sábado, 18 de mayo de 2024

Diario de Viaje: San Sebastián de los Reyes (Febrero de 2023)

 Un frío fin de semana nos motivó aparcar cerca del polideportivo municipal y caminar un largo rato por la dehesa boyal. Sí, estaba lleno de gente pero había senderos que estaban poco transitados. Me gusta el sistema de dehesa, es como una mezcla de naturaleza y acción humana muy curiosa. Y más cuando se asienta en lomas que te permiten ver una panorámica del lugar.

Eso sí, muy loco el tráfico aéreo, creo que es la zona inmediata al despegue desde Barajas y cada poco veíamos aviones muy bajos, muy curioso.

Y los parques del lugar me gustaron mucho, parece que están bien cuidados y que los lugareños los usan para esparcirse y desconectar un rato del ajetreo típico de la zona.

viernes, 17 de mayo de 2024

Diario de Viaje: Palencia (Febrero de 2023)

 De vuelta a casa. Un fin de semana espectacular. Una mañana para recorrer de nuevo mi querida Santillana del Mar y refrescar recuerdos de mi mítico viaje fin de primaria. Los planes a la vuelta era parar en Palencia porque si no es difícil volver a encontrar excusa para aparcar aquí. Y el lugar me gustó mucho, muy tranquilo y muy barato.

Llegando en coche te recibe el monte con el Cristo del Otero y ya te puedes orientar y empezar a callejear por la parte nueva hasta aparcar. En la iglesia de San Pablo vimos la escultura alegórica a su Semana Santa y empezamos a comentar sobre las tradiciones del lugar. De ahí empezamos a hablar de que un conocido había vivido algún tiempo en la ciudad y hablaba muy bien de ella. Y razón no le faltaba. Callejeando llegamos hasta el río Carrión y sus boscosos paseos. Me gustó mucho esta aproximación a la naturaleza vistas desde las Puentecillas. Fácil callejear desde allí hasta la catedral de San Antolín, que me impresionó su claridad y sus plazas que te dejaban verla desde buenos ángulos.

Y de ahí hasta la Plaza Mayor, donde cerca hay un edificio de ladrillo rojo con azulejos alegóricos en la su parte superior. No sé, puede parecer raro, pero el casco me recordó mucho al casco de Huelva. Ya desde ahí nos insertamos en la parte nueva para llegar al coche y comer un rato unos bocadillos antes de continuar el viaje de vuelta.

jueves, 16 de mayo de 2024

Diario de Viaje: Liencres en Piélagos (Febrero de 2023)

 El paseo por la costa cantábrica no fue corto. Por el sentido que llevábamos, y dependiendo de la altitud del acantilado y de la presencia o no de casonas, podíamos ver al fondo los nevados Picos de Europa (o la cordillera tal cual, no identifico bien).

Llegamos hasta el hueco donde entraba oleaje, el Bufón y sus urros cercanos. Impresiona la fuerza de la naturaleza. Espectacular. Incluso había gente ahí abajo, no sé si pescando. Muy peligroso me pareció. Nosotros, más tranquilamente, bajamos a las playas de Portio y Cerrias para que la perra pudiera correr feliz y mi mujer mojar los pies en el agua.

Pero seguimos caminando hasta la playa de Somocuevas (no, no había a esas alturas del año ningún nudista) y la playa El Madero. Hay zonas con guijarros, otras con arrecifes y acantilados y otras con arena muy fina, es una locura tanto cambio en tan poco trayecto.

De ahí nos internamos en el pinar y pudimos caminar un rato a la sombra hasta llegar al núcleo urbano de Liencres y disfrutar de la arquitectura del lugar. Y nos dio tiempo a sentarnos y almorzar tranquilamente. Productos típicos del lugar, por supuesto. Ya con energías empezamos a volver al hotel por el interior, cruzando prados muy verdes y con un sol que te daba energías.

miércoles, 15 de mayo de 2024

Diario de Viaje: Soto de la Marina en Santa Cruz de Bezana (Febrero de 2023)

 Tras recoger a mi mujer en Santander (algo estresado por conducir en ciudad, eso no se me va a quitar jamás) paramos en este pueblo para hacer compras. Todo lleno de bloques que seguramente se pondrán a rebosar en verano. De ahí llegamos a la playa de San Juan de la Canal. En pleno invierno conseguimos un lugar que admitiera mascotas y en primera línea de playa. ¡Y menuda playa! Arena blanca y con grandes roquedales que daba como cierta protección respecto al oleaje. La perra disfrutó un montón corriendo. Y es que no había nadie, la verdad.

Cerca hay como un parque con césped que va de una playita a otra. Es súper relajante y puedes ir de un lado a otro escuchando el oleaje. Mira que yo no soy de costa (bien secano nací y me crié) pero este lugar tiene un encanto irresistible.

A la mañana siguiente, tras un buen desayuno nos pusimos a caminar la zona de acantilados. Desde la punta donde solo ves mar empezamos a bordear hasta la playa de la Covacha. Ves los islotes y te impresiona la fuerza de la naturaleza que casi ha puesto en vertical los estratos y hay istmos que aparecen y desaparecen en función de la marea. Sí pudimos bajar en la playa de la Arnía y ver de cerca los urros bien alineados y casi separados perfectamente del mar. Se extienden metros y metros y en la playa pudimos ver cómo jugaban varios perros. Muy hermoso todo, la verdad.

A la tarde guardamos fuerzas y callejeamos un poquito hasta llegar a ermita de la Virgen del Mar. Bajaba la marea (o eso creo yo) y la playa mojada con el cielo anaranjado del atardecer dio unas vistas impresionantes, de las mejores que se han fijado en mi retina. Espectacular Cantabria.

Desgranando el pensamiento de Blas Infante (IV): el Ideal Andaluz y cómo implementarlo

 Esta es la cuarta parte del famoso Ideal Andaluz de 1915. Previamente se había desarrollado la filosofía infantiana de mejora continua hast...