Sé que esto debería haberlo escrito en la fecha adecuada, pero voy a ser sincero, me sentía demasiado afectado y no me concentraba para escribir. Sonará tendencioso o falso pero me asaltan las tribulaciones y una pena cada 11 de marzo.
Recuerdo que fue jueves, una mañana algo nublada y que había una conferencia del argentino Jorge Feugeas sobre el estudio de deposiciones en tiempo real (que ironías del destino él llegó a ser mi director de tesis). Para empezar la conferencia pidió un minuto de silencio a lo que pregunté a mi compañero Javi López que a cuento de qué venía todo esto. "Una bomba que estalló en Madrid". Ahí empezó a recorrerme por la espina dorsal un sin fin de escalofríos y cuando llegué a mi casa y ver a Yeray (mi compañero de piso) viendo los informativos me dio por gritar e insultar a tamaña panda de políticos ineptos que sólo saben ponerse delante de las cámaras y no hacer nada para prevenir estas masacres.
191 muertos. Cuatro trenes. Diez bombas más dos detonadas por los artificieros. En principio, como todos, echamos la culpa a ETA, que ya en una navidad anterior había intentado (y que a finales de febrero pillaron una furgoneta a las afueras de Madrid con más de 300 kg de explosivo)hacer algo semejante. Al paso de las horas la autoría achacada a al-Qaeda cobra fuerza por más que el Gobierno se escude en pruebas débiles. Todos miramos a los destacamentos españoles en Irak. Ya no se sabía qué pensar. El detonante fue la detención de marroquíes e indios el día de reflexión antes de las elecciones y todos pensamos que fue un plan maestro de Osama bin Laden, aunque a la larga les diesen a todos los detenidos menos a uno la libertad por falta de pruebas (no es delito vender móviles ni tarjetas y más viniendo las pruebas de una mochila que no explotó altamente sospechosa de ser un señuelo, pero como eran moros pues así los borregos de nosotros veíamos quién era el malo y quién no).
Despúes vino el extraño y sospechoso caso del piso de Leganés donde se inmolaron los terroristas que pusieron las bombas (no lo hicieron en los trenes ni cuando entraron los GEO para no herir a nadie, las heridas de cada uno muestran que estaban separados y uno con los pantalones puestos del revés y eso que el cerco duró varias horas).
Así que uno ve varias pistas que no llegan a nada, que sólo detienen a narcotraficantes y a delincuentes, ya sean españoles o marroquíes y que los verdaderos cabecillas están inmunes a que les salpique la trama. Es más, el promotor de todo, El Egipcio, aun confesando que él convenció a los delincuentes ha sido descartado de la investigación. Y como dije un poco más arriba, los de traje y corbata y seguramente de nacionalidad española que dejaron al Egipcio pensar en algo para hacer sufrir a España, que pasaron la mano por alto para que los cabecillas encontrasen fácilmente explosivos y que la Guardia Civil los dejase pasar en todos los controles de carretera y que los pinchazos a sus teléfonos parasen días antes de la masacre siguen riéndose de las víctimas mortales y los 2400 heridos. No pienso en absoluto que estos líderes fuesen los que estaban en la oposición en la legislatura 2000-2004 ni ricachones con relaciones franco-alemanas. No los veo con el alma tan fría y despiadada para hacer eso. Lo único que sé es que siguen libres y lo seguirán estando.
¿Y qué me dicen de las víctimas? Usados como moneda de cambio para la campaña electoral y cuidados durante los primeros años, ahora están ninguneados y convertidos en carga molesta. Ya no sirven. Su sufrimiento no vale ya para nada ni siquiera para conmover. Y en este año sólo van tres políticos al homenaje y ninguno de ellos del Gobierno ni de los puestos relevantes del partido opositor. Ya no interesan para votos ni para fotos. ¡Pero sus familias y los supervivientes siguen sufriendo! No se les olvidará que a las 7.38 de ese día sus vidas fueron truncadas. A pesar de la compensación económica han perdido a amigos y familiares para siempre, ¡para siempre, joder! Se terminaron las peleas, las sonrisas, las confidencias, las caricias...
A algunos les parecerá frio, hipócrita o de mal gusto el homenaje que les hice a las víctimas. A veces lo pienso así, pero no pude evitarlo. Juntando mi desbordante imaginación y los hechos e investigaciones relacionados con los atentados ideé llevar a cabo un juego de rol inspirado en los hechos de los atentados, dentro de la temática de 24. Tramas mezcladas, horarios que cumplir, actos atroces, pistas falsas, etc. todo lo combiné para dar una partida en la que mis jugadores se involucrasen en lo que pasó a la par que entretenerse (que a fin de cuentas es un juego para eso) en la que al menos de manera ficticia todo queda resuelto en un día y todos los culpables desenmascarados y puestos en evidencia. Es falso, pero es como un anhelo de que todo se hubiese resuelto y no oculto en capas y capas de humo y centro de la ignorancia de nuestra clase política. Que los jugadores compartiesen mi visión y que tuviesen la obligación moral de descubrir idealmente todo lo que nos ocultan en la realidad.
Gracias a mis jugadores por valorar en su justa medida la partida y perdón a quien haya ofendido por "trivializar" la masacre. Pero que quede en cuenta que el juego ha hecho que todos mis jugadores tengan presente lo que pasó realmente y que no lo hayan condenado al olvido como desgraciadamente está pasando con la mayoría de la población española. Un recuerdo a los conocidos y familiares de víctimas y a sus supervivientes y recordarles que cada 11 de marzo tengo muy presente lo que pasó y que mi ánimo decae en esas fechas por ver cómo aún se siguen riendo de nosotros los políticos y dejando de lado y olvidando por dejadez a las víctimas.
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Publicado originalmente el 13-03-2009
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