miércoles, 9 de marzo de 2022

Diario de Viaje: Navalcarnero (Febrero de 2021)

 Es un lugar al que hemos ido en numerosas ocasiones pues está muy cerca de casa. La ciudad en sí poco la hemos recorrido, sobre todo la parte norte, más residencial con sus chalés y un bulevar con multitud de restos de arqueología industrial a la intemperie. También paseamos cerca de la ermita de San Juan Bautista, con alegres parques a su alrededor, cosa que siempre hace bien para pasear y relajarse.

Sobre todo hemos recorrido sus alrededores, con forma de dehesa, donde puedes ver algunos bosquecillos y muchas zonas de plantaciones. Los caminos surcan esta zona mientras ves a lo lejos la sierra madrileña. Es curioso que en varias bifurcaciones de caminos se encuentren multitud de cruces, no sé si como señalética antigua para saber que tal cruz dedicada a tal santo lleva a tal o cuál sitio. O como símbolo de protección debido a la cantidad de supersticiones que hay sobre las encrucijadas.

También, si vas al este te encuentras la dehesa de Marimartín, donde todo queda englobado en un inmenso pinar. Es un lugar donde te puedes relajar y pasear en las horas de sol porque hay bastante sombra. Es un lugar algo peculiar porque hay zonas que puedes acceder sin más y otras están protegidas, está vallado el límite y solo hay ciertos puntos de entrada y salida (abiertos, claro). En algunos senderos puedes llegar a zonas de casas de campo, donde se pueden ver ingeniosas banderas o multitud de paneles solares; es bastante curioso.

Ay, me parece un lugar maravilloso y poco abarrotado, lo malo es que si uno piensa en mudarse aquí los atascos de la A5 te los vas a comer día sí y día también,

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