Un día de enfado

Cada vez que recuerdo las páginas de ese libro titulado "La CIA en España" del señor Grimaldos se me pone la piel de gallina. ¿Cómo es posible que se oculten tantas cosas y cuando es tan evidente que te hace daño en los ojos los políticos siguen negándolo? Si todo lo que hay en ese libro es verdad es para echarse a llorar. Incluso el mayor logro español del siglo XX, o sea, la Transición parece que estuvo supervisado y en cierta manera orquestado por EEUU.

Todo comienza con la Guerra Fría entre Estados Unidos y la URSS. Los americanos necesitan una Europa que les apoye y ve en España un buen aliado estratégico y con un líder ultracatólico y acervo enemigo del comunismo. El resto de los países europeos recuerdan que España es una dictadura así que vetarán su entrada en la OTAN. ¿Y qué les importa eso a EEUU? Nada, porque hacen tratados paralelos para conseguir construir bases americanas en suelo español con unas condiciones idóneas de al estilo de "haga usted lo que quiera". A cambio, algo de comida, hablar bien de España a otros países y ayudar a nuestro servicio secreto. Este último punto quiere decir que se llenó de agentes de la CIA que daban un ínfimo entrenamiento a nuestros agentes y les daban el material de espionaje sobrante, es más, éste seguía siendo controlado por los estadounidenses.

Y no digamos que había reticencias por parte del ejército. Algo de dinero o de mujeres hacían que estos altos mandos estuviesen tan contentos. Así que España se convirtió en un solar americano, controlado por jefes de sección entrenados en guerrillas sudamericanas y en golpes de estado de esas regiones. Unos ángeles, vamos. ¿Y qué me decís sobre el incidente de Palomares? Cuatro armas nucleares se estrellan en territorio nacional: dos en tierra y dos en agua. Los barcos buscando frenéticamente y mientras los políticos bañándose tranquilamente en una playa no infectada, entre ellos el incombustible Fraga, gran amigo de los americanos. Lo que no cuentan es que aún hay radiactividad por esas zonas y lo único que hicieron fue echar tierra limpia sobre la contaminada.

Para que España entrase en la OTAN necesitaba volver a la democracia, pero no tanto como para ser comunista así que empezaron a mover los hilos. Carrero Blanco permitió y escoltó a un tal Felipe González a la reunión clandestina del PSOE en Suresnes. De manera desconcertante se lograron los apoyos necesarios para que Rodolfo Llopis no volviese a ser reelegido como secretario general y Nicolás Redondo fue "invitado" a no presentarse a la elección. ¿Curioso verdad? Y más sabiendo las ideas ultrapatrióticas y de extrema derecha del Presidente Carrero Blanco. Lo que sí es seguro que a partir de ese congreso las directrices del PSOE se harán más moderadas. ¿La explicación? Le convenía a EEUU que España llegase a la democracia y si ganaba las elecciones un partido de izquierdas la gente vería que habían olvidado prontamente el yugo dictatorial, se habrían curado. Pero claro, no una izquierda simpatizante de URSS, sino más bien socialdemócrata. Además, si este partido llegaba al poder quizás la entrada a la OTAN sería más fácil.

Recordemos que Carrero Blanco fue asesinado por la banda terrorista ETA, de eso no hay duda. De lo que sí hay duda es de cómo consiguieron la información y por qué no fueron detenidos cuando estaban preparando el asunto o por qué no se buscaron sospechosos tras el atentado. Hay que decir que donde vigilaban los etarras era casi en frente de la embajada de EEUU ¿no es sospechoso ver a los mismos en el mismo sitio todos los días? ¿Y quién dio la orden de no bloquear carreteras? ¿Quizás las ideas fascistas de Carrero estaban en contra de los planes democratizadores de EEUU?

Recordemos también las visitas del Príncipe Juan Carlos a EEUU, además de su primera visita de estado como Rey. Parece ser que fue implícitamente aceptado en el cargo por los patronos de EEUU cuando el Príncipe aceptó la permanencia de las bases de Torrejón y Rota. Los americanos estuvieron de acuerdo en el nombramiento de Adolfo Suárez como Presidente, ya que parecía el hombre más adecuado para llevar a cabo la Transición y la elaboración de la Constitución. Pero Suárez después de eso no contaba más, debía dejar el puesto a González. Lo cual desconcertó a la CIA cuando fue reelegido en 1979. Parece ser que las presiones reales, la oposición socialista, sus reticiencias a formar parte de la OTAN y la difamación norteamericana ante la crisis económica española hicieron que no pudiese soportar más el cargo. Le sucedió el Presidente Calvo Sotelo, el cual de manera inmediata en 1981 se propuso entrar en la OTAN, a pesar de la negativa del PSOE. Durante su elección se dio el famoso Golpe de Estado del 23 de febrero. Un golpe de estado perpetrado por militares reticentes a la llegada de la democracia. Unos militares que llevaban meses espiados por la CIA, los cuales recogieron multitud de grabaciones y documentos, así como de confesiones de soplones. Un golpe que pondría como Presidente al General Armada, como Vicepresidente a Felipe González y entrarían en el gabinete Fernando Múgica (Defensor del Puebo actual y con buenas relaciones con el Mossad) y Manuel Fraga (inmortal como pocos).

No olvidemos el asunto del "aceite de colza" por el cual muchos ciudadanos murieron y otros estuvieron gravemente enfermos. Los políticos dijeron en primera instancia que era una bacteria. Falso. Después argumentaron que era un aceite de motor que fue embotellado para uso humano de parte de unos desalmados. Quizás fue cierto, pero las pruebas con los lotes contaminados no mostraron el alcance de la enfermedad que mostraban las víctimas. Además, muchos infectados no tomaron ese aceite... y muchos que lo probaron no sufrieron nada (incluso dentro de la misma familia). Esto se ponía cada vez más interesante pero como para recibir indemnización tenías que declarar que tomaste colza pues se le tapó la boca a todos aquéllos que necesitaban el dinero para pagar los costes de la enfermedad. Sin embargo, paralelamente a la mentira oficial, el doctor Muro predijo con total exactitud dónde y cuándo enfermarían nuevas personas. Sus trabajos fueron ridiculizados y ocultados. El doctor Muro descubrió que las infecciones provenían de unos tomates almerienses que se vendían en mercadillos. A los tomates se les aplicaron un fertilizante que a grandes dosis era mortal. Pero como dije, sus estudios fueron ninguneados y otros que vieron que la versión oficial no se sostenía fueron relevados de su cargo. Lo más insólito es que meses antes muchas personas cercanas o que trabajaban en la base de Torrejón sufrieron la misma enfermedad. Y ya sabemos de qué país es la base de Torrejón. ¿Y qué mejor que ocultar una aguja entre mil agujas? Si se dan más casos habrá más focos y nadie sospechará que pudo haber sido un accidente militar... con armas biológicas, prohibidas casualmente en 1972, aunque esto ocurrió en los primeros años de la Transición.

En cuanto el golpe del 23-F, Estados Unidos, al enterarse del percal español se lavaron las manos y negaron la ayuda al declararlo un caso interno español. Quizás ya sabían cómo terminaría esto o que el nuevo gobierno estaría más proclive a los deseos americanos al contario que UCD. Por fortuna la democracia triunfó y en 1982 Felipe González se convirtió en Presidente. Inmediatamente, sus alegatos en contra de la OTAN se convirtieron en proclamas a su favor (es que había que cumplir el pacto entre González y EEUU a pesar del programa electoral del PSOE). Se convirtió en un referendum fantasma donde se llegó incluso al tradicional pucherazo (o sea, falsificación de votos y anular los que iban en contra de la OTAN). Como no podía ser de otra manera ganó el SÍ y EEUU por fin respiró tranquila. A menos hasta 1984 donde su manera de meter las narices en el espionaje español le valió la expulsión de todos sus diplomáticos sospechosos de espionaje. ¿Que si ahí podemos decir que España se libró del yugo? No. El Presidente Aznar mejoró los acuerdos de las bases para EEUU, dandoles la posibilidad de no declarar lo que traían sus aviones (de ahí al transporte en avión de acusados de terrorismo para llevarlos a zonas de tortura queda poco). Y el Presidente Zapatero, a pesar de sus reticencias hacia EEUU, sigue manteniendo tropas en Afganistán aunque diga que no están para luchar o que no son tantos hombres y mujeres destinados.

Que sí, que la gente le tiene tirria a EEUU por envidia al ser la primera potencia mundial (la misma tirria le tuvieron a España, Francia y Reino Unido cuando fueron ellos primeras potencias), pero también jode que metan las narices impunemente de una manera que nunca se llegó a hacer. Y que conste que la culpa no la tienen los ciudadanos, sino los políticos despiadados de ese país.

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Publicado originalmente el 17-02-2009