martes, 27 de diciembre de 2011

Vacaciones en España

Impresionante el viaje de vuelta. Horas de viaje y esperas para que la documentación para entrar ni le echen un vistazo. Geo pasó el trámite en cuarenta segundos y tras dos preguntas sencillas. Tanta comedura de coco y preocupaciones por si la documentación para la carta de invitación sirviese y al final todo en un periquete. Mejor eso. Quizás tantas cosas es para disuadir o que hay un registro informático donde ya saben si tienes alguna que otra cosa en regla.

En el Reino todo como siempre. Presentados como pareja y recorriendo lugares de Andalucía. Muy buena recepción y agasajos en forma de comida. Ahora a descansar y ver si lo de la beca se resuelve pronto. En el campo político no se ve mucha pasión por la asunción de Rajoy y la gente está que trina con Urdangarín, aunque hay muchos amigos que me han sorprendido por declarar que se posicionan a favor de la institución de la Corona.

En fin, por falta de Internet eso de escribir se va a espaciar. Feliz año, queridos lectores.

martes, 13 de diciembre de 2011

No soy vegetariano

Cuando uno tiene la vida bien asegurada y la tripa muy llena ocurre que puedes elegir qué comer y qué no comer. Luego, lo de tener una dieta a elección solo puede hacerse cuando la vida está resuelta. No creo que los habitantes de los países en guerra o los de extrema pobreza puedan permitirse el lujo de elegir. Lo que llega, si es que llega, va para adentro.

Con esto aclarado comento que cada uno es libre de comer lo que quiera y como quiera. No hay que ir de policía diciendo qué está bien y qué está mal. Como mucho, se puede aconsejar o advertir médicamente, pero un Estado no puede entrar de ese modo en tu privacidad, no puede más que aconsejarte qué podrías comer para tener una alimentación saludable o qué cosas repercuten negativamente en tu salud. Eso de prohibir los saleros es una soberana tontería. Yo apenas uso sal, así que está en cada uno usarla o no. Y si la ocultan, ¿no esperan que los comensales usen su boca para pedir sal o creen que el orificio bucal sirve para comer nada más?

Pero a veces los consejos son tomados de una manera que te da más rabia que indiferencia. Y a veces rozas la pena. Desde tiempos inmemoriales el ser humano es omnívoro, o carroñero más bien. Estar entre las ramas hacía que la dieta fundamentalmente fuese de frutos o raíces, pero también habría más bichos en esos árboles digo yo. Ahí lo atestiguan las prominencias faciales y las grandes aberturas laterales para que pasaran músculos poderosos, y no para romper cáscaras de coco, por ejemplo. La dentición también estaba adaptada con grandes colmillos y con capacidad de arrancar y destrozar. Y como en esos tiempos, comer de todo tiene ventajas, carne, pescado, marisco, vegetales, frutas... de todo un poco y equilibrado en grasas, proteínas y azúcares. Variando y combinando, nada mejor. Comer solo semillas al final te pone fatal y tienes que ir al médico a que te receten principios necesarios. Así que el veganismo es más sano, como que es dudoso. También es dudoso que lo mejor sea comer carne toda tu vida. El ser humano tiene los dos ojos en la parte delantera de la cara y no a los lados, típico de cazador. Que sí, que también la percepción tridimensional vale para saltar de rama en rama, pero que nuestro ojo se sature con el verde para destacar otros colores y que seamos más sensibles a percibir movimientos que detalles también cuenta como comedores de carne. Que nuestros dientecitos hoy sean poca cosa se lo debemos al fuego y al proceso de cocción. Y no olvidemos que fue cuando el humano comió carne en grandes cantidades que su cerebro aumentó vertiginosamente de tamaño.

Dejemos los años de la polka. Si quieres ser vegetariano bien por ti, pero no intentes torturarme la cabeza para que me haga también yo. Al final es como una religión. Y eso de comer huevos, leche y queso no es vegetariano, es omnívoro pero con cosas que no te gustan. También están las ideas filosóficas y espirituales sobre que es comer y torturar a seres similares a ti, matarlos cruelmente. Bueno, si fuera así solo beberíamos agua. Las plantas están vivas y porque no se mueven parece que sí tenemos derecho sobre ellas. Si supiéramos que el reino vegetal es mucho más autosuficiente que el animal veríamos quién está en clara desventaja. No todo es sistema nervioso. Y más cuando se puede aplicar sacrificios con somníferos u otros medios.

Estoy a favor cuando los vegetarianos hablan de las patéticas condiciones en las que tienen a los animales, pollos sin alas, patas ni picos, vacas hacinadas comiendo de otras vacas muertas, cerdos engordados con hormonas... Es terrible y deben hacerse leyes para controlar eso, un trato sin crueldad y con alimentación sana. Y que puedan moverse. Los que hayan comido conejo de granja industrial y conejo de campo entenderán la diferencia. Pero lo que se va ya de madre es que dicen no comer carne para no mantener el ciclo de torturas, mientras comen derivados vacunos. ¡Para ordeñar a una vaca parece que ya no importa que las tengan hacinadas!

Y en el tema de que habría menos contaminación y se aprovecharían mejor los suelos si se comiese menos carne, es verdad. Si comiésemos de todo no tendrían que masificar todo. Pero no todo se arreglaría si fuésemos todos vegetarianos. Para alimentar a la población habría que cultivar los campos que antes eran para ganadería. Y como hay muchas bocas habría que extender mucho los cultivos y tenerlos en perfecta condición de irrigación. Si es intensivo el proceso vuelves a joder el suelo y en el caso de que salga mal una cosecha por parásitos o sequías habría que tecnificarlo todo como con los animales y usar pesticidas, que volverían a contaminar todo y a hacer daño a nuestro organismo. Aristóteles ya dijo que la virtud está en el punto medio. Ir de un extremo a otro no mejoraría nada, sino que haría más de lo mismo. Por tanto, que cada uno sea libre de informarse y comer lo que quiera, pero que dejen esa misma potestad a su prójimo.

Diario de Viaje: Peñafiel (Febrero de 2023)

 Pues casi sin reponernos del viaje navideño a Portugal tocó otro gran viaje. Mi mujer tuvo que ir a un curso a Santander y yo hacía décadas...