Es un técnico de una Sala Limpia, un ingeniero encargado de hacer análisis minuciosos en entornos de nula contaminación, altamente desinfectado y sin la entrada de agentes externos. Es metódico y cuadriculado. Abe le lleva los tentetiesos recubiertos de una sustancia amarillenta que aparece todos los días al trabajar con ellos en la máquina que acaban de desarrollar. Es el indicio de que algo está pasando en su interior que no tenían previsto: el viaje en el tiempo. Bradshaw logra averiguar que es una concentración de proteínas producida por un hongo que no conoce y que debe ser analizada por el Técnico de Laboratorio. Bradshaw supera los cuarenta años y tiene un humor pésimo: explica el enigma "¿Qué les pasa a los ingenieros cuando cumplen cuarenta?" sin gracia y cuando habla con Abe de lo que hizo repite como un autómata la misma frase a Aaron.
Bradshaw simboliza el aburrimiento de un trabajo tedioso y concienzudo, no como el Técnico de Laboratorio que es su gran pasión. Bradshaw aspiraría a más en la vida y por haber cumplido años se convierte en algo obsoleto, según sus jefes y la sociedad (si te despiden a partir de los 50 suda sangre para encontrar un trabajo). Su chiste es que a los ingenieros cuarentones se los llevan al río y les pegan un tiro. Está resignado y desencantado de cómo están las cosas. Él es capaz de muchas cosas aún pero un sentimiento de gerontofobia de la empresa lo ha arrinconado en actividades autómatas que le consumen los ánimos.
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