¡Vaya! Las cosas que ocurren a tu alrededor te dan de vez en cuando una sorpresa. Curioso, pero cierto. Ves a la gente con sus móviles último modelo, con su messenger, con sus zapatillas carísimas, con un ordenador impresionante... y resulta que aún tienen ideas del Siglo XXI, pero del de Antes de Cristo. Gente que la creía inteligente y racional me ha dejado obnubilado, llegan a decir que la homosexualidad es una enfermedad que puede curarse. Bueno, yo como heterosexual no entiendo ese mundo, pero seguro que no le gusta a nadie que le llamen enfermo por una opción o una tendencia.
Partamos de que somos seres humanos, homo sapiens y que estamos regidos por un código de derechos y deberes. Si se escoge adecuadamente de lo primero y se realiza lo segundo, somos ciudadanos modelo, ejemplares, libres. Por eso cada uno puede hacer lo que quiera, donde quiera y cuando quiera, pero con respeto a las leyes. Así que si uno vive su vida correctamente y no se inmiscuye en la de los demás, ¿por qué ha de soportar a unos anticuados diciendo que es un enfermo?
La explicación científica aún está lejos de decirnos algo concluyente: hormonas femeninas en el embrión a gran escala, distribución sináptica... Pero a lo mejor es como ser del Barça o del Madrid, que te sale de dentro y no sabes por qué.
Hay argumentos sobre que si es contra-natura o que es enfermedad, pero a ver si interesa la teoría que se me ocurrió el otro día. Son naturales y la naturaleza no tiene problema en crearlos, ya que los utiliza para evitar el aumento de población, tal y como crea y utiliza a los heterosexuales para perpetuar la especie. Normalmente, la naturaleza regula a las poblaciones con el binomio presa-depredador: si hay muchas presas los depredadores se encargan de bajar el número; si hay muchos depredadores es quehay pocas presas y mueren hasta que quedan los suficientes. En el caso del humano ya hace como que 10000 años que nos quedamos sin depredadores naturales, por lo que crecimos bastante. La naturaleza nos dio entonces el don o la desgracia de la autoaniquilación de la especie, de ahí las guerras entre humanos. Pero clar, después de que la inteligencia diese paso a las negociaciones y éstas a tratados y convenios las guerras disminuyeron en número. De ahí que aparezcan virus y bacterias... pero la medicina y la farmacología las detienen. Entonces para evitar una hiperpoblación la naturaleza hace que nazcan humanos que no tengan interés por reproducirse, pero claro, el amor sigue en nuestros genes, luego para que esto funcione debe enamorarse de alguien de su mismo sexo, por lo que así crea a una pareja que no puede tener descendencia y por tanto regula en algo la población.
No solo los humanos, hay muchas especies que regulan este comportamiento, por lo que debe parecernos que es algo común y necesario. Pero quizás esta nueva treta de la naturaleza no sirva mucho con las nuevas concepciones de adopción, fecundación in vitro y, por qué no, clonación.
Mientras tanto, la población seguirá aumentando y podremos comprender que la homosexualidad sea una opción más igualmente válida. No solo nosotros, los heterosexuales, debemos ser los "naturales", sino que cualquier humano debería serlo.
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Publicado originalmente el 05-09-2008
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