto, claro, reduce el paro, pero fomenta la precariedad laboral.

Cosas para seguir luchando...