sábado, 8 de octubre de 2011

Proyecto Omega

Llamé al proyecto como omega porque sabía que era difícil y que me iba a costar mucho tiempo llevarlo a cabo. Sin embargo, con un poco de paciencia y dedicación lo he llevado a cabo. Tras tres meses y pico lei las Escrituras Reveladas, los libros de libros: la Biblia y el Corán.

He de decir que la lectura no es ésa en la que dicen que les recite cualquier versículo de memoria. No me los estudié, sólo los lei. Si quiero ser erudito y poder hablar de religión (ya en contra ya a favor) he de saber de lo que hablo, por lo que me obligué a leerlos. Cierto que lo intenté ya a lo largo de mi vida dos o tres veces, pero de manera infructuosa. Esta vez lo conseguí.

La lectura la llevé a cabo como un libro histórico o más bien de fantasía medieval, por lo que no me saturé mucho y pude avanzar poco a poco. Además, la Biblia va relatando historias e intercalando cantos, oraciones, planos de edificios y normas judiciales, por lo que el hilo no se pierde mucho. Leer el Antiguo Testamento ayuda a ser más ateo aún; si bien está plagado de historias entretenidas, retrata a Dios como un niño chico que no sabe controlar sus incomprensibles caprichos y vengativo contumaz. Prohíbe cosas que no le ves la lógica (como que le mete plaga a un reino porque querían hacer un censo de población...) y todo el tiempo quiere que le teman y lloren y que si no lo hacen los castiga hasta que se harte. Es lo más ilógico que me eché a la cara alguna vez. Además, como que no le gusta otras religiones en la tierra prometida... nada de convivencia... sólo erradicación y expulsión. Y los otros dioses: empiezan siendo enemigos, después diosecillos ante su presencia y finalmente ídolos de madera. Se nota que no sabían que hacer con ellos.

El Nuevo Testamento sin embargo es una súplica al amor y al perdón. Las aventuras de Jesús están todas encaminadas a perdonar y a quererse. Implantan buenos valores y parece una religión a tomar en cuenta si no supiésemos lo que la Iglesia hasta le fecha ha desvirtuado todas y cada una de sus palabras. Pero esto no es cosa de hoy, el mismo San Pablo empieza a alejarse de los preceptos para convertirse en un integrista y empezar a denigrar a todos los que hablaban de cristianismo y que no habían sido recomendados (adoctrinados) por él. Así que esta parte de la Biblia deja un sabor agridulce.

El último en leer fue el Corán, este libro tan referenciado y tan poco conocido. Es más corto y sin historias, por lo que llega a ser aburrido. Además, repite las mismas historias una y otra vez. Parece ser que la idea básica es la creencia en el Dios único y en la realización de buenas obras para evitar la condenación eterna tras el Juicio Final (este consej Mahoma lo repite a la saciedad). Toma aventuras de Noé, Abraham, Moisés y Jesús y algunos religiosos de la región de Mahoma, por lo que tiene pinta de continuación. ¿Si es cierto lo que incita a la inmolación y a denigrar a las mujeres? No más lejos de la realidad. Son las concepciones fanáticas, nada más. El propio Corán propone tratos amables en el matrimonio (a excepción del adulterio, pero son latigazos y divorcio), tiempos de prueba para ver si las decisiones no fueron tan sinceras, plazos de divorcio favorables a la mujer. Lo del burka es falso, sólo dice que guarden un decoro, nada más (quizás lo de taparse más de la cuenta viene por ser gente del desierto y protegerse de la arena). Lo del suicidio está prohibido y luchar contra el infiel es luchar contra los idólatras (los politeístas). En cosa de guerra no pueden atacar hasta que no se les ataque. Y el islamismo es finalmente como el perfeccionamiento del cristianismo (que cree en la Santísima Trinidad) y del judaísmo (que la Torah reemplazó al Pentateuco). Es más, considera a estas dos religiones verdaderes, sólo con pequeños fallos, pero las pone al mismo nivel que al islamismo y las considera válidas para ganarse la salvación. Así que lo de Guerra Santa es sólo el invento de un par de enfermos.

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Publicado originalmente el 14-07-2009

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