Hace ya casi un año una amiga mía me pasó un aforismo de un filósofo francés en el que venía a decir: "Lo que más detesta un sabio es que exista un tonto que le pueda enseñar algo". Por supuesto, no tomé la frase al pie de la letra, sino que la reinterpreté, ya que no me considero sabio; saber sé lo suficiente e ignorante de muchas cosas me considero, es más me he definido desde jovenzuelo como humanista porque hay que saber de todas las ramas algo y no preocuparse por lo que no se sabe ya que tarde o temprano se sabrá. Tampoco veo al resto del universo como tontos, ni mucho menos. Por consiguiente la frase la vengo a traducir como "por mucho que sepas siempre hay alguien que te enseñará algo nuevo aunque no creas que pueda hacerlo".
Esto viene a colación de un amigo mío de hace muchos años. Le tengo especial aprecio ya que perdí el contacto con la inmensa mayoría de amigos de esa época. Y para nada es tonto, sólo que me hace ver que hay varias cosas por las que interesarse y que en mi vida habitual ni se me pasan por la cabeza. No todo es hablar de Física, rol, cine, historia o libros. Para él los temas trascendentales son pesca, tunning del automóvil, equipos de música, trapicheos de compraventa entre conocidos, ornitología, campo... Esto implica que hay gente que se fascina y encuentra la felicidad en cosas sencillas (respecto a mi punto de vista edulcorado por lo que he vivido y en el mundo con el que me relaciono) y que al estar en esferas diferentes se valoran cosas distintas, pero eso no quita que puedas aprender de ellas y llegar a valorarlas en su justa medida.
Porque ya se sabe, en esta vida lo que importa es conseguir experiencia con el proceso de aprender. Aprender.
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Publicado originalmente el 19-02-2010
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