Homenaje a nuestros soldados

Una nueva noticia sobre Afganistán, un nuevo ataque terrorista ha herido a numerosos soldados españoles, matando a uno de ellos de nacionalidad colombiana. Lo curioso es que se nos ha dicho hasta la saciedad que no hay guerra en este país asiático. Como si fuesen a jugar a las casitas. Pero claro, como el eslógan es "No a la Guerra", llevado por actores y personajes célebres pues no hay guerra donde van los españoles, ni Líbano ni Afganistán.

Es cierto que la guerra de Irak fue una invasión en toda regla por parte de los imperios occidentales para quedarse con las segundas reservas petrolíferas del planeta. No para impedir que Hussein pudiese desarrollar del todo sus armas químicas y dar cobijo a terroristas de al Qaeda. El presidente Aznar con sus ansias de meterse a las bravas en la primera línea internacional hizo este desbarajuste político sin tener en cuenta noticias fidedignas ni la opinión pública. Así que fue positiva la retirada, pero no de esta forma repentina y de malas formas que dio el pistoletazo de salida para nuestro ostracismo internacional actual.

Ojalá que no haya guerras, que los ejércitos no existan y que estemos en paz unos con otros viviendo nuestras vidas. Pero desgraciadamente no es así y aún hay quien se cree más poderoso que el vecino y lo pone en peligro. Además, aparte de la opción defensiva y de coalición en ayuda de países atacados realizan desde el final de la Segunda Guerra Mundial una encomiable labor humanitaria para controlar zonas devastadas por catástrofes, reformar y cuidar la población. Por supuesto, he de dar mi respeto por la gente amante de la disciplina y el orden militar, por el amor a su país y la dedicación por ayudar a gente desfavorecida cuando las ONG y otras personas no tienen las infraestructuras y máquinas que les permiten llegar.

Que la invasión de EEUU a Afganistán fue una represalia contra el emirato talibán, contra Bin Laden y su grupo terrorista y la idea de colocar un gasoducto que llevase el gas del mar Caspio hasta el Índico está claro. Que el derrocamiento del régimen y la huida de la cúpula terrorista no indica que es el final de la guerra también queda claro, excepto para el presidente Zapatero, que por demagogia dice que no es una guerra (aun quedando territorios inaccesibles controlados por talibanes o grupúsculos de al Qaeda) y sigue mandando soldados de tapadillo para congraciarse con Obama y maquillando lo que pasa allí (recordad si no el ataque terrorista a helicópteros españoles con muertes incluidas reconvertidas a fallo de aviación por corrientes de aires). Que los camiones y elementos de desplazamiento están obsoletos es cierto y que la compra de nuevos efectivos sin blindado especial contra minas está demostrada por varios documentos (en la tradición del YAK 42 con un avión viejo y arruinado, con las mercancías sueltas y sin seguridad por recortes de fondos y con la triste pérdida de vidas humanas). Gente que ve ayudar a pacificar esa región como algo obligado a su moral mueren por desidia de la cúpula gobernante y su intransigencia con tapar un conflicto duradero. Que si bien no es un conflicto que involucra al Reino de España directamente tiene obligaciones por pertenecer a la OTAN y a la ONU (además con una finalidad de devolver la democracia a un país que lleva décadas de guerras, que aún no se ha conseguido al ser el presidente Karzai un títere de EEUU).

Así que por favor, aunque tengamos opiniones diversas de nuestras opciones políticas o sobre la utilidad o no del ejército en la sociedad actual, debemos condenar la muerte de soldados por el ninguneo de los políticos. Que sus muertes no queden en vano.

-

Publicado originalmente el 04-02-2010