viernes, 30 de junio de 2023

Diario de Viaje: Moralzarzal (Mayo de 2022)

 Acercarnos a la sierra desde este lado no ha sido muy común en nuestros viajes y merecía la pena conocer este lugar, puesto que te da una perspectiva bien diferente de la sierra madrileña, ves todo desde otro ángulo.

Aparcamos casi en las afueras y al lado del polideportivo, un día de fuerte calor. De ahí caminando nos acercamos al cámping para acercarnos al sendero que llevaba al mirador de la Solana. Bastante concurrido el camino pero con la orografía y vegetación típicas del norte de Madrid. Como íbamos ascendiendo aparecían a lo lejos (pero no tan lejos) diferentes pueblos, los cuales pudimos identificar y ver si habíamos estados en ellos o no. Incluso a lo lejos se veía la Pedriza y creo recordar que también era visible a la distancia Manzanares el Real.

La vuelta la hicimos por la cañada y tuve un percance con el calzado. Ya no daba para mucho y me estaba haciendo mal. Paramos en un restaurante cercano para reponer fuerzas y poder volver a casa con energías suficientes.

domingo, 11 de junio de 2023

Diario de Viaje: Talamanca de Jarama (Abril de 2022)

 Para el cumpleaños de mi mujer varios amigos organizamos una comida campestre en un lugar un tanto curioso, pero es el que teníamos más cerca, pues estamos desperdigados, para variar. Hicimos una copiosa compra y llegamos a este pueblo. Para nuestra sorpresa estaba a rebosar, como una feria o algo así y apenas pudimos callejear.

Nos pusimos como objetivo aparcar en otro lado, algo lejos del lugar por si volvía a estar atestado. Evidentemente, ya no había abarrotamiento pero al menos pudimos caminar un poco para ver los restos de las murallas árabes del pueblo y unas plazas curiosas con nombres de galardonados con premios Goya.

También impresionó el puente romano cercano al área recreativa de La Chopera y la frondosidad del lugar. Comimos bastante bien y recibimos varios chaparrones. No estábamos preparados para este cambio de tiempo pero por suerte solo fue un rato y no nos calamos. Salió el sol y terminamos la tarde en el chiringuito cercano al riachuelo Caz de Riego, un brazo del Jarama. Lo pasamos bien, la verdad.

sábado, 10 de junio de 2023

Desgranando el pensamiento de Blas Infante (III): Andalucía y el Ideal

 La tercera parte de El ideal andaluz (1915) de Blas Infante se enfoca ahora no ya en describir sus principios filosóficos y en demostrar que existe realmente Andalucía. Lo que ahora toca es desmontar las sentencias que indican que esta tierra es incapaz de gestionarse a sí misma, que tiene un lastre congénito que le impedirá alzarse con dignidad para dirigirse a lograr el Ideal Humano. Las razones negativas que se esbozan se refieren a un terreno que no ayuda al progreso y a un sustrato étnico incapaz de lograrlo. Blas Infante se plantea negar, mediante ejemplos, tales postulados, originados por una falta de estudio de la realidad andaluza y una negativa a comprobar de primera mano qué sucede.

Infante comienza admitiendo que sí existen las predisposiciones, ya sean a nivel de pueblo como de individuo, eso no es refutable. Pero más que un lastre, la predisposición es requisito indispensable para la existencia de una variedad de caracteres y puntos de vista, una mezcla y competencia que ayuda a la consecución de ideales. Eso sí, atestigua que hay una predisposición común del ser humano hacia la libertad. Gracias a ella el ser humano es tal, gracias a ella se puede, mediante esfuerzo, desbaratar los lastres que pueden generar ciertas predisposiciones. Da igual qué argumento fatalista se dé, con la libertad se pueden lograr grandes metas. Y es la propia libertad la que garantiza incluso la existencia de posturas fatalistas. Infante cree que con sus argumentos se hace lo suficiente como para callar a los fanáticos deterministas basados en razas.

¿Es el medio físico una fuente de incapacidad? Andalucía está a una latitud similar a la de Grecia, cuna de la civilización occidental. Sus orografías son parecidas. El sol es el mismo, que produce las mismas sequías y hace madurar los mismos cultivos que provocan las lluvias estacionales. Flora y faunas similares. Trigo, vid, olivo, marcadores de ambas culturas y forjadoras de genios e idiosincrasias homologables.

¿Es la pertenencia étnica una fuente de incapacidad? Para empezar, Infante tiene claro que esto no tiene fundamento debido al origen común de todas las razas. Aparte, muchas culturas que han pasado por Andalucía han tenido muchos puntos comunes, procedencias similares. Y el tiempo que han morado en estas tierras no ha sido suficiente para generar rasgos fisiológicos particulares. Tacha de ignorantes a los que apoyan la idea de que solo los pueblos dominantes del momento son los que tienen capacidad civilizatoria. Los imperios han ascendido y caído a través de los milenios: los bárbaros de ayer son los cultos de hoy. Y viceversa.

Si se piensa que es un lastre tener sangre africana solo hay que pensar en el milenario Egipto, donde la antigüedad de Grecia y Fenicia palidecen. Incluso se consideraba Libia en esos años el germen de la cultura mediterránea. Se puede argumentar que era un imperio esclavista, aunque las posturas revisionistas (las de mirar con juicios del presente actos pasados) pueden ser aplicadas incluso al día de hoy para las civilizaciones futuras. Y si todos los pueblos partieron de las mismas prácticas, ¿cómo es que las potencias actuales no pudieron lograr el nivel de avance de Egipto? Si es un lastre tener sangre africana al pertenecer al tipo de Cro-Magnon, ese lastre debe ser compartido por todos los pueblos de España y Europa. Además, no se sabe a ciencia cierta el lugar de origen de dicha raza. ¿Canarias? Su pureza puede ser por originarse ahí o porque quedaron aislados. ¿Y qué es el concepto de pureza sino un constructo? Cita varios estudios del momento que confirman la presencia de Cro-Magnons en todos los puntos de la Península Ibérica y que su origen es inequívocamente africano. Incluso habla despectivamente de la raza aria asiática, que truncó muchas culturas neolíticas de gran proyección e Infante deduce que por culpa de tales salvajes (de los que se enorgullecen naciones centroeuropeas) no se dio en Asia un florecimiento similar a lo ocurrido en Grecia.

Pero tampoco se puede demostrar fehacientemente un origen plenamente africano porque en el oriente peninsular se han encontrado numerosos yacimientos de procedencia asiática que cobijaron culturas milenarias como Los Millares o El Argar. Fue en Andalucía y no en otro emplazamiento europeo donde se encuentra una presencia micénica, elevada cultura de origen oriental. La presencia de dólmenes de influencia micénica atestigua una interacción privilegiada mucho anterior al contacto con los fenicios. Los descubrimientos de joyería en Carmona y las etimologías de numerosas poblaciones que perduran aún tienen una clara raíz micénica. Nombres de pueblos prerromanos como túrdulos o turdetanos, incluso el propio nombre de Argantonio, son de origen asiático. Incluso el propio pueblo ibero se le achaca un origen asiático, independientemente de si llegaron por el Estrecho de Gibraltar o por los Pirineos. ¿Cuál es el origen étnico del andaluz? Solo la arqueología podrá descubrirlo pero todo apunta a una presencia ya desde el Paleolítico Superior. Los restos de esta época y del Neolítico son idénticos al de tipo caucásico, tipo predominante en la Prehistoria europea. La civilización primitiva andaluza por tanto es sui generis, pues no puede adjudicarse plenamente a orígenes africanos, asiáticos o europeos de manera exclusiva.

Dicha civilización andaluza, pre-tartéssica, trabajaba con maestría el oro incluso antes de llegar a la Edad de los Metales. La cerámica encontrada en el oriente andaluz habla del gran sentido artístico de aquella gente. Incluso existen antiguos vestigios de escritura original, anterior a la presencia fenicia. La novedad es que es fonográfica, se representan sonidos, no objetos o ideas y hay suficientes estudios y pruebas que lo confirman. Dicho sistema de escritura autóctono pudo convivir con otros en la Península, incluso influenciar idiomas posteriores. Infante descarta el origen fenicio debido a la disparidad de símbolos alfabéticos entre ambos idiomas y no entiende por qué la historiografía moderna no tiene más presente este singular hecho. ¡Recordamos que los turdetanos decían que tenían leyes escritas en verso con más de 6000 años de antigüedad! Y esto habla bien del primitivo pueblo andaluz, pues debía ya tener alta inteligencia como para desarrollar un antiquísimo y complejo sistema de escritura. ¿No habrá sido Andalucía el verdadero foco de la civilización grecolatina? ¿O un importante foco más bien? Incluso se ha detectado una influencia del alfabeto griego por parte del andaluz. ¿Pudo haber influido también en los alfabetos etrusco y frigio? Incluso hay pruebas que indican que la civilización cretense usaba o se inspiró en el alfabeto. 

Ya Blas Infante especula si las construcciones megalíticas andaluzas puedan ser autóctonas y que los micénicos hayan podido importarlas, llevándose la fama. ¿Y si la desconocida raza pelásgica no fuese en realidad descendiente de la andaluza? Se expandió por el Mediterráneo y se dividió en iberos, libios y ligurios, llegando a asentarse en Asia Menor posteriormente para emigrar al tiempo hacia Europa. Quizás esto explique por qué los griegos pensaban que los Campos Elíseos estaban en la Península, explica también las relaciones fraternales entre griegos y tartéssicos y las grandes semejanzas entre pueblos mediterráneos. Ya se sabe de las exploraciones tartéssicas por Europa y sus contactos con los pueblos del sur de Europa. Pudiera ser que incluso aleccionasen a los cartagineses para que explorasen la costa atlántica africana. Y todo esto puede concluir que la raza andaluza no es inferior, sino que pudiera incluso ser la generadora de las razas que hoy se consideren superiores. ¡Quién sabe si esto es la prueba definitiva de que la humanidad no se generó en el Extremo Oriente! ¡Quién sabe si ha sido Andalucía la musa para crear el mito de la Atlántida!

Defendida queda la raza andaluza (recordemos que habla Infante desde el estado del arte de comienzos del siglo XX, donde había hipótesis asentadas que aún no estaban del todo confirmadas y se creía verdaderamente en la existencia de razas, incluso la teoría del origen chino de la humanidad era una fuerte rival a la teoría africana) y por tanto es momento de ver qué influencias han tenido en este pueblo andaluz las invasiones de pueblos. Si los iberos tienen un origen africano o asiático no importa, pues este no impactó a las raíces del lugar, de similar procedencia. De dicha mezcla fue que surgiría Tartessos, aliada y potenciada posteriormente por los griegos. Civilización mencionada incluso en la Biblia. La cultura del Sudeste también fue revelada para los pueblos orientales y muy bien considerada. Incluso la Dama de Elche fue encontrada cerca de la frontera con Tartessos. Puede ser de manufactura ibérica, pero tuvo que tener fuertes influencias tartéssicas. Estrabón se atreve a afirmar que los celtíberos fueron muy influenciados por Tartessos, tanto que estas civilizaciones no hubiesen prosperado si no hubiera sido por el legado de Argantonio. En cuanto al legado fenicio y cartaginés, estos no pueden ser el origen del pueblo andaluz por el simple hecho que hubiesen desconfiado también del rival fenicio, esto es, Grecia. Además, el pueblo fenicio nunca fue muy numeroso y sus colonias no fueron urbes, por lo que la influencia se debe al contacto comercial, no al patronazgo de los pueblos camíticos. Hubo más encontronazos con los sucesores de los fenicios, los cartagineses, su carácter sombrío impedía buenos contactos y la influencia no pudo ser mucha por la proximidad de la llegada de los romanos a la Península Ibérica.

En cuanto a los griegos hay numerosas pruebas de fundaciones de importantes colonias no solo en el litoral, sino también en el interior peninsular. Muchos pueblos autóctonos incluso se decían descendientes de estos navegantes griegos y aportaban un fuerte amor por la literatura, tanto que algunas ciudades, como Cádiz, se erigían como centros de peregrinaje de los sabios de la época. La mezcla de los pueblos autóctonos con los romanos fue propiciada por la similitud de caracteres y pronto los gobernantes romanos eligieron la Bética como centro neurálgico de su imperio. La fundación de numerosas ciudades a lo largo del Guadalquivir, el desarrollo de artes similares a otros puntos principales del mundo romano, las grandes personalidades (Silio, Lucano, Tiloso, Pomponio Mela, Columela, Séneca, Adriano, Teodosio, Trajano) que fueron recibidas en Roma con los brazos abiertos, son ejemplos del desarrollo que logró Andalucía en dicha época. La Bética no luchó contra el influjo romano por su amor a la paz y a la civilización. Provincia senatorial que fue resguardada de ínfulas belicistas.

En cuanto a la influencia vándala solo se dio de manera bélica. No hubo mezcla, pues el pueblo invasor estuvo menos de dos décadas antes de su paso a África y lo único que dejó fue sangre y fuego. Infante pronto desmiente las teorías del origen del nombre de Andalucía: bajo ningún concepto pudo ser una derivación de Vandalucía. Si hubiese sido así, los autores contemporáneos deberían haberse referido a la tierra con tal nombre, cosa que no hacen, aunque sí refieren y documentan la invasión vándala. Es más, el nombre de Andalucía, o su origen, solo empieza a escucharse en los años de la presencia musulmana, no antes. Infante indica que poco o nada de influencia germánica se puede detectar en tierras germánicas a pesar de que la corte visigoda fuese trasladada a Sevilla en tiempos de Amalarico. El pueblo visigodo dominaba la zona central de la península y poco contacto generaba con las periferias, lugares donde nunca eran bien recibidos. Ni siquiera las políticas de Recesvinto sobre uniones entre católicos y arrianos pudo fomentar la mezcla de ambos pueblos. Los bizantinos, en continuo conflicto con Atanagildo, no pudieron ejercer mucha influencia, a excepción de zonas costeras del Levante. Eso sí, admiraban el avance de la civilización se que desarrollaba en el sur debido a la pujanza de la Iglesia hispalense. 

Por otro lado, la invasión musulmana permitió la mezcla con sangre árabe y bereber, aunque la presencia almorávide y almohade, debido a su extremismo religioso, no promovió la mezcla con otros pueblos del norte de África. El pueblo andalusí nunca fue muy afín a los extremismos, ni siquiera los veían con buenos ojos como aliados ante el avance cristiano. Eso sí, el pueblo almorávide no llegó a ser tan inflexible como parecía ser: bajo su dominio se permitía el estudio, la numismática, la elaboración de documentos científicos, etc. Es decir, los almorávides fueron parcialmente apaciguados con la idiosincrasia andalusí. Por otro lado, el dominio almohade fue muy restrictivo aunque aparecieran grandes pensadores como Averroes. El odio que se tenían era tal que la mezcla sanguínea y su influencia fueron prácticamente nulas y como prueba está el esplendor del Reino de Granada, forjado en contra de los almohades. Tampoco se espera mucho de la fugaz estancia de los benimerines en el año 1276. Se sucederán diferentes correrías hasta su expulsión final a manos de Fernando IV de Castilla.

Para Infante, el árabe posee una grandeza histórica sin parangón, de gran belleza y actividad ligera y rauda. De gran imaginación y gran fortaleza, propiedades que les hacen apasionados por el amor, por las cosas bellas, por la hospitalidad, por la libertad y por la lucha por unos ideales superiores. Sin embargo, un exceso de pasión hace que les sea fácil llegar al fanatismo, fuente perenne de sus desgracias. Es la mezcla con esta sangre semita la que da el gran esplendor a Andalucía. En cuanto a los bereberes, Infante destaca su sentimiento de igualdad, su carisma, de su propia dignidad, de su libertad y de su cariño por su hogar. Eso sí, ambos pueblos también han sido caracterizados por sus estigmas. El fanatismo es uno de ellos que tiende hacia posturas intolerantes, actitudes insolidarias y un miedo al progreso. Otro estigma es el fatalismo, que reduce de conceptos al ser para lograr resignar toda idea de lucha contra la opresión. Sin embargo, estos estigmas apenas afloraron en al-Ándalus, quizás debido a que estos fueron atemperados por el pueblo autóctono. Quizás hubo algunos momentos donde preponderaron pero globalmente el mundo andalusí se conoció por ser una civilización altamente tolerante. 

La civilización andalusí progresó tanto que su ordenamiento político y administrativo fue adoptado pronto por los cristianos del norte: leyes, impuestos, procesos judiciales... En ningún lugar del mundo musulmán, excepto en al-Ándalus se dio que los gobernantes musulmanes aceptasen juicios a cristianos por obispos cristianos por vejar la religión dominante en tiempos de Abd al-Rahman II. El fatalismo fue ahogado por el genio andaluz, más proclive al uso de la razón que desencadena siempre a la libertad. El fanatismo desaparece absolutamente en la época califal, donde Abd al-Rahman III permite las algaradas del monje Gorza y cuenta como consejero al obispo Rosemundo. El fanatismo y la intransigencia son tan extraños a Andalucía que el resto del Islam los consideraban como tibios creyentes. "Ellos hubieran concluido bajo la acción constante del espíritu andaluz, por tener solo una sonrisa, compasiva para tales máximas y tales códigos, que interdicen la razón". A pesar de los pasos atrás de Almanzor en favor del populismo, los reinos de taifas fueron protectores de los libre pensadores y científicos que se sumergían en los saberes clásicos y retrucaban al Islam con sentencias irónicas. Todo esto promovió un odio dentro del Islam para con al-Ándalus, dando luz verde a la desposesión de los territorios y fomentando los malos tratos hacia los andalusíes. Fue por esta causa que el Imperio Almorávide dio el salto desde África y las frases andalusíes donde se clamaba por mejor estar al lado de un cristiano peninsular que de un musulmán africano.

Si Blas Infante desmonta el tópico de la intolerancia, también lo hace con el del fatalismo. Un centro civilizatorio como fue Córdoba, que iluminó el posterior Renacimiento europeo, no puede ser fatalista. Faro para las primeras universidades europeas, heredera de los grandes sabios de la antigüedad. En Córdoba las bibliotecas llegaron a ser numerosas (se habla de más de medio millón de volúmenes), la venida frecuente de sabios europeos, casi un centenar de escuelas y academias, hogar de príncipes ilustrados y grandes médicos como Abulcasim, historiadores como Aben Pascual, filósofos y escritoras como Aixa, Habibah y Mitilene.

Por su parte, en la Sevilla del rey al-Mutamid, también afloraron poetisas, agrónomos, matemáticos, astrónomos, químicos, cosmógrafos, gramáticos, oradores... El reino nazarí también contó con nombres muy ilustres y bibliotecas gigantescas. Las escuelas andalusíes eran buenas y numerosas, evitando la existencia de población iletrada. Sus saberes agronómicos y sus sistemas novedosos de irrigación levantaban envidias. Revitalizaban tierras estériles y sus productos y limpieza (no solo de ropajes sino también que había en Córdoba casi mil baños) admiraban a todos los europeos. Y los impuestos eran llevaderos y movilizaban el comercio. Esto se dio durante el Califato, como el esplendor intelectual se dio durante las taifas y la prosperidad de todo orden durante Granada. Entonces, ¿qué argumentos quedan en los que echan en cara la herencia semítica a los andaluces? ¿No será que más bien pervive un odio atávico que viene de la Reconquista y aún es imperdonable que Andalucía haya nutrido las raíces del Renacimiento europeo?

Resume entonces Infante que la subraza andaluza es autóctona, de procedencia desconocida (¿quizás íbera?), la cual se ha nutrido a lo largo de milenios con sangre de diferentes culturas. Muchos indicarán que tanta mezcla hace que los puntos fuertes se debiliten, quedando un compuesto débil. Infante recurre a un símil biológico: si todo es homogéneo, si nada cambia, la población termina por agonizar, luego es la pureza lo que es preocupante, no la mezcla.

Andalucía hasta la Edad Moderna, entonces, ha sido una parte importante y muy destacada de España. Incluso después, en los siglos XV y XVI, en pleno Renacimiento, Sevilla se erige como el puerto más importante del mundo con tráfico ingente de tejidos y máquinas. Y la cantidad de pintores, filósofos, matemáticos y geógrafos andaluces que pusieron la cultura española en la puntera mundial también habla de una Andalucía moderna pujante. ¿No es curioso que también en Andalucía de forjó el descubrimiento de América y fuera solar de las revoluciones más importantes? Es la interrelación actual con es resto de regiones españolas lo que ha terminado ahogando el genio andaluz. Andalucía se encuentra sometida a pesar de que el genio español le debe gran parte a Andalucía. Infante se rebela contra los que llaman a los andaluces como raza inferior, incluso frases vertidas por andaluces hacia otros andaluces. Ha demostrado que todos los argumentos en favor de la inferioridad no son sólidos. No es que no pueda llevar a cabo grandes empresas, sino que ya ha llevado a buen puerto multitud de ellas. Y no quiere que estos argumentos suenen a prepotencia, a supremacismo, sino que clama por una solidaridad más fuerte, basada en la inteligencia y el amor. El factor más importante de la decadencia nacional es el afán de políticos y escritores de no querer que el pueblo piense por sí mismo. Y arrogándose la potestad de ser voz del pueblo, no ejercen la tarea ni con responsabilidad ni con sacrificio.

Las causas del deterioro andaluz son, por tanto, históricas y no naturales. Eso quiere decir que pueden ser eliminadas, solo hace falta remover tales circunstancias que frenan el Progreso andaluz.

miércoles, 7 de junio de 2023

Diario de Viaje: Covarrubias (Abril de 2022)

 Amigos de mis padres me habían recomendado esta zona de la provincia. La verdad es que el paisaje es bien bonito y no pierde las zonas de monte y verde. Como íbamos a tener complicada la vuelta (cosa que pasó ya en varios atascos antes de cruzar el puerto de Somosierra y después tuvimos que desviarnos a altura de Buitrago de Lozoya para tirar por carreteras secundarias) no podíamos detenernos mucho pero aprovechamos para salir temprano y buscar un buen aparcamiento para ver tranquilamente este pueblo.

Lo primero que te recibe es el enorme edificio del Archivo del Adelantamiento de Castilla con sus contrafuertes y su gran escudo. Pasando por debajo de él entras en la zona antigua de Covarrubias con sus innumerables casas blancas o de tonos claros y muchas vigas de madera. Bastante bonito. Los voladizos en la Plaza Mayor y los recovecos tranquilos hicieron que recorriésemos varias veces las empedradas calles del lugar.

La zona del torreón de Fernán González y la colegiata es digna de admirar y caminar un poco por la ribera del río Arlanza te permite unas vistas bucólicas. Puedes ver la escultura en homenaje a Kristina de Noruega (que llegó a ser cuñada de Alfonso X), amable recordatorio que incluso en la Edad Media nada estaba totalmente aislado, que el ser humano ha hecho contacto con pueblos lejanos desde sus comienzos. También llegamos a la iglesia de Santo Tomás para ver más de la arquitectura medieval y pasear por un barrio algo menos concurrido.

Diario de Viaje: Peñafiel (Febrero de 2023)

 Pues casi sin reponernos del viaje navideño a Portugal tocó otro gran viaje. Mi mujer tuvo que ir a un curso a Santander y yo hacía décadas...