sábado, 24 de marzo de 2018

La rabia dirigida del pueblo

Estos días hemos sido testigos de una oleada de indignación por los asesinatos a sangre fría de varios niños. Cosas que te remueven por dentro y que te hacen despreciar a la humanidad. Búsquedas incesantes y crímenes de índole vengativa y los más inocentes son los más castigados. Es lógica la indignación popular desatada. Pero ya lo indiqué hace años y sigo repitiéndolo: si nos hemos organizado como sociedad hay que serlo con todas las consecuencias y no vale que seamos sociedad para unas cosas y no para otras.

Si bien la reacción natural e instintiva de parte de la gente es de linchamiento, hemos de evitarlo. Hasta que la Justicia no se pronuncie firmemente hay que creer en la presunción de inocencia, hayan confesado el crimen o no. Esto no tiene por qué ser contrapuesto a la prisión preventiva. Hemos de dejar de especular y de lanzar bulos al aire para dejar que las fuerzas de seguridad hagan su trabajo de forma óptima y sin huecos que puedan ser usados como errores flagrantes en un juicio justo e imparcial. Y poco más puedo añadir a esto, pues lo creo sinceramente.

Otro asunto es que aunque generen odio estos actos y las palabras vuelen contra los presuntos asesinos, sí que se ha notado más enjundia en un caso concreto. Y es que hace poco se empezó a criticar a alguien no solo por haber asesinado y escondido un niño, sino que los insultos en las redes sociales dudaban poco en vincular sus actos con su condición de mujer, negra y latinoamericana. Es así, le pese a quien le pese. Y no, no es que la critican solo por su reprobable acto, sino que también aprovechaban algunos energúmenos de que el Pisuerga pasaba por Valladolid para hacer gala 'justificada' de su machismo, de su racismo y de su xenofobia.

Y ya que estamos. ¿Por qué rabia dirigida? Porque los políticos, no importa su orientación, aprovechan las muertes a su antojo, ya sea de niños, de manteros, de víctimas del terrorismo, de mujeres agredidas... Siempre intentan sacar rédito político como si no fuese su intención y siempre también criticando que el oponente político sí usa de verdad a las víctimas, mientras que ellos nunca se les ocurriría hacerlo. ¡Por favor! ¡No nos pueden manipular así tan fácil! Ahora muchos aprovechan estas situaciones para mantener la prisión permanente revisable. Está muy repetido pero nunca hay que legislar en caliente. La sociedad es un intento intelectual de mantener a raya nuestra naturaleza pasional. Por eso se necesita debate y perspectiva. Yo en principio no estoy a favor de esta prisión permanente revisable, sigo creyendo en la reinserción (aunque por desgracia hoy las cárceles y las políticas no estén por la labor de ello, aunque esto es otra historia que hay que revisar y atajar a fondo) y desecho la pena de muerte y la cadena perpetua, aunque sí que quiero que se cumplan íntegras las penas, siempre dirigidas a la reinserción, repito. Falta mucho por aprender, falta mucho por legislar y aplicar correctamente.

Por favor, serenémonos y respiremos para reflexionar aunque sea un minuto. No podemos ser la carne de cañón de las volátiles intenciones de un político de turno.

viernes, 23 de marzo de 2018

Diario de Viaje: Andújar (Julio de 2004)

Ciudad de Jaén en la que habré pasado dos o tres veces y de manera aislada, a pesar de ser un lugar relevante entre mis amigos. Bueno, la primera vez que fui allí creo que fue para ver el estreno de Spider-man 2 (de ahí las fechas, aunque podría equivocarme). Así que bueno, la primera visita poca atracción tuvo, ya que solo fuimos al cine, por lo que paseé justo por la entrada, con las fábricas y los edificios del centro comercial.

La segunda vez ha sido más reciente y con mi primo y su novia pude visitar algo más del centro. La verdad es que las edificaciones altas y los parques en mitad de las manzanas dan un aire a la parte nueva de Córdoba, luego pueblo más bien no es, sino ciudad. Hay varias zonas abiertas donde la gente puede pasear bastante grandes, con pérgolas y bares para entretenerse.

En una tercera visita pasamos directamente de la población para meternos en la sierra, con curvas cerradas en un paisaje impresionante. Comer, se come bastante bien por aquellos lares y subir a la basílica de Nuestra Señora de la Cabeza es una gran experiencia, pues te deja ver unos paisajes que se extienden decenas y decenas de kilómetros. Todo está arreglado para la romería, con casonas abandonadas hasta esos días y enormes espacios para autobuses y peregrinos. La verdad es que merece la pena asomarse por ahí. El interior de la basílica contiene una zona para exvotos muy curiosa y una sala donde aparecen todas las advocaciones marianas.

miércoles, 14 de marzo de 2018

Que la incertidumbre os sea leve

Menudo marzo estamos teniendo, la verdad. Hoy va a ser conocido como el día en que murió el gran Stephen Hawking, uno de los mayores físicos que ha dado la historia. Pero a principios de mes murió Jorge Wagensberg, otro físico y también conocido por su faceta de divulgador científico.

Porque en esto de la Ciencia, con mayúsculas, no solo es importante investigar y generar conocimiento para aplicarlo ahora o en un futuro, sino también dar a conocer ese nuevo conocimiento. Esta tarea, fuera de los pares de un determinado campo, a veces se hace imposible y es cuando llegan las malas interpretaciones, la tergiversación y los intentos de manipulación. Llevar algo muy complejo y abstruso a un nivel que sea entendible por todo el mundo es una tarea encomiable. Muchos 'genios' dirán que eso es simple, que no hace falta ser alguien inteligente para ello, pero ya dijo Einstein (otro genio, y este de verdad y sin comillas) que uno realmente comprende algo cuando es capaz de explicárselo a su abuela ¡y que esta lo entienda!

Todos añoramos a otro gran científico y divulgador, Carl Sagan, cómo nos inculcó a algunos la curiosidad y la pasión por conocer, a interesarnos cómo aplicar una de las herramientas más poderosas de la humanidad: el método científico. Es cuando te das cuenta que no necesitas introducir en la explicación algo inexplicable, algo inteligente de cualidades divinas. El método científico llegará hasta donde puede llegar pero desde Descartes, Galileo y otros, ¡cuánto que hemos avanzado tecnológicamente! Y no solo en temas de ingeniería, sino también en medicina, biología y un eterno etcétera.

Pero entre todos estos gigantes hay alguien que podría ser considerado menor pero para mí, ninguno de estos famosos logra hacerle sombra. Jorge Wagensberg y su libro 'Si la naturaleza es la respuesta, ¿cuál era la pregunta?' hicieron que, finalizando la carrera de Física, me replanteara mi lugar en el mundo y la manera de entender tanto el universo como la ciencia en sí. Todos los planteamientos y reflexiones, todas las ideas de implementar conocimiento y divulgarlo lo llevó a cabo, esencialmente, a base de aforismos. Oraciones cortas condensadas de conocimiento capaces de ser leídas en pocos segundos pero también capaces de desbordar la imaginación y la reflexión. Ideas en forma de píldoras, como si fuesen un antiguo refrán, que me permitía pensar en ellas horas y horas, llegando a profundas conclusiones. Ya digo que a Jorge le debo mi manera de entenderme y entender el mundo y eso es mucho. Por eso sentí como un duro golpe su marcha. Una marcha a la incertidumbre que, para él, era el motor del progreso y la evolución pues todo ser vivo intenta eliminar (o reducir, más bien) la incertidumbre de su entorno.

Incluso a mis alumnos, al inicio de cada curso, les hablaba algo de Jorge Wagensberg: yo iba en esas clases a hablar de ciencia, pero el conocimiento también se genera mediante arte y religión. Eso sí, cada una de ellas no puede interferir con las demás, no pueden ni confirmarse ni refutarse. Diríamos que son una base de elementos linealmente independientes. Durante las clases solo tocaba ciencia, mientras que arte y religión quedaban para fuera de clases.

Parafraseando a Newton, solo soy alguien que llega a ver más lejos porque se ha subido a hombros de gigantes. No quiero parecer presuntuoso diciendo que estoy alcanzando los méritos de Newton sino más bien que si puedo ver cosas que de joven no veía es porque tuve buenos tutores en cuanto a divulgación científica y pasión por ella (y a los tutores del campo en el que estudié también, no quitemos méritos). Gracias, Carl; gracias, Stephen; gracias, Neil, y en especial, gracias, Jorge.

domingo, 11 de marzo de 2018

Diario de Viaje: Nerja (Agosto de 2016)

Pues no tengo claro cuál fue la primera vez que visité esta localidad, así que pongo la última. Esa primera vez poco visitamos y me dio cosa visitar por mi cuenta algo del pueblo. Eso sí, recuerdo haber ido hacia las famosas cuevas, pasando cerca del enorme Acueducto del Águila encajado en ese estrecho valle. Las cuevas son impresionantes, estalactitas y estalagmitas de un tamaño enorme. Sus salas enormes evocan como diferentes temáticas para la imaginación y si alguna vez acudo a un concierto ahí va a ser épico. Evidentemente, en mis dos visitas nada ha cambiado a excepción de las zonas ajardinadas previas a la cueva y cómo se organizan las entradas y salidas.

El pueblo es bastante bonito, con varias fuentes y plazas al estilo andaluz. Y es bueno que existan estos espacios abiertos para poder luchar contra el terrible verano. En ambas ocasiones pudimos recorrer las calles de la ciudad, típica casa pequeña blanquecina. La mayor parte de las calles llegan a la costa, que es el reclamo turístico del lugar por excelencia. Todo desemboca a un hermoso y cuidado Balcón de Europa, cuyas vistas son impresionantes y el sempiterno Alfonso XII no se cansa de admirarlas. Incluso me hice unas cuantas fotos con este referente mío.

Entre helados y refrescos para aguantar el inclemente sol pudimos bajar esta vez cerca del gran balcón a una pequeña caleta y darnos un chapuzón. Estuvo complicado porque había bañistas en gran cantidad. Entre rocas y sus paisajes ese mar atrae mucho más.

Es un lugar que siempre recomiendo de Málaga. Por favor, visitadla.

sábado, 10 de marzo de 2018

Diario de Viaje: Cabra (Junio de 2001)

Otro viaje relámpago, aunque fui durante dos o tres días seguidos, ya no recuerdo. Tocaba ir a hacer los exámenes de selectividad, paso final de la enseñanza secundaria y paso inicial para adentrarse en la vida universitaria.

Esto quiere decir que apenas recorrí nada. Un instituto enclavado en un majestuoso edificio y unos parques cercanos a este donde pasear y comer durante los tiempos libres. Típicas construcciones de casas blancas andaluzas y asomando sillería al estilo de antiguos castillos reconvertidos en viviendas antes de la conciencia de preservar el patrimonio histórico.

Iba con la mente en otra cosa, así que perdonadme la parquedad de la entrada.

viernes, 9 de marzo de 2018

Choque generacional

Se dice mucho que le dejaremos a nuestros descendientes un planeta en muy malas condiciones, en una situación muy precaria. La generación de nuestros padres cree, no sé si con razón o sin ella, que los valores que nos rigen son débiles y que estamos anestesiados para agarrar con fuerza el destino. Sin embargo, tienden a olvidar que parte de los males que nos aquejan hoy en día han sido cultivados y promovidos por ellos. No soy yo el que ha elaborado e implantado el neoliberalismo que carcome todas las bases de nuestra civilización. No es mi generación la que ha generado un sistema en el que nunca estás suficientemente preparado para nada, donde incluso las empresas esperan que ya estés formado en mil cosas para no "perder" tiempo y recursos en formarte. La gran mayoría de mi generación es consciente del cambio climático y no es tachado de un alarmismo por fenómenos naturales cíclicos... No sé si seguir, la verdad.

El mundo que nos comentaron que existía más allá de las puertas de nuestras casas y por el que fuimos instruidos ya no existe. Somos una generación muy preparada, sí, pero para un mundo que ya fue. Hacer carreras por hacerlas, implementar cursos, másteres y especializaciones que son muy ligeras pero obligatorias para acceder a ciertos puestos de trabajo (¡y bien caras que cobran las tasas de inscripción!). Una generación, no quiero ni pensar a los que son menores que yo, que fue apartada de la práctica. Como que, por ejemplo, conocemos las ecuaciones, elementos y entresijos que conforman un motor, pero nunca hemos visto uno real de cerca y ni hemos trastocado nada para ver cómo implementar lo que sabemos. ¡Menos mal que ahora están las becas de formación en las que una empresa no te paga pero que trabajas de lo lindo solo por cumplimentar una nota de una asignatura!

Estoy escribiendo con bronca, con enfado. Es posible que no vea hoy con tanta claridad nuestros enormes defectos. Pero sí que estoy cansado de que las generaciones mayores se encarguen de recordar qué patéticos somos y que en su época todo fue más épico. Eso sí, indagad para ver una vida muy lineal donde el amiguismo y la colocación en el puesto de trabajo eran una única cosa. ¿Meritocracia? A saber cuándo fue la última vez que se aplicó eso.

En algunos sitios se habla de la generación burnout, la generación quemada, desgastada. Esforzarse más allá de la capacidad natural de cada uno para poder llegar a una mera ilusión de estabilidad (ay, a cuántos se nos habrá dicho que si no te sientes destrozado al final del día es que no has trabajado bien). Produzca más por lo mismo. O por menos, ya que estamos. La precarización laboral queda acompañada de espejitos de colores en forma de series, tecnología a comprar y deportes (el ranking de popularidad y aceptación social es vestir y arreglarse como un futbolista o tener el móvil de última generación). Y los consejos de los mayores huelen más a crítica descarada que a otra cosa. Críticas basadas en sus vivencias en las que nunca se acercaron a las vivencias de la gente de ahora (búsquedas de trabajo y desarrollo de perfiles por Internet, experiencias en el extranjero, sociedad de la información masiva y falso puritanismo), por lo que pierden vigencia y sentido aunque se nieguen a verlo.

En fin, dejo de volcar mi bilis por ahora. La vida no es fácil, amigos. Por eso os mando un buen consejo: hay que rodearse de gente que aporte, que no te sea tóxica. Fin.

lunes, 5 de marzo de 2018

Diario de Viaje: São Sebastião do Río de Janeiro (Mayo de 2009)

No se me puede olvidar esta imponente ciudad, merece una entrada propia.

"El domingo con la resaca nos levantamos tarde y empecé a perder ganas de ir a Río. Además, Camille estaba muy entusiasmada en visitar un bosquecillo que hay cerca de su casa, pero a la llegada de la tarde me decidí a ir. Con un catamarán en quince minutos llegué a Río y con un par de explicaciones pude encontrar el tren que lleva hasta el Corcovado. La vista es impresionante, a pesar de la neblina a causa de la contaminación. Llegué en la hora del atardecer, cosa que lo hizo más especial y hermoso. Me quedé hasta que nos echaron y volví a Niterói casi ya a última hora."

Diario de Viaje: Peñafiel (Febrero de 2023)

 Pues casi sin reponernos del viaje navideño a Portugal tocó otro gran viaje. Mi mujer tuvo que ir a un curso a Santander y yo hacía décadas...