jueves, 26 de marzo de 2020

El trepamuros se va de casa

Por ahora, el joven Tom Holland se está llevando muy buenas críticas y algunos de sus predecesores en el traje lo alaban en gran manera. La verdad es que sí, que interpreta a un Peter Parker joven, que hace cosas de jóvenes y piensa como los jóvenes. Supongo que es lo que tuvieron Lee y Ditko en mente en los primeros años del cómic. ¿Por qué antes no se pudo alcanzar esto? Porque el metraje, aunque fuese de un par de horas, se le quedaría corto para desarrollar esa personalidad. La gente quiere acción y aventuras y prefiere en última instancia sacrificar la personalidad de los héroes.

Sin embargo, el MCU permite que se cuente una historia o se desarrolle un personaje en varias películas. Tiene más tiempo, ya lo vimos en Capitán América: Civil War y en la doble entrega final de Vengadores (Infinity War y Endgame). ¡Incluso pudimos ver el flamante traje de Iron Spider que le diseña Tony Stark! Eso sí, bastante diferente al Iron Spider de los cómics y de las series de animación.

La película empieza bien, con un intento de dar a entender cómo se reorganiza la humanidad tras el llamado Lapso (si mal no recuerdo). La población que fue aniquilada cinco años antes se reincorpora en iguales condiciones y edad y tiene que convivir con gente que ha sufrido y crecido en ese mundo desolado. Pero la idea apenas la explotan, parece que es más dolorosa la muerte de Stark, hace poco más de medio año. Para Peter tiene su lógica, pues esta versión nos la han vendido como que Tony vino a ser un padre y protector de Peter. Además, en este reboot dejan como tema sabido quién era el tío Ben y cómo adquirió sus poderes. Ahora, sin Tony Stark, Peter se siente algo perdido y sin ganas de entender el plan a largo plazo de Iron Man: que terminase siendo un miembro más de los Vengadores y, en última instancia, que fuese su sustituto como líder del grupo.

Es ahí donde encaja la llegada de Quentin Beck, el cual Parker llega a ver como una versión del fallecido Tony Stark. Es por eso que termina confiando en él y dándole el acceso a la inteligencia artificial EDITH y a todo lo que puede acceder y llevar a cabo. También es Quentin el que da a conocer el multiverso Marvel, hablando de Tierras paralelas y de los Elementales como fuerzas destructoras.

Evidentemente, Beck es Mysterio y, como tal, nunca puede ser tomado como aliado. Mysterio juega con la mente, engaña paso a paso y logra que caigas fácilmente en su trampa. Beck, a fin de cuentas, es solo un empleado renegado de Industrias Stark y quería obtener la tecnología que había desarrollado y Tony se la había adjudicado y usado en cosas nimias, según el criterio de Quentin. Con todo este proceso Parker termina dándose cuenta que pese a su corta edad y falta de experiencia como superhéroe, Tony veía en él un gran potencial y que es capaz de salvar a la humanidad él solo, sin ayuda de nadie.

Me quedo con todas estas ideas, que en realidad son una pequeña porción de la película. Si no hubiese sido una película del MCU podría pasar como cualquier película estadounidense de jóvenes haciendo un viaje por Europa y teniendo aventuras y romances. Que sí, que le pega a este Parker que pase eso y que por su edad es lo que harían. Que sí, que se desarrolla el interés romántico por MJ. Pero poco más. Casi toda la película estás preguntándote qué estás viendo, que si es de superhéroes o estás viendo un símil de Eurotrip. Ni la revelación de Nick Fury y Maria Hill ayudan a levantar la dinámica, ni las evidentes referencias a Capitana Marvel hacen que cambie mi opinión (¿generar una continuidad de manera forzada entre entregas?) Y, de nuevo, siguen olvidando que Spider-man, de por sí, es la punta de lanza de Marvel, que no necesita ser eternamente apadrinado por el resto de superhéroes para que el público lo reconozca.

martes, 17 de marzo de 2020

Coronavirus en el Reino de España

Me hice un poco de arqueología bloguera y descubrí que cuando hubo casos de ébola en España hice una entrada crítica con el Gobierno. Evidentemente, ahora toca hacer crítica al Gobierno, aunque sea de otro color.

Bien es cierto que a día de hoy estoy sigue subiendo y subiendo y que se conoce poco o nada de este virus. Su fulgurante aparición en China y su rápida expansión por Irán, Corea del Sur, Italia y España están poniendo a jaque los sistemas sanitarios de los Estados. Las predicciones indican que entre un 60 y un 80% de la población se va a infectar y, por suerte, la tasa de mortalidad es bastante baja, más que la de la gripe común. Es más, la mayoría de afectados tienen síntomas similares a una neumonía aunque en algunos casos puede complicarse y afectar a los pulmones o sistema digestivo, según me han contado. Por desgracia, los afectados de elevada edad o con problemas respiratorios o circulatorios están en la población de riesgo. Es por eso que este actual estado de alarma es más para cuidarlos a ellos y no saturar los sistemas de salud que, como siempre, recaen en exclusiva en la impresionante (pero siempre severamente recortada) sanidad pública.

Un compañero de trabajo mostró los síntomas y por precaución he estado estos días recluido. Hay suerte que las pruebas le dieran negativo pero nunca sabes cuándo te vas a infectar. Impresionantemente, parece que algunos que han pasado por la enfermedad pueden volver a tenerla o algunos infectados dan varias veces negativo antes de dar positivo.

Son momentos complicados, momentos en los que tenemos que apelar a nuestra responsabilidad y aislarnos e higienizarnos lo más que se pueda. Porque la OMS ya la declaró pandemia mundial y creo que esto va para largo. Temo por países con peores sistemas de salud o que ya tienen otras pandemias. En Argentina, por ejemplo, hay ahora una de dengue. Si se suma el coronavirus, la cosa se va a poner muy mal. Ojalá que haya fuertes medidas de prevención.

¿Prevención? Eso me recuerda a la ineptitud y falta de respuesta del Gobierno. Si bien muchos estábamos confiados por la lejanía de la infección y las pocas complicaciones al paso de los días se veía que la cosa iba in crescendo. Que aunque siendo poco mortífera iba a colapsar todos los sistemas. Es que se veía. Los portavoces y especialistas gubernamentales casi se mofaban de los alarmistas y quitaban hierro al asunto. Mira que China avisaba que la cosa no era tan fácil y que Italia nos llevaba unos días de ventaja y que podíamos mirarla como espejo. Pero no. Incluso se permitieron manifestaciones masivas el 8-M con el riesgo de aumentos de contagio que podría conllevar. Pero claro, eran marchas que eran afines al Gobierno actual, por lo que el espaldarazo político que les daba parece que compensaba el aumento de casos. Mal, mal asunto cuando la salud y la política se oponen. Evidentemente, el lunes siguiente empezaron las caras largas y preocupadas. No porque ya se veía el aumento por las marchas (el periodo de incubación va entre 5 y 6 días) sino porque lo marcaba el guion.

Tengo que repetirlo más porque a veces lo puedo dar por sobreentendido. Soy un defensor del Estado autonómico. Es mejorable, sí, pero la distribución de competencias, si se ejercen de buena fe, hace más bien que mal. En este caso ayudó mucho porque las comunidades autónomas pudieron tomar medidas adelantándose a un Gobierno inactivo. Madrid, Andalucía, Valencia, Euskadi y un largo etcétera empezaron a tomar medidas regulando las aglomeraciones, implementando protocolos de actuación, tomando medidas sobre el transporte y viendo cómo fomentar el teletrabajo y evitar ir a un lugar. Si bien muchos actuaban mal y con contradicciones, estaban quedando como referentes de seriedad y cordura en comparación con el Presidente. Ministras y diputados infectados dieron mucho desasosiego y ya los bulos comenzaban a circular (junto a los idiotas que arrasaban con todo lo que pillaban en los supermercados, en especial papel higiénico).

Pero por fin tomaron cartas sobre el asunto. Una declaración de Sánchez el viernes y una aplicación fuerte del estado de alarma, a pesar de las disensiones en el Consejo de Ministros. Creo que es más estricto de lo necesario pero creo que lo hacen así sabiendo que la gente lo va a acatar a la mitad: si lo hubiesen hecho razonable la gente seguiría haciendo vida normal y eso no podía ser. Un poco más arriba apelé a la responsabilidad de cada uno, pero todos sabemos que muchos pasan del tema y que deben ser persuadidos a que se comporten de manera adecuada. Y tras la toma de las riendas el Estado autonómico tuvo que cambiar, para mí acertadamente, de paradigma. Ahora había que unificarse, tener políticas comunes y seguir un mando único. Patéticas las pataletas de los presidentes vasco y catalán, aduciendo que se les comía las competencias propias y que eso no podía ser. ¡Pero gente, que es un estado de alarma, que es una situación excepcional y si vamos por libre esto no se reconduce ni de coña! A veces más que preocupación por la conculcación de autogobierno es preocupación porque se les toca su chiringuito.

Por sorpresa, la Unión Europea ni está ni se le espera. Cada país europeo está yendo por su cuenta, con cierre de fronteras incluido. Cuando la Unión debía funcionar mejor y dar un rendimiento óptimo ha demostrado estar dando traspiés. Cuando salgamos de la crisis habrá que evaluar seriamente si la Unión tiene futuro o no, si solo sirve para cuando las cosas van bien o puede actuar cuando las cartas vienen mal dadas.

Ya estuve de cuarentena en 2010 en Argentina por la gripe aviar. Los rigores al paso de la semana se van aliviando, pero hay que poner mucho de uno mismo para aguantar el aislamiento. Es el momento de cambiar algunos paradigmas, empezando por fomentar la cooperación e ir olvidando el culto al individualismo. Mimar la sanidad pública y reforzarla. Apelar a la responsabilidad y el voluntariado. Quitar la idea de que muchas horas en el trabajo significa producir mucho. Hay que salir mejorados tras este tumulto porque la crisis económica por la inactividad va a darnos bastante batalla.

sábado, 14 de marzo de 2020

Diario de Viaje: Algodor en Aranjuez (Febrero de 2019)

Pues este lugar es curioso porque está situado en la comunidad madrileña, en esa parte del sur que es como una lanza y que rompe los esquemas lógicos. Pero es normal, ya que antiguamente Aranjuez pertenecía a la provincia de Toledo pero no sé qué miembro de la Familia Real pidió, porque estimaba mucho el lugar, que pasase a la provincia de Madrid. Cosas del destino.

Algodor en sí no tiene mucho que ver. Un edificio y su estación de tren. La verdad es que no sé si hay más. Pero es interesante el lugar porque lo atraviesa una ruta de senderismo que va siguiendo los pasos al Tajo. Te pones a caminar y pueden pasar colinas y llanuras que el tiempo parece que se detiene. Eso sí, la cantidad de liebres sueltas, el AVE recorriendo la zona de vez en cuando y los ruidos del aeródromo cercano hacen que vuelvas a la realidad.

viernes, 13 de marzo de 2020

Diario de Viaje: Mora (Febrero de 2019)

Continuando con las visitas a castillos tocó hacer el de Mora, llamado de Peñas Negras. Bueno, en realidad no lo visitamos como tal, solo llegamos al montículo que da acceso pero parecía en obras. Este castillo está enclavado en un risco y sus murallas dan la impresión de que representan un barco de piedra con su proa varada en los montes.

Hay como una refinería de aceite de oliva que tira una columna de humo inmensa y su característico olor te llega desde lejos. En nuestro paseo decidimos adentrarnos en los montes, de una orografía bastante bonita, y atravesarlos hasta llegar al otro lado, ya dominado por muchos olivares. Hay un poco más allá otra línea de montes y después se inician las famosas llanuras manchegas. El paseo hacia arriba fue bastante interesante pues se simultaneaban cultivos, roca desnuda y vegetación y la bajada por los olivares te permitía recargar energías.

Tras volver al municipio y tener poca o ninguna energía llegamos al primer bar que encontramos. Una tapa y listo para buscar otro para almorzar, pues este no tenía mesas afuera (cosa de ir siempre con nuestra perra). La plaza central es bastante amplia y te deja una buenas vistas de su curioso ayuntamiento de estilo neomudéjar. La verdad es que se comió bastante bien, sobre todo tras hacer un gran día de senderismo.

jueves, 12 de marzo de 2020

Diario de Viaje: Almonacid de Toledo (Febrero de 2019)

El clima invernal ya declinaba y empezaba a hacer algo de calor, así que antes de que el sol taladre la piel tocaba recorrer los castillos de la zona. El de Almonacid se divisa desde bastante lejos, ahí situado sobre una colina con una forma irregular muy característica. Me da siempre la impresión de estar contemplando lo mismo que hace algunos siglos, como si fuese el castillo el que nos contempla y no al revés.

El ascenso zigzagueante que se inicia sobre las ruinas de una iglesia mudéjar con un antiguo cementerio a su lado está bordeado de pinos y hay que prestar atención a la procesionaria pero no es muy demandante la subida y en un rato se tiene una buena vista de la región. Lo loco es que haya gente que prefiera subir en coche cuando la caminata es casi lo mejor del proceso. Llegar a los pies del castillo hace que lo veas en su esplendor pero también empiezas a verle los defectos, puesto que puedes acceder por una torre derruida a su interior y ver que casi todo está colapsado aunque la presencia de la torre del homenaje (o lo que supongo que es) sigue en pie. Un mero recuerdo de lo que pudo haber sido en tiempos medievales. El nombre del castillo parece ser Almenas del Cid (de donde vendría el nombre del pueblo), ya que la leyenda cuenta que lo conquistó el mismísimo Cid Campeador para un Alfonso VI con sus miras en (o desde) Toledo.

A la bajada pudimos acercanos hasta la iglesia, que tiene muros bastante altos y se destaca sobre las casas del lugar. La plaza del pueblo tiene una curiosa fuente aunque parece que su agua no es potable y las callejas con las casas bajas típicas de la zona (y los cortinajes de las puertas) hacen que te relajes en un lugar tranquilo.

domingo, 8 de marzo de 2020

Diario de Viaje: Noez (Febrero de 2019)

El casero que nos acogió al comienzo de nuestra andadura toledana nos recomendó este lugar, pues cuenta con un pico que supera los mil metro de altitud. Queda un poco antes de los Montes de Toledo, por lo que la sierra da la impresión de que tuvo que ser lugar privilegiado de observación desde tiempos antiguos. El ascenso es sencillo y recorres lugares arbolados y cada vez vas atisbando más los pueblos cercanos y la orografía que lo rodea, es una buena experiencia. Arriba del todo hay una rosa de los vientos y se señala qué localidades estás viendo al asomarte en la cima. Una buena y ventosa experiencia, la verdad.

A mitad de camino hay un pequeño desvío que te lleva a los restos de una antigua trinchera de la Guerra Civil. Según parece, el bando republicano ocupó dicha posición estratégica para intentar alertar sobre el movimiento o avance de las tropas sublevadas. Es una pena que no tenga tanta publicidad dicho lugar pues considero que puede aportar información trascendente sobre el día a día de tan cruel guerra.

Lo malo es que parte de la ladera es privada, la parte más boscosa pertenece a una finca y no puedes pasar la valla, aunque puedes seguir varios senderos bien marcados que recorrer el lugar de cabo a rabo. El pueblo es pequeño y tiene la iglesia de San Julián, con la arquitectura tan típica de la zona, y la gran plaza de Licinio de la Fuente, político natural del lugar.

sábado, 7 de marzo de 2020

Diario de Viaje: Totanés (Febrero de 2019)

Hubo reunión de compañeros de trabajo de Geo para hacer una excursión por el pueblo de Totanés. Visitar esa comarca me encanta, así que nos alistamos y, como siempre, llegamos tarde a parte de las explicaciones dadas por los guías locales.

La entrada al pueblo tiene una rotonda (cómo no en esta España) con la figura de Fray Sebastián, que anduvo por el siglo XVIII en Filipinas e hizo tratados sobre el idioma tagalo. Al poco se llega a la plaza principal del pueblo donde en su mismo centro hay un pequeño toro celtíbero que te hace pensar la travesía de personas desde tiempos inmemoriales por ese lugar. Un pueblo con historia. Justo al lado de la plaza existe una iglesia mozárabe que llegó a tener cierta fama en el siglo XII, puesto que se hizo sobre los restos de una antigua iglesia visigoda y posee unos artesonados de gran belleza, amén de bastantes figuras y referencias a cómo los cristianos desarrollaban sus cultos en territorios dominados por los musulmanes.

También llegamos a ver a las afueras la edificación de lo que fue una pequeña escuela en la dictadura y nos comentaron la intención de recrear un museo costumbrista para dar cuenta de cómo se formaron los niños en esa época. Y sí, también hubo referencias al famoso cura stripper de la localidad, caso que creó bastante revuelo hace unos cuantos años.

También fuimos, a las afueras del pueblo, a un bosquecillo que encerraba lo que puede ser un crómlech, un círculo de piedra que serviría para calendario agrícola y lugar de culto. La verdad es que se veía la formación claramente pero se tenían que llevar a cabo tareas arqueológicas. Como siempre digo, quedarte cerca de un sitio arqueológico es como abrir una conexión entre la actualidad y el mundo antiguo.

Al final, un poco de paseo por los alrededores para ver cómo a lo lejos el horizonte queda ocupado por los Montes de Toledo. Mucho sembradío y olivares y, según qué época, todo trufado de cazadores ansiosos.

domingo, 1 de marzo de 2020

La fortaleza interior de Ecuador

En octubre de 2019 en Ecuador se desató la locura. El presidente Moreno, adepto inicialmente a Correa pero justo al poco de asumir el cargo intentó purgar todo lo que había hecho él, quiso implementar medidas muy polémicas. Quiso subir el precio de los carburantes (en un país donde el salario mínimo cobrado por una gran parte del país no llega ni de lejos a los 400 dólares), reducir las vacaciones de los trabajadores públicos y destinar al Estado un día de tu sueldo. Evidentemente, las críticas no se hicieron esperar.

Hay mucha división y clasismo en Ecuador, los descendientes de potentados siguen actuando como si fuesen los amos del país, sobre todo descargando mucho desprecio contra la población indígena. En Ecuador he visto cómo la gente traga mucho pero deja internamente la bronca hasta que una chispa hace que todo salte por los aires. Y las medidas de Lenín fueron el detonante. En la provincia del Carchi se iniciaron fuertes protestas y el resto del país tardó poco en sumársele. Y cuando las comunidades indígenas se unieron a la huelga y protestas, la cosa se recrudeció. Dio igual el toque de queda gubernamental o las fuerzas de seguridad. Las protestas y disturbios pulularon por todos lados y muchas marchas se dirigieron con rabia hacia Quito. Incluso se saquearon edificios públicos. Como era de esperar, el Gobierno echó freno a sus polémicas medidas.

Por un lado me agradó y sorprendió la fuerza y determinación del pueblo ectuatoriano. Seriedad y compromiso por defender unos valores comunes y dignos, hasta las últimas consecuencias. Muchos estudiantes míos se sumaron a las protestas y pusieron su pellejo en riesgo. Marcharon, corearon, evitaron cargas y gases lacrimógenos. Que estas líneas de aquí sean un pequeño homenaje a sus hazañas.

Por otro lado me preocupé pues la huelga fue soportada por barricadas y muchos empezaron a sufrir de desabastecimiento. La universidad en la que estuve anda algo lejos de las vías de comunicación, luego en cuestión de pocos días los víveres desaparecieron. Hubo miedo por saqueos o disturbios. Muchos organizaban partidas para vigilar el campus y otros con riesgo intentaban llegar a la cercana Urcuquí y romper el cerco para conseguir alimentos. Viví unos días tensos y preocupados. Puedo decir que incluso temí por la seguridad de varios, amén de que quedaban completamente aislados y a la merced de cualquier grupo enfervorecido que quisiera violentar el campus pensando que hay dinero fácil en su sede.

Confieso que quedé, incluso después de que todo se arreglase, algunas semanas taciturno. Gente que aprecio, en un país en el que viví, pasaron momentos bastante crudos. Y a cada día parecía que la cosa no iba a detenerse hasta que no pasara una desgracia. La fragilidad de nuestras vidas y nuestro entorno es mayor de lo que se piensa. También hubo disturbios en Líbano, Chile, Cataluña, Bolivia, etc. El mundo está pasando momentos turbulentos y dudo cómo va a terminar todo esto.

Diario de Viaje: Peñafiel (Febrero de 2023)

 Pues casi sin reponernos del viaje navideño a Portugal tocó otro gran viaje. Mi mujer tuvo que ir a un curso a Santander y yo hacía décadas...