viernes, 31 de agosto de 2018

Diario de Viaje: Taramundi (Agosto de 2016)

Mi amigo buscó un pueblo hermoso y característico cerca de donde vivía y nos propuso pasar toda la mañana allí. Y mereció mucho la pena. Eso sí, por el camino pasamos por algunos desvíos hacia otros pueblecitos que daban la impresión de merecer ser visitados. Pero le tocó a Taramundi y se cunmplieron todas las expectativas. Para empezar, está enclavado entre valles y montañas, todas muy verdes, mezclando prados para pasturas y bosques. Y eso ya de por sí hace que merezca la pena la visita.

El pueblo está en pendiente y recorrerlo cansa bastante, siendo sinceros. Pero las casas grandes de piedra amarronada le dan un aire muy medieval y característico. Los techos de pizarra aventuran que los inviernos han de ser muy duros y la torre de la iglesia asoma de vez en cuando por las callejas estrechas y que van de un lado para otro. No es muy grande el pueblo, pero tiene rincones con casas únicas decoradas con particular interés de sus dueños. Los hórreos dan el porte asturiano al paraje y casi a las afueras puedes pasear los los restos del castro de Os Castros, círculos basamentales apiñados que te hacen imaginar cómo era el aguerrido estilo de vida de las tribus celtas que antaño poblaban este lugar.

Por si fuera poco, bajando aún más y llegando al impresionante río Cabreira, cercano a su desembocadura en el Turia está el museo de los molinos de Mazonovo. Tienen un fuerte carácter didáctico y se puede uno asombrar por esos portentos de ingeniería, no faltos de belleza. Lo malo es que la famosa cascada artificial estaba seca y nos llevamos un gran chasco.

¡Ay! Se me olvidada, en un restaurante nos pedimos la famosa fabada asturiana. Si bien con ese calor es de locos comer esto (y luego nos pasó la factura la digestión) pudimos ponernos las botas y saborear el típico plato asturiano en la misma Asturias. No digo más, es un lugar que merece ser visitado de nuevo.

lunes, 27 de agosto de 2018

Diario de Viaje: Oviñana/Ouviñana en Cudillero (Agosto de 2016)

Esta pequeña parroquia pertenece a la hermosa Cudillero y la fuimos a visitar ya entrada la noche, a punto de que el crepúsculo desapareciera y nos sumiera en noche cerrada. Está muy cerca y en un par de desvíos se entra.

Eso sí, era un cúmulo de casas desperdigadas, con una iglesia de tonos blanquecinos y algún que otro edificio con tiendas. Casi todo eran casas unifamiliares de tamaño mediano. O esa es la impresión que me llevé.

Lo mejor está al final, cuando el camino se convierte en tierra y ya se está muy cerca del mar. Quedas a los pies del emblemático faro de Vidio, achaparrado y en un pequeño cabo que da a acantilados muy escarpados. El viento era impresionante y al silbar entre las cuevas naturales que hay en el fondo, junto a un fuerte romper de las olas, creaban un gemido sobrecogedor, como si fuese un lamento o una llamada de las profundidades. Con la oscuridad solo pude aventurar y adivinar qué era zona oscura y qué era cueva (la Iglesiona, de forma de cúpula, estaba por allí). Además, las fuertes rachas de viento tampoco permitían acercarse mucho al borde, ya que desestabilizaban bastante. En resumen, sobrecogido por la fuerza de la naturaleza.

jueves, 23 de agosto de 2018

El Instituto Mortal III: Daga

[Creado en 1999]


Cuatro años después de las últimas matanzas, en pleno verano, durante una fiesta en el Sin Perdón, Cintia baila sensualmente con un chico bastante abrigado para la época del año. En el momento en el que se abrazan, entre el gentío, él saca una daga y la apuñala. Tras morir, el chico la saca disimuladamente del pub.

Semanas después se reúnen en el instituto Jorge, Anselmo, Rita, Eva, Alfonso, Martina, Jesús, Tania, Lucía, Ruth, Inmaculada y Alejandro. Todos han sido invitados al lugar por Cintia para rendir un homenaje a las víctimas. Tras esperar un buen tiempo a la anfitriona intentan salir, pero alguien les ha encerrado dentro. El instituto está en obra por lo que intentan salir por los andamios. No lo pueden conseguir, por lo que Inmaculada decide que hay que pasar la noche cerca de la salida y juntos. Jorge y Rita mantienen una relación distante, pues la relación que tuvieron tiempo atrás acabó de manera abrupta. Eva, conocedora de esto intenta separarlos para evitar una posible reconciliación. Anselmo e Inmaculada intentan idear un plan de escape, mientras que Jesús se asusta por los recuerdos que le vienen a la mente.

En mitad de la noche van al baño Inmaculada y Lucía. Como tardan tiempo en venir van en su busca, encontrando a la primera muerta y a la segunda inconsciente. Tras despertarse Lucía sólo recuerda a un chico demasiado abrigado que la golpeó. Deciden permanecer en el patio para tener una mejor visión de lo que les rodea. Acuerdan colocarse por parejas para una mejor vigilancia. Jesús confiesa sus miedos a Martina y Anselmo que intentan que gane valor. Jorge discute con Rita sobre el motivo de que ella dejase la relación. Ella contesta por la actitud retraída que empezó a tener tras los asesinatos. El resto intenta dormir y Alfonso se acerca a Tania para acosarla mientras le dice que si estuvieran juntos ella nunca hubiera estado en peligro. En ese instante ven que las luces del gimnasio se encienden, todos van hacia allí y ven el abrigo de lana oscuro que Lucía había descrito. Las puertas se cierran y Alejandro confiesa su crimen mientras empuña una daga. Alfonso se abalanza contra él, cayendo muerto. Todos empiezan a huir para ponerse a salvo.

Cuando Alejandro logra acorralar a Martina, Jesús y Lucía, ésta se acerca al asesino y se besan, después Lucía saca una daga idéntica y rebana el cuello a Martina. Jesús se hace un ovillo y Anselmo sale en su defensa, recibiendo varias heridas. Ruth en su huida llega a los servicios y allí ve que existen muchos explosivos, por lo que intenta volver sobre sus pasos y poner alerta a todo el mundo. Jorge, Rita y Eva logran abrir una puerta y se dirigen  hacia el edificio que está al lado del campo de fútbol sala. Lucía los persigue. En el gimnasio, Ruth encuentra a Tania y le avisa de las bombas, las dos quieren escapar con sus compañeros por lo que Tania coge a Anselmo y logran escapar. Cuando Alejandro ve a Ruth se desentiende de Jesús, momento que aprovecha éste para huir. En mitad del camino se percata de que Ruth está en peligro y vuelve. Alejandro acorrala a Ruth, pero Jesús grita y el asesino se gira, abalanzándose contra él. Jesús intenta desviar la daga y con un impulso logra derribar a Alejandro y arrebatarle la daga, clavándosela en el cuello. Antes de morir coge el detonador y lo activa, arrasando con el instituto y con las vidas de Ruth y Jesús.

Jorge, Eva y Rita se internan en el edificio bajo la persecución de Lucía. Los tres intentan esconderse, pero Lucía encuentra a Rita. La saca al pasillo y amenaza a los otros dos con matarla si no salen. Después de salir Lucía rememora su relación con Alejandro y su fanatismo por las ideas de Luis. Al estar despistada Rita le quita la daga y sale corriendo, momento en el que Lucía saca una pistola y le dispara. Eva se ha puesto en medio y recibe el balazo. Jorge pelea con Lucía, llevando ventaja la asesina. En un momento la pelea los lleva a una abertura del edificio, los dos forcejean y Jorge se hace con la pistola, pero Lucía le empuja y cae al vacío mientras Jorge le dispara  en el cuerpo varias veces. Cae en unos andamios a mitad de la caída.

Los bomberos llegan al instituto y del destrozado gimnasio recuperan con vida a Jesús, ya que el cuerpo de Alejandro le sirvió para amortiguar la onda expansiva. Una ambulancia se lleva a Jorge y Eva, que son acompañados por Rita. Mientras los periodistas entrevistan a Anselmo y Tania sobre lo sucedido.

lunes, 20 de agosto de 2018

Diario de Viaje: Cudillero/Cuideiru (Agosto de 2016)

En nuestro gran viaje de verano pudimos llegar a contemplar unos de los municipios más bonitos de Asturias. Nuestro amigo, feliz de que lo visitáramos en un lugar tan alejado (bueno, todos vivíamos al comienzo abajo de Despeñaperros) quiso ser un gran anfitrión y nos llevó en coche a este lugar. Lo que sorprende es que los aparcamientos quedan algo lejos del núcleo del pueblo. Tras unos minutos de caminata entre el mar y un farallón rocoso vimos claro por qué: circular ahí ha de ser una locura.

El paseo marítimo, lleno de zonas de atraque de barcos y banderas de todas las autonomías, va girando hasta descubrir casi de un plumazo Cudillero. Es como si fuera un graderío, casas dispuestas casi en semicírculo en varios niveles, de arquitectura típica de pueblo pesquero y colores vivos. Es una gozada para la vista.

Todo desemboca en una ancha plaza que desciende en cuesta hacia el mar, dando un aspecto de cómo se vivía allí antes de las termitas turistas. Hoy está lleno de restaurantes caros y casetas de guías turísticos improvisadas. Es un hervidero de gente. Pero las imágenes del lugar y del mar Cantábrico te dejan una sensación de estar observando una maravilla.

Algo recorrimos aunque ascender en cuestas empinadas a pequeñas plazas se hace bastante complicado y cansador. Poco a poco el bullicio se apaga y piensas que vivir en la zona alta, aunque suene doloroso, puede tener su recompensa en tranquilidad y vistas. El azul del mar se combina con el verde de los montes y los azulados de las casas y crea un ambiente único, que merece la pena visitar una y otra vez.

También se puede caminar y avanzar por el paseo marítimo que hace de rompeolas y ver qué hay al otro lado. Y tener buenas vistas de nuevo para esta emblemática ciudad. Muy recomendable.

viernes, 17 de agosto de 2018

17-A, aniversario para recordar

Barcelona. Cambrils. Dieciséis personas que se les arrebató la vida mientras disfrutaban paseando. Desde los primeros minutos de estupor y teorías sobre que era alguien borracho o que el coche se estropeó dejó paso a una conspiración con rehenes y tiroteos espectaculares. No, la realidad fue más sencilla y dolorosa. Un atentado en toda regla, aprovechando fallos de seguridad y esperando acaparar miles de portadas por ser cometido en suelo europeo. Mis pensamientos siguen con estas víctimas inocentes.

Todo queda embarrado con la situación política actual. Que si los Mossos obviaban las informaciones de la inteligencia de Estados Unidos. Que si las fuerzas de seguridad estatales conocían los desvaríos yihadistas del imán e hicieron oídos sordos. Ya todo queda en que unos arrojen mierda a otros para verse como los buenos de la película. Y las víctimas, olvidadas.

Ahora, en vez de hacer causa común y recordar a las víctimas mientras se repudia todo acto terrorista en cualquier rincón del planeta pues se crean dos frentes que lo que quieren es polarizar aún más la situación y arrogarse el papel de víctima. Unos, que desean que sea un homenaje monárquico en suelo catalán. Otros, que desean que sea una fiesta de reconocimiento soberanista y baluarte para asomarse y mostrar sus ideales. Ya las manifestaciones y homenajes de hace casi un año fueron diluidas por intereses políticos. Volvemos a caer en lo mismo y al final son las víctimas las que siguen siendo despreciadas. Ni siquiera un día se pueden aparcar posturas ideológicas.

Me quedo triste. Triste sobre todo por las víctimas. Triste también por las ganas de protagonismo de otros, que aprovechan cualquier suceso para ponerse en el foco de atención. No puede ser que unos hechos terroristas sean de obligado estudio y otros solo sean un mero instrumento político. España ya ha sufrido mucho, en sus carnes ha sufrido durante décadas la barbarie de ETA y en el siglo actual ha sabido lo que es el terror provocado por al-Qaeda y por el Estado Islámico. Ya basta de sufrir, ya basta de politizar las víctimas. Por favor.

domingo, 12 de agosto de 2018

Voy de verde

¡Ay! Estuvo en la punta de los dedos. ¡Ay, qué oportunidad perdida! Argentina necesitaba dar un paso de gigante, necesitaba abrir un nuevo panorama de progreso y humanidad y por una jugarreta del destino, millones de voces han sido acalladas. Eso sí, no para siempre.

No voy a caer en el discurso fácil de que los políticos son voces diferentes a las voces de los votantes. O que cuando se elige lo que no te gusta es que estaban equivocados. El tema del aborto es muy delicado y hay muchas presiones juntas, los grupos abrazan rápido una decisión y casi nunca dialogan. Bien que por fin se dio una oportunidad de oro y es que mucha gente se enganchó a los debates parlamentarios y gente de variopinta procedencia y de variopinta especialización pudo dar rienda suelta a sus posturas refrendadas por datos y estudios. Eso enriquece el debate, pero la presión de la moral cristiana es aún muy fuerte. Muy bien que quieras vivir al dictado de una religión pero fallas garrafalmente si intentas que el prójimo deba vivir también bajo tu marco moral, más si tiene otra ideología o postura religiosa.

El tema ha de quedar bien claro, al menos para mí. El debate no es aborto sí o aborto no. Quien se vea acorralada va a abortar. ¿Entonces? El debate es si aborto clandentino o aborto seguro. Pero no solo aborto: educación sexual temprana y sin tapujos, acceso fácil a métodos anticonceptivos eficaces y bien explicados, acceso a un proceso seguro de aborto si todo falla. Y es que no creo que haya gente (o que represente un porcentaje contundente) que piense que el aborto es un medio anticonceptivo más. Ha de ser una experiencia traumática que ha de marcar toda la vida.

Creo que así lo entendió la Cámara de Diputados cuando dio su media sanción. Quien llega a la situación de cortar de raíz una vida no lo hace felizmente y hay un proceso de reflexión profundo. No se lo compliquemos más. Para ello también es necesario debatir y unir pruebas de hasta cuándo ha de ser legal un aborto, cuándo un feto puede arrogarse el estatus de persona susceptible de derechos y deberes. No hablemos del alma, pues no hay pruebas científicas, sino con datos contrastados. Quitar los tabús y separar Estado de Iglesia es el primer paso, el debate ha de ser lo más objetivo posible y mirando no solo a la ideología propia, sino al bien común.

¿Que el niño no es culpable? ¿Que se le puede dar en adopción? ¡Por supuesto! Pero esto ha de ser un cúmulo de opciones, todas disponibles y ofrecidas con altas dosis de información. Pero también en la oferta ha de estar el tema de aborto. Lo repito, aunque sea ilegal, aunque se descarte de las discusiones, es una realidad que se accede a él. Y repito, mientras ese acceso sea de manera clandestina se corre un riesgo inmenso de muerte, secuelas, etc. Dejen decidir a la madre. Eduquemos (empezando por uno mismo) en valores y en responsabilidad (no puede ser que el padre sea el primero que por propia voluntad desaparece). Investiguemos qué porcentaje de abortos son solicitados por una noche loca y cuántos son por abusos dentro de la propia familia, nos sorprenderíamos de los pocos de lo primero y del gran número de lo segundo. Demos información, educación, posibilidades para garantizar la salud, ofrezcamos muchas opciones (todas bien respaldadas por el Estado) y dejemos que se decida. Eso es lo que, a mi entender, el Senado no ha entendido.

El feminismo, también, ha de replantear cómo comunicar sus posturas para sortear la barrera automática que crece alrededor de los que tienen un pensamiento inflexible. Quizás tildándolos de tontos e hipócritas no se va a lograr que se acerquen a tus posturas, ¿no? Se pueden desmontar posturas e ideas con un debate sano y abierto, donde en vez de ver cómo ridiculizar la idea opuesta se trate de dialogar y ofrecer una solución que combine ambas ideas. Es difícil, lo sé, pero por algún sitio hay que empezar.

Yo ando triste por el varapalo de esta semana, pero también es cierto que este debate ha quedado bien presente, arraigado en una sociedad polarizada y que poco a poco va a calar, va a modificar la manera de comunicarse y se va a prestar al diálogo (entre los que sí quieren dialogar). Posturas cerradas e hipocresía siempre va a haber, pero cuando el tema del aborto se normalice, sea una tema de conversación más, el proceso va a estar casi culminado. Todo el mundo se acostumbrará y verá que, en el fondo, no era tan abominable como se podía llegar a pensar.

martes, 7 de agosto de 2018

Diario de Viaje: Ripollet (Julio de 1997)

Terminando la saga catalana, toca analizar con un poquito más de detalle (no mucho), la última localidad visitada.

Mi tío es famoso por su pasión por el campo, así que hace varias décadas tomó parte en la toma de unos terrenos públicos entre autovías y riachuelos, los cuales fueron parcelados y convertidos en huertos con casitas para pasar el fin de semana. De Ripollet en sí poco recuerdo, quizás alguna casa baja y las rotondas que la bordean para llegar a tan alejado lugar donde se emplaza el huerto.

Mi abuela siempre había hablado delicias del huerto de su hijo y en mi imaginación era como un cortijo de pequeñas dimensiones. Para nada, la realidad era más austera: con tablas y elementos reciclados se había hecho con una casucha para guardar lo aperos de trabajo y para colocar una mesa larga para las celebraciones familiares o religiosas.

Eso sí, el huerto era grande y estaba dividido en varias zonas donde cultivar diferentes verduras y frutas. Sí me encantó una hamaca y las parras cargadas de uvas que proyectaban una densa sombra para apaciguar el fuerte calor. La reunión fue numerosa y se comió una parrillada en condiciones.

lunes, 6 de agosto de 2018

Diario de Viaje: Sardañola del Vallés/Cerdanyola del Vallès (Julio de 1997)

Desglosando viajes para darle la atención que se merece a cada lugar visitado, toca recordar este municipio barcelonés. Está muy cerca de la capital y, como es esperable, tiene todas las características de ciudad dormitorio: inmensos barrios de bloques, plazas abiertas planificadas para evitar la sensación de aglomeración y un centro pequeño pero acogedor.

Confieso que mis recuerdos del lugar son escasos, ya que esta visita fue algo rápida para visitar a unos tíos mío y quizás para reencontrarme pasados muchos años con alguno de mis primos. Recuerdo sobre todo un edificio elevado entre barrios con casas de diferentes tamaños y poco más. De seguro solo fuimos al piso de mis tíos, sin pensar visitar siquiera la iglesia ni la plaza central del ayuntamiento, poco más.

Diario de Viaje: Peñafiel (Febrero de 2023)

 Pues casi sin reponernos del viaje navideño a Portugal tocó otro gran viaje. Mi mujer tuvo que ir a un curso a Santander y yo hacía décadas...