El Club de la Lucha

Un ciudadano estadounidense de vida normal y apática trabaja para una empresa de automóviles, en la sección de reclamos y seguros. Cree que su vida está completamente llena en el marco consumista. Pero tiene un problema, padece de un insomnio crónico. Su médico se niega a recetarle algo para dormir, ya que ve que es un problema de estrés. Como no puede seguir así con su vida empieza a ir a reuniones de gente enferma o con problemas. Descargar sus sentimientos le hará bien y dormirá como un lirón. Pero el problema aparece cuando Marla Singer aparece en su vida. Hace lo mismo que él y es la única que puede atestiguar que él no está enfermo y se pasa las semanas yendo a reuniones. Fuera de su rincón de estabilidad, conoce en un viaje a Tyler Durden, un fabricante de jabón con una idiosincrasia basada en vivir al máximo la vida con lo menos posible, a la vez que criticar la sociedad actual de Estados Unidos y el modo de vida occidental. Ambos, para liberar la rabia contenida fundan el Club de la Lucha, donde las peleas son el centro de diversión y empiezan a compenetrarse de una manera perfecta. Todo parece ir de maravilla hasta que él y Tyler se encuentran con Marla y se da inicio a un trío de amor-odio. Es en ese momento cuando Tyler se encumbra como líder del Club y con sus seguidores comienza a dar a luz al secreto Proyecto Mayhem, de oscuros objetivos y que deja de lado a nuestro protagonista.

La película comienza con el protagonista en calzoncillos, con una pistola en su boca, amenazado por Tyler. Están en un edificio abandonado lleno, como toda la manzana, de poderoso explosivo que destruirá los archivos de tarjetas de crédito de los bancos más importantes del planeta. Para salvar su vida y evitar el desastre, el protagonista empieza a recordar cómo llegó a todo esto: cómo conoció a Marla y Tyler.

La película de David Fincher es muy visual y eléctrica. No te deja un segundo de respiro y los efectos que utiliza te enganchan y animan a seguir viéndola. Pasa al cine la gran obra de Palahniuk, que intentó hacer una enorme crítica social de los valores en los que la mayoría de los occidentales se asientan. En la falsa felicidad y el amor al dinero, en el consumismo atroz y el olvido de las relaciones personales.

-

Publicado originalmente el  13-09-2011