Es un personaje secundario. Sin líneas de diálogo. La Camarera trabaja en un restaurante algo caro, pero no para gente de alto poder adquisitivo. Aaron convence a Abe que en vez de cenar unos tacos vayan al lugar a comer un buen filete. Porque ha conseguido hacer estable el funcionamiento de la cámara. Antes, la entrada de energía era tan inminente que fundía los circuitos. Ahora utiliza un regulador para alimentar hasta cierto punto y dejar a la máquina que funcione por inercia. Aaron descubre que durante pocos minutos no es necesaria ninguna batería, y que cuando están conectadas saca más energía de la que aplica, indicio secundario de que la máquina no solo bloquea la gravedad, sino que opera durante un tiempo sin necesidad de energía (en realidad está haciendo ciclos para adelante y atrás en el tiempo, por lo que en esos instantes en que retiran las baterías la máquina no se ha dado cuenta de ello). La Camarera les sirve mientras hablan de qué aplicaciones podrían tener industrialmente: de manejo de naves hasta satélites y cosas cotidianas, aunque para no quedar timados por algún promotor sin escrúpulos han de pensar mucho tiempo cómo darlo a conocer.
La Camarera representa la diligencia y el buen obrar. Con la mente relajada y el estómago lleno uno puede reflexionar sin prisas.
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