jueves, 30 de enero de 2020

El Título VIII no está cerrado

Hace cosa de un mes volvió a la palestra mediática el caso del País Leonés. El ayuntamiento de la ciudad de León apostó claramente por la separación de la provincia de la comunidad autónoma de Castilla y León. Según ellos, y según el leonesismo, se había forzado por parte de dirigentes de UCD a la creación de una gran comunidad autónoma para hacer de contrapeso a otras, evitando mantener la separación en dos regiones (León y Castilla la Vieja) que había existido desde la II República y la dictadura de Franco. Comentan cómo a pesar de votar que sí en un principio y echarse para atrás en último momento sus posturas no fueron consideradas, ni por el Legislativo ni por el Judicial.

Ni idea cómo va a terminar todo esto. Visto lo visto, en un panorama donde muchos dan por caduco el Título VIII constitucional, va a haber Castilla y León para largo. Sí, aunque parezca sorprendente, ese título permite de manera continua la creación de comunidades autónomas. No existe ningún artículo que diga que el título pierde vigencia cuando todo el territorio nacional ha quedado dividido en comunidades o ciudades autónomas (aunque esto no es del todo cierto, hay aún islas en el mar de Alborán, islotes y peñones en la costa africana que son de gestión estatal, no son territorio de ninguna autonomía). Es en esto donde se apoya con fuerza el leonesismo.

Otro aspecto a considerar es el entusiasmo de las provincias de Zamora y Salamanca, pues en teoría son también parte del País Leonés. Puede que el leonesismo sea relativamente fuerte (no he estado allí para saber si es muy fuerte o solo goza de buena publicidad, ojalá pudiese hacerme una idea más fidedigna) en la provincia de León pero si bien se contempla una autonomía uniprovincial se anhela que entren las tres provincias históricas. Por algunos testimonios la idea no les parece lo suficientemente atractiva. Evidentemente, lo que piensan o teorizan algunos ha de verse reflejado en la calle, en los votos. Otro caso similar son los Países Catalanes, donde varios piensan que no solo Cataluña merece su independencia de España, sino también el resto de territorios históricamente ligados a la cultura e idiosincrasia catalanas.

Sin embargo, por mucho que nos duela, no solo la nación española tiene orígenes que se mitifican para darles sentido y fabricar un símbolo de unión. Las antiguas naciones y, más actualmente, las comunidades autónomas también se basan en orígenes mitificados. Me jode aseverar esto con Andalucía, ya que desde pequeños nos empapan de que somos ocho provincias con destino común y olvidadas por el centralismo madrileño, solo para generar fiesta y materia prima. No hablo de la jugada, también por parte de UCD, de los conatos de creación de la autonomía de Andalucía Oriental, sino que en época de Blas Infante se reunían representantes de todas las provincias que hoy conforman Andalucía, más representantes de las provincias de Badajoz y Ciudad Real. O sea, el número total no estaba definido y en la famosa Asamblea de Córdoba, cuando se dictaminó las fronteras de la Andalucía actual, los representantes de Jaén, Granada y Almería abandonaron la reunión y no pudieron votar lo acordado, aunque les afectaba de todas maneras. ¡Y no nos olvidemos las plataformas de Andalucía Oriental (Jaén, Granada, Almería), la Región de Granada (Málaga, Granada, Almería), la Región de Málaga, la Región de Almería (o su anexión a Murcia) o los conatos, ya apagados, de crear una provincia en el Campo de Gibraltar ajena a Cádiz! Lo que muchas veces damos por sacrosanto, de aceptación universal e indiscutido quizás no lo sea tanto. Incluso nuestro tan amado 28-F, el día del referendum donde los andaluces combatimos contra la imposición de lograr una autonomía lenta, no al estilo de nacionalidad histórica (ya reclamado el 4-D), y que da pistoletazo de salida para que todos los territorios abandonen la centralización secular, fue realmente un fracaso, puesto que en Almería no se llegó al mínimo requerido. Si las ocho provincias no estaban de acuerdo el proceso debería abortarse. ¿Qué pasó? ¡Que se torcieron las leyes ad hoc para lograr lo que se había pensado en un principio!

Sea como fuere, son temas que despiertan en mí bastante interés y que me gusta seguir con cierta atención. Sí, quizás sean temas que no resuelven nada, que no ayudan a la gente a afrontar problemas más acuciantes. Pero la gente no solo vive de lo inmediato sino de anhelos, pasiones, ligadura al terruño y saberse parte de una comunidad de idiosincrasia similar que lo acepta tal y como es.

sábado, 25 de enero de 2020

Slow science

Ahora, lo que muchos veníamos diciendo una y otra vez, parece que entra de moda. ¿Qué es esto? Lo que su nombre indica: investigación pausada, detallada, buscando completar y cerrar una línea de investigación y escribir un artículo sobre lo investigado, haya pasado el tiempo que haya pasado desde el inicio de la investigación.

En la actualidad la ciencia es más un negocio que una herramienta de generación de conocimiento. Las investigaciones se llevan a cabo a la par que el plan de desarrollo, se llegan a resultados parciales y no se explora todo hasta sus últimas consecuencias y se intenta publicar por separado cada detalle, varias veces al año. Si no se hace así, desgraciadamente, te quedas atrás de la carrera investigadora. Ya no se valora la calidad, sino la cantidad. Y es que el negocio capitalista de las editoriales científicas manda, y para lucrarse cuantiosamente necesitan manuscritos que adquieren por cero euros, eso sí, manuscritos que vienen de investigaciones normalmente subvencionadas con dinero público (unas subvenciones que solo se dan a ciertos campos que interesa explotar, cribando por tanto el avance científico). Un desastre.

Es muy loco que gente conocida ahora se sume al carro de la ciencia lenta. Me alegraría si lo hicieran convencidos pero sospecho que lo hacen para estar a la moda. Sí, gente que defendía que los estudiantes deben competir entre ellos (típico síntoma capitalista) en vez de colaborar entre ellos (uno de los pilares básicos de la ciencia). Por gente con la cara de granito esto está como está.

Y por otro lado el afán de "titulitis", Ya te arrogas un título (como ciertos políticos) si lo estás estudiando. ¡Pero la educación reglada lo es porque hay unas reglas para conseguir un título, si no las cumples no hay nada de título! O las manera de alterar el nombre a doctorandos (asistentes de investigación, cuando son ellos los que hacen la mayor parte de la investigación, coordinados y supervisados, eso sí, por los investigadores oficiales). No hablemos nada de los pobres sueldos que reciben y la pantomima de que si amas la ciencia has de echar horas como un loco y sacrificar tu vida en pos de ella. Y del verticalismo y aires de grandeza que tienen algunos y fomentan otros. ¿Y los postdoctorandos? En principio eran concebidos como doctores jóvenes que iban a un grupo con el que colaboraba tu grupo original, vivías fuera un tiempo aprendiendo sus técnicas y consolidando vínculos y volvías al grupo de partida para enriquecerlo. Ahora eres una máquina de publicar en un grupo que no conoces y del que pronto te irás, puesto que terminó tu contrato en tu grupo original. Es como los cargos universitarios que se idearon como complemento y ahora son puestos individuales con el sueldo irrisorio sin tocar (claro, era un complemento a tu sueldo...).

Un antiguo rector que tuve nos comentó una vez que hay que elegir: ser un científico de reconocido prestigio o tener una familia y vida funcionales. No se puede ambas porque el tinglado está montado para que no se pueda. Si de verdad cala la slow science otro gallo cantaría. Ojalá.

viernes, 17 de enero de 2020

Diario de Viaje: Castelo Branco (Diciembre de 2018)

Pues viaje a un centro urbano para pasar la Nochevieja. Un poco de susto porque daba por hecho que los mapas de Google, una vez cargados, seguían siendo válidos. Craso error, había que descargarlos. El problema no era cómo llegar sino qué entrada a la ciudad tomar y fue un poco caótico y errático. Pero no pasó nada, unas vueltas y llegamos al hotel (que nos dieron un PIN que no era y no podíamos entrar, pero se resolvió más pronto que tarde).

Pues el hotel estaba justo en la plaza donde se estaba montando el escenario para dar el fin de año. Como no van a campanadas han de generar una cuenta atrás. Y todo siempre engalanado con música electrónica. No sabía el gusto portugués por este tipo de música, la verdad.

La caminata por las calles hacía que viéramos mucha gente entusiasmada y algunos barrios más humildes con gente ya de fiesta y con sus mejores galas. Se nota que estaban pidiendo a gritos una buena celebración para dar la bienvenida al nuevo año. Hubo que hacer unas compras antes para evitar quedarnos sin nada. Y el paseo pronto nos llevó al castillo. Pensando que Castelo Branco significa castillo blanco esperaba un buen y enorme castillo. Pero nada de nada. Mi gozo en un pozo. Quizás lo fue alguna vez pero ahora solo quedan algunas murallas y una torreta. Al menos lo han convertido en un enorme jardín donde poder pasear tranquilamente.

Fuimos hasta el mirador de São Gens con las vistas a la ciudad y alrededores. Está curioso porque parece más una plaza con acequias que un mirador en sí. Y mucha vegetación, que es de agradecer si se llega ahí en pleno verano. Bajando por el otro lado llegamos hasta un gran jardín que estaba como separado por la calle. Pero estaban conectados por un paseo elevado y la canalización de agua iba de uno a otro. Creo que era el jardín del Paço Episcopal, con sus estatuas y escaleras a un lado (no tan accesible) y un gran parque al otro. Ahí pudimos dar varias vueltas y poder descansar en las explanadas y jardines.

Después de un tiempo seguimos el paseo hacia la sede catedralicia, incluso creo que nos cruzamos con algo similar al típico rollo jurisdiccional medieval. Y el paseo nos llevó hasta el viejo muro de lo que parece que era (o es, no estoy seguro) la cárcel de la ciudad.

Otro paseo a la tarde nos llevó al otro lado de la ciudad. Y llegamos hasta el Parque Natural do Barrocal. Lo loco es que estaba cerrado, como que aún estaban haciendo los caminos de madera y algunas plazas y construcciones variadas. Pero si bien estaba cerrado en la parte de acceso más inmediato, el resto no tenía ningún impedimento. Así que nos metimos y observamos unas vistas impresionantes. Daba la impresión de que allí hubo asentamientos o algo, quizás volaba mucho mi imaginación en esos momentos porque entre tanta vegetación y roca gigante uno empieza a proyectarse a tiempos remotos. Como si alguna de esas rocas fuese un menhir de tiempos remotos. Eso sí, había como un punto geodésico, quizás es un parque de referencia a nivel nacional.

Tras eso nos fuimos acercando al hotel y pudimos disfrutar de esa entrañable arquitectura portguesa, con sus aceras de rombos pétreos y una iluminación navideña bastante profusa. Unas películas, una frugal cena y a hacer la cuenta regresiva entre festejos y fuegos artificiales.

A la mañana siguiente, bien temprano, iniciamos el regreso. Es muy curioso que cerca de una gasolinera había algo parecido a un parque arqueológico. Digo parecido porque estaba plagado de dólmenes y construcciones prehistóricas pero todo estaba invadido de huellas de camión, por lo que debieron hacerlo hace poco con intención. Pero da igual porque el paraje te maravilla, juega con tu imaginación.

lunes, 13 de enero de 2020

Diario de Viaje: Escalos de Cima (Diciembre de 2018)

La verdad es que no paramos mucho tiempo en este lugar y no pudimos recorrerlo como es debido. Geo pidió parar para comprar unas cosas y dimos un paseo de unos minutos nada más. Ni el palacete ni lugares emblemáticos pudimos ver.

Bueno, la arquitectura es bastante típica, de un aire portugués característico. En cierto sentido me recuerda a la edificación típica de estaciones de trenes de inspiración británica (puertas y ventanas estrechas, con dinteles parecidos a un yunque... no sé si me explico). Muchos colores y diferentes y las calles y aceras de adoquín con esa configuración al estilo de rombo.

Paso fugaz, una lástima.

domingo, 12 de enero de 2020

Diario de Viaje: Penha Garcia (Diciembre de 2018)

Muy cerca de donde estábamos quedaba este pueblo de vistas hermosas. Está enclavado en la ladera de un cerro con unas vistas impresionantes. Eso sí, las cuestas al caminar se notan desde el primer minuto.

La gente es bastante amable, preguntando de dónde éramos y haciendo gala de sus belenes instalados en los jardines en frente de sus casas. En la parte superior del pueblo hay un mirador impresionante que ves la región sin impedimento y justo al lado del mirador te puedes embelesar con los carros de combate que están siendo testigos mudos de la historia del lugar. No sé si fueron usados en su revolución hacia la democracia o durante la II Guerra Mundial, no lo recuerdo. La parte más antigua tiene las casas más bonitas de piedra, puestas en calles estrechas y de mil recovecos que están en pendiente. Pudimos tomar algo de comida para acumular energía y seguir subiendo hasta las pocas ruinas que quedan del castillo, que tiene unas vistas excelentes. ¡Pudimos comprar unos higos secos para tener energía!

Y es que lo mejor estaba por empezar, ya que se abría paso una ruta por un geoparque que queda a los pies de un embalse rodeado por frondosos bosques. Las rocas estaban estratificadas y había bastante gente practicando escalada y poco a poco pudimos ver restos paleontológicos, fósiles de flora submarina de hace millones de años. Parecían como largas algas acumuladas en algunas zonas, testigos de tiempos remotos. Y cerca de eso algunas chozas reconstruidas como los tiempos antiguos con explicaciones sobre lo que estábamos viendo.

Río abajo había un camino que se adentraba en los bosques y bordeaba antiguas casas. Un momento para sentarse y admirar el paisaje y escuchar el agua. El sendero del geoparque terminaba por adentrarse de nuevo en el pueblo y pudimos volver a descansar, no sin antes para ver un belén a tamaño natural con las figuras ataviadas con los trajes típicos, que daban un aire terrorífico, la verdad sea dicha.

miércoles, 8 de enero de 2020

Diario de Viaje: Monsanto da Beira (Diciembre de 2018)

El nombre solo me sonaba por la malhadada compañía pero es cierto que se merece el título del pueblo más portugués de Portugal.

En vez de ir por la carretera fuimos por un camino secundario que atravesaba zonas verdes y bosquecillos, donde una pequeña iglesia de piedra hacía de alto del camino. Como en invierno anochece bastante temprano en Portugal había que apretar el paso y no demorarse mucho. Dicho y hecho, entrando con el sol bajo por las Portas de Santo António. Todo muy silencioso, todo muy atenuado por el frío del monte y rodeados por unas vistas hermosas, como que este monte dominaba una vasta región de montes menores y llanuras. La cima estaba ocupada por los restos del castillo al cual no pudimos subir por falta de tiempo.

Cerca de las puertas está el cementerio del lugar y justo al lado había como un claro donde había multitud de muñecos, incluso una muñeca de mediana estatura atada, como si estuviese crucificada. La verdad que entre tanto silencio daba un poco de repelús y nos preguntamos quién pudo crear tal atracción tan macabra. Unos cuantos pasos más y nos adentramos en el pueblo en sí, todo de piedra, con musgos y algunas plantas intentando seguir creciendo entre los resquicios del suelo. Y cruces de granito, cruces por todos lados, tanto que incluso llegaban a pasar desapercibidas por el alto número.

Llegamos a tiempo para ver la iluminación de la Torre de Lucano, con su característico reloj. Está justo al lado de la Igreja da Misericordia con algunos detalles navideños. Mucha cuesta, mucho recoveco y poca gente que se atrevía a saludar. Era como un encuentro fantasmagórico, como una localidad maldita que aparece en los relatos lovecraftianos. Me encantó el lugar.

La orografía del lugar (encuentras grandes rocas entre las casas como si hubiesen sido integradas lo más tranquilamente posible) y las vistas son espectaculares y merece mucho la pena seguir recorriendo la zona. Unas vueltas más y pasando por la Igreja de São Salvador para volver a bajar, esta vez sí, por la carretera principal. Bastante bonito, pues había cierta iluminación desde el suelo y se destacaban algunas pequeñas ermitas y rocas-santuario. Una experiencia excepcional, con ganas de más, la verdad.

martes, 7 de enero de 2020

Las decisiones europeas sobre Cataluña, polémica asegurada

Ya esto está alcanzando niveles grotescos, no resultaría extraño si fuese otra película rocambolesca de Berlanga. Me refiero a los tira y afloja que hay ahora con las sentencias del procés, la Junta Electoral Central y las diatribas de Puigdemont y Junqueras. Y todo aderezado con un PSOE que necesita desesperadamente socios para lograr la investidura de Pedro Sánchez.

Ya no sé si la justicia española peca de prepotente o si la justicia europea le importa un bledo lo que pasa en España o los países del sur hay que tomarlos con sorna (y, a veces, se les da motivos para que piensen así). Bélgica parece más un paraíso criminal que el país que alberga el corazón de la Unión. No es porque lleven la contraria con las euroórdenes o que den poco crédito a lo pedido por los jueces españoles, esto el lo último de tropelías como las que hicieron gala con los terroristas en el barrio de Molenbeek.

Supongo que en España los jueces han tenido por seguro ciertas cosas que en Europa (por eso han preguntado) lo lo veían tan claro. Pero en vez de suspender el fallo o discontinuar la prisión preventiva de Junqueras le dieron todo para delante y ahora hay una paradoja de película. No creo que se le anule la condena, pero la JEC ya ha salido a enmendar la plana de que con esa condena por cuestiones previas a su elección para el Parlamento Europeo le va a ser imposible salir de la cárcel.

Y la JEC, haciendo valer las leyes que ya están promulgadas y varias veces aplicadas a alcaldes, inhabilita a Torra por sus pancartas políticas en periodo electoral. Sí, han tardado bastante en dar dictamen y que un organismo de control tenga estos poderes es cuestionable, aunque sea legal. Ojo, si no gusta habría que revertir la ley que le da tal poder, pero no vale ser retroactivo.

Todo esto afecta la opinión de ERC, que tiene la clave de la elección de Sánchez. Quizás no sea el mejor aliado pero PP y Cs se han encargado de cumplir la profecía de un PSOE cercano a los independentistas: sus reiteradas negativas a dar confianza o pactar mientras decían que Sánchez iba con los independentistas han terminado como han terminado. Y se escandalizan los muy cobardes. Veremos en qué queda todo esto, pues parece de difícil entuerto, de las cosas que te obligan a aprenderte en las clases de Historia.

Entonces, ¿no se puede judicializar un acto político? Si no atenta contra la legalidad, el Poder Judicial no tiene nada que decir. ¿Esto se resuelve con diálogo? En parte sí, pero intentar (sea amago o no) separar ilegalmente una parte de un Estado no puede ser algo que quede impune. Decir como regañando 'no lo vuelvas a hacer' no es que sea muy disuasorio. ¿Qué se debió hacer? No tengo ni idea.

Por otro lado, si bien los Estados apoyaron la unidad de España estas resoluciones judiciales dan fuera a los movimientos independentistas, como que al final nada tiene consecuencias. Pero lo malo también está con el tema de que saltan ahora los euroescépticos y los militantes de Vox: esto es un agravio a la soberanía española y mejor salirse. Estas rabietas me dan miedo porque prenden fuego de manera rápida. No olvidemos lo que nos ha dado pertenecer a Europa. Y no puede ser que uno quiera ser europeo para unas cosas y no para otras. Eso es conveniencia infantil. La Unión trasciende todo esto.

lunes, 6 de enero de 2020

Diario de Viaje: Valado en Monsanto (Diciembre de 2018)

En la mañana dimos un buen paseo para tonificarnos de tanto viaje, así que decidimos cruzar la carretera y empezar a subir un monte. La cosa se complicó por lo escarpado y la vegetación pero pudimos ver el cerro donde se sitúa Monsanto y el cielo azul surcado por águilas.

De vuelta para abajo antes de llegar a la casa de campo tiramos por una bifurcación que lleva a este diminuto cúmulo poblacional pues eran más cocheras para tractores y caserones de campo que una aldea en sí. Lo bueno es que la zona verde aparece pronto y se ven afloramiento de roca granítica con musgos y bosquecillos por doquier. Fue una larga caminata donde un perro se nos quedó ladrando y siguiendo a distancia prudencial durante más de quince mintuos (lo mismo a la vuelta, qué insistencia).

Nos cruzamos con algunos pastores de gesto amable y con multitud de cabras, creando un ambiente bucólico y filosofando qué medidas e incentivos ha de llevar a cabo un Estado para garantizar que no se terminen de despoblar las regiones rurales de los países.

domingo, 5 de enero de 2020

Diario de Viaje: Relva en Monsanto (Diciembre de 2018)

Con ganas de pasar fin de año en Portugal, un país hermoso e interesante que por desgracia pasa desapercibido para el español medio. Está tan cerca y no se repara en él. Cuando uno está afuera tiene ganas de volver y visitar lo cercano, lo que se daba por sabido. Y esa es la tradición que quiero generar, pasar Nocheviejas descubriendo Portugal.

Esta vez tocó cerca de la frontera, así que mucho coche y un par de equivocaciones para meternos por una carretera secundaria medio olvidada que lleva a un pequeño puente que hace de frontera. No sé por qué todo el mundo habla maravillas del roaming pero la señal se perdió más pronto que tarde aunque la buena memoria y las pocas señales de tráfico que hay ayudan bastante.

Lo malo es que no sé portugués y la casa de campo que teníamos reservada estaba cerrada y sin posibilidad de llamar a la casera. Pero bueno, con un poco de esfuerzo se logró. ¡Qué vistas de los montes, por favor! Es un paraje bien tranquilo y con poco bullicio y motivaba relajarse. El barrio, o aldea pues no ando muy puesto en las divisiones administrativas portuguesas, era pequeño y con muchas casas apiñadas sobre una carretera. Bloques de piedra bien macizos, con leña cerca para pasar los duros días invernales, por aquí y por allá las paredes salpicadas de musgos y con una humedad que hacía reverdecer todos los bosques que había a las afueras. Me impresionaron también que casi en cada rincón había una cruz granítica decorando el lugar, como si intentasen alejar malos espíritus o vaya tú a saber que antigua tradición.

Había algo de decoración navideña en las iglesias, sumidas en calles empedradas y con un silencio beatífico, era como mirar por un agujero cómo se vivía en la Edad Media. Daba para sentarse en la plaza del pueblo (con ramas apiñadas para una fogata de Año Nuevo, quizás) y mirar el paisaje boscoso y montañoso mientras se rumia con antiguas leyendas locales.

Para comer había un restaurante cuya especialidad era el bacalao. Comimos como dioses, pues las raciones eran abunantes y muy ricas. Después un pequeño paseo bajo un cielo completamente estrellado para agradecer la existencia de estos parajes naturales.

sábado, 4 de enero de 2020

Recuerdos y vivencias

Si la anterior Navidad me supo a poco esta ha estado mejor. De mi familia siempre he sido el más apegado, el que más quería saber o conocer la vida de tíos y primos. Tanto que a pesar de ser viajero siempre reservaba un tiempo para llamarlos o visitarlos. La cosa es que cuando te ponen la etiqueta de 'familiero' y te obligan a hacer visitas cuando ves que el resto pasa del tema o no le hacen tanto hincapié. Pero bueno, esto conlleva a que paso tiempo con ellos y no veo a los amigos. El año pasado no tuve tiempo pero este sí.

Es más, se dio la feliz casualidad que mis colegas de Puente Genil iban a estar todos por esas fechas, cosa inaudita. Miles de recuerdos te asaltan la mente de secundaria o cómo en la etapa universitaria aprovechabas todos los fines de semana para hacer botellón con ellos. Pero bueno, ya con el tiempo uno viaja por trabajo a sitios lejanos o económicamente se la hace más complicado cada vez ir al pueblo todas las semanas. Incluso algunas relaciones se enfrían y otras se forjan. La vida es así. Por suerte he intentado mantener el contacto con todos aunque algunos quizás no los veía desde hace diez años, como poco. A veces uno piensa que el contacto ha de ser bidireccional pero si me hago autocrítica también he de entonar el mea culpa por priorizar viajes o no hacer nada o no complicarme antes que echar unas buenas horas con los amigos de siempre. Anécdotas, partidas de rol, vivencias de cada uno, ideas filosóficas y políticas, etc. ¡cuánto se echa de menos eso a la larga!

He visitado a varios colegas en sus respectivas ciudades y al menos cada par de años nos vemos las caras y nos ponemos al día. El tema Whatsapp ayuda, pero hasta cierto punto. Estas Navidades sin embargo pude quedar con varios a la vez, tomar unas tapas mientras nos poníamos al día de todo y hacíamos promesas de contactar más. No se pudo con todos a la vez pero al menos en diferentes días pude quedar con diferentes colegas, con algunos más de una vez. No dio tiempo para más porque mi ruta de vacaciones era larga pero al menos fue suficiente para hype y quedar.

Y es que dentro de las legítimas diferencias que podamos tener y las desavenencias que hay en todos lados, ha sido un grupo muy unido con experiencias y formas de ser similares. Un grupo abierto, nada hermético y con ganas de saber unos de otros al paso de los años. Siempre que se pueda toca quedar.

Ha sido para mí bastante entrañable, como es teóricamente una Navidad. Esta vez siento que aproveché el tiempo. ¡Va por vosotros, peña!

Diario de Viaje: Peñafiel (Febrero de 2023)

 Pues casi sin reponernos del viaje navideño a Portugal tocó otro gran viaje. Mi mujer tuvo que ir a un curso a Santander y yo hacía décadas...