martes, 23 de abril de 2013

Alfonso XII y las Cortes extraordinarias de 1878

Según parece las Cortes extraordinarias se reunieron en 1878 para tratar el polémico matrimonio entre Alfonso XII y su prima María de las Mercedes, hija del conspirador (contra Isabel II y contra Prim) Antonio de Orléans, duque de Montpensier.

La carta que dirige el Rey a las Cortes incide en que se lleva a cabo el proceso constitucional establecido y que sopesando con detenimiento lo que conviene más a la Monarquía Constitucional y a la felicidad del soberano es que se lleve a cabo el matrimonio regio.

Recuerda que las Cortes han demostrado siempre su conformidad con el Trono asentado por la Restauración, así como simpatías por el propio Alfonso XII. De esta manera intenta que den el visto bueno al enlace. No deja de remarcar el Rey los aspectos positivos que dicho matrimonio traerá a España: fortalecimiento de la dinastía y de las instituciones representativas, la paz y prosperidad y una patria más grande.

jueves, 18 de abril de 2013

Opiniones y estadísitica

Hace tiempo escuché una curiosa charla estadística. Quizás la temática era muy atrevida o mezclaba churras con merinas, pero ello no quita un intento valiente de determinar el comportamiento colectivo de las personas. ¡Me hizo recordar a la psicohistoria de Hari Seldon!

La charla iba sobre usar el modelo de Sznajd, un modelo que combina la sociología y la física en un nuevo campo: la sociofísica. Quizás no lleve a ningún lado, o quizás con el tiempo desarrolle teorías más sólidas que predigan comportamientos colectivos. Y es que cuando decimos que la historia es un péndulo o que los españoles, por ejemplo, siempre nos odiaremos entre sí, hacemos una pequeña teoría en función de datos históricos someros. Algo parecido tiene esto, pero parte del modelo de espines cuánticos de Ising. El modelo se centra en la formación de opinión de grupos de personas ante dos corrientes: la opinión se expandirá a favor de un punto u otro en función del modelo de alineaciones de espines, por lo que en primera aproximación, si dos están de acuerdo en una opinión los dos vecinos más cercanos a ellos serán de esa misma opinión. Curiosos resultados, que pueden complijizarse más si consideramos que los que opinan igual han de estar intercalados o que la decisión de los vecinos será contraria a la del grupo. O que están en posiciones aleatorias. Un lío, vamos.

La ecuación es de tipo ondulatorio, por lo que permite que el total caya de un extremo de opinión a otro, o sea, o hay algún radical en cada extremo o todo el colectivo lo es. La frecuencia de cambio se inserta con la temperatura social, que puede hacer que si los ánimos estén caldeados el cambio de opinión se lleve a mucha gente y pasen de una decisión a otra en cualquier instante. Y también está perturbación externa, como la propaganda o algo así: si hay mucha se tiende a ir a los extremos y si apenas hay la gente se mantendrá en el término medio basculando entre el 50 %.

Como es un modelo matemático hay predicciones que nos parecen ilógicas, pero que habría que estudiar si están ahí. Ejemplo claro son las resonancias, que bajo ciertos aspectos la respuesta por una opinión es masivamente favorable (o contraria) y que es posible que se dé una segunda resonancia, como que si tras llegar a un extremo la gente cambia de opinión pero al instante vuelve con fuerza a su anterior opinión.

Lo que digo, puede ser un tiro al aire o un embrión de un campo de estudio harto interesante.

miércoles, 17 de abril de 2013

Alfonso XII y las Cortes de 1877


En este año la apertura regia incide en el apartado de la guerra civil carlista. Si ya en 1876 avisaba que iría al norte a comandar los ejércitos ahora anuncia por todo lo alto su satisfacción como español y como rey por el final de la contienda. Explica que el bando victorioso ha sido clemente en las capitulaciones y que el periodo de paz será el punto de inicio para la reactivación de la agricultura, del comercio, de la industria y de las artes. Da a entender además que el despilfarro, la inseguridad y la indisciplina son los brotes lógicos de zonas en guerra. Pero también advierte que no todo son albricias, puesto que la guerra de Cuba continúa. España se juega en el panorama internacional su derecho y su honor. Destaca sobremanera el valor y sufrimiento de las tropas españolas, así como los aciertos de los mandos en el desarrollo de la guerra y proclama con júbilo que hay multitud de zonas donde la guerra ha pasado a un plano de bandolerismo, señal de una desorganización del bando rebelde y una inmediata llegada de la paz. Su anhelo es que la paz llegue a Cuba para que la Nación sea próspera y progrese.

Pero todas estas cosas no han de olvidar las penalidades que sufre el Reino. La desgracia viene más rápido que su recuperación. Alfonso XII confía en el saber hacer y el patriotismo de los representantes del Congreso de los Diputados y del Senado para remediar cuanto antes esta situación, si bien indica claramente que las penurias y miserias no se arreglan rápidamente en ninguna nación que las haya sufrido. También reflexiona el Rey sobre que solo la propia nación ha de sobreponerse a sus infortunios, aunque cueste tanto como arreglar una guerra. Alfonso XII pide entonces el concurso de todos para llevar a buen puerto la empresa en la que están metidos. No quiere juzgar a nadie ni las causas de cómo se llegó hasta allí, no quiere reprochar a nadie, solo guardar memoria para no volver a transitar dicho camino.

Ahora el Rey habla de sus viajes por el centro y este del país y el deleite del esfuerzo y trabajo de las ciudades y campos en un ambiente pacificado. Este clima trae mejorías a España y el Gobierno ha de contribuir a continuar y potenciar esta mejora, confesando que su alma estará siempre unida a este proceso y a la consolidación de la justicia. Para esto no hay que temer de interferencias extranjeras, puesto que se arreglaron problemas con Estados Unidos y hay relaciones cordiales con Alemania, Reino Unido y la Santa Sede. No se olvida Alfonso de mencionar a los territorios españoles de Filipinas y Puerto Rico, describiéndolas en sosiego y en que no deben ser olvidadas por las políticas gubernamentales. Los territorios de Navarra y las provincias vascas ya se han comprometido a cumplir las nuevas fiscalidades impuestas por Madrid.

Se congratula Alfonso XII por la nueva constitución y la conformación de las Cortes, además de las reformas de las leyes provinciales y municipales, así como de la anulación de la censura de ciertas garantías constitucionales. Para completar esta paz legal el Gobierno debe plantear leyes sobre el proceso electoral y la instrucción pública, además de llevar al cuerpo legislativo una ley de imprenta. También advierte que se hace necesaria una reforma del Código Penal, para que esté acorde con la Carta Magna de 1876. También avisa de la inmediatez de los presupuestos estatales y la necesidad de leyes que intenten paliar la inmensa deuda que tiene España, aunque estas no deberían tocar las partidas a los ejércitos de mar y tierra. Felicita el Rey a estos cuerpos militares por su instrucción y disciplina y dice que lo conoce de primera mano al haber capitaneado a las tropas en dos ocasiones a la vez que participaba en sus ejercicios y trabajos. Declara que el Ejército es digno de la Nación y de la historia de glorias imperiales, hecho confirmado por las buenas valoraciones del resto de grandes potencias.

Como resumen les dice a diputados y senadores que globalmente las cosas están bien respecto a lo que podía haber sido según el contexto con el que comenzó su reinado. Para mejorar es necesario reformar la Hacienda pública pero que en un corto plazo se han logrado cosas más difíciles que esta. Les confiesa que cuenten con él para garantizar la libertad y legitimidad de su trabajo y para mantener la paz lograda y el orden social. Finalmente, invoca a la Divina Providencia para proteger a los legisladores, así como para él mismo para poder seguir sorteando los obstáculos que podrían intentar frenar su trabajo impuesto por su cuna, su patriotismo y sus deberes constitucionales.

miércoles, 10 de abril de 2013

Diario de Viaje: Nantes/Naoned/Naunnt (Febrero de 2013)

Pues comienza una nueva etapa, retornando al viejo continente europeo y realizando un sueño de antaño: estudiar en Francia. Técnicamente, quitando la angustia de minutos antes de ser recogido en Rosario, el viaje fue normal, con la noticia de la inminente abdicación de Benedicto XVI y un sobrepeso en la maleta. El tema era que se retrasó un poco el avión y tuve que ir corriendo en Barajas hasta llegar al enlace, una caja de sardinas. Por suerte llegué cinco minutos antes del comienzo del embarque.

El norte todo cubierto de nubes, a veces se vislumbraban las campiñas con setos como fronteras y multitud de zonas inundadas y por fin aterricé en el frío del hemisferio norte y con algo de llovizna. Me encontré con Pierre y paseamos por la ciudad para ver el centro con el teatro Graslin y la Plaza Real, junto a sitios de interés. También las cosas de la residencia, que siempre viene bien conocer algo y tener mapas a mano. Al día siguiente tocó dar una vuelta solo por la ciudad, acercándome al castillo de los Duques de Bretaña. Y es que Nantes está ahora en la región de Países del Loira, aunque un porcentaje enorme quiere volver a Bretaña. Un sentimiento regionalista en una Francia fuertemente centralizada.

También anduve por las ramblas y rodeé la catedral tomando la zona central para ver iglesias. Finalmente, la vuelta me llevó por la isla Feydeau, con sus famosas casas hundidas. Y es que Nantes estaba formada por muchas islas. Al día siguiente visita al trabajo y el comienzo del repaso de mi francés de secundaria, conociendo a la gente y visitando los dispositivos con los que voy a trabajar. Para finalizar, una charla sobre lo que se estaba haciendo de la que me enteré poco, pero al menos hice acto de presencia y busqué información necesaria para comenzar mi nueva singladura.

miércoles, 3 de abril de 2013

¿La Monarquía Parlamentaria está caduca?


Seguramente, excepto las leyes fundamentales del universo, todo lo que nos rodea es caduco. Lo importante es ver cuándo lo es. Por tanto, no es de recibo pensar que solo un tipo de régimen puede estar caduco, sino que cualquiera es susceptible de ser cambiado. Podemos ver las democracias que se asemejan a regímenes totalitarios, el republicanismo australiano o el monarquismo georgiano. Y nada que decir de los aderezos de populismo que hoy en día están azotando al mundo, que puede llegar a hacer tanto daño como hace casi un siglo hizo el fascismo.

¿La Corona española está sujeta a caducidad? Ya lo creo, pero no tiene por qué ser para mañana o para dentro de diez años. Es más, caducidad no implica un paso a una república, que las buenas maneras de hoy las presentan como el súmum de la evolución del ser humano. Lo que sirve, lo que es válido, es lo que funciona y da beneficios; todos nos sabemos la teoría, pero a la hora de la verdad hay que ser prácticos. Y España, siempre sumida en crisis o en enfrentamientos fraternales, ha de pensar más en lo que sea práctico que en metas nebulosas. Y digo nebulosas porque décadas después de haber asumido la jefaura Juan Carlos I aún no hay una propuesta republicana sólida y definida. No es solo reunirse días especiales, sino plantear si se quiere un régimen parlamentario o presidencialista, federal o unitario, nueva constitución o retomar la de 1931, dejar los símbolos actuales (o con pocos retoques) o presentar antiguos. Y es que, aunque parezca increíble, aún no hay una postura oficial en los partidos republicanos actuales. También he repetido en otras ocasiones que democracia es separación y control mutuo de poderes, consolidación del Estado de Derecho y Bienestar y elecciones libres para elegir a los representantes cuya política te afecta. Cada poder tiene sus procesos de elección y muchos de ellos no son democráticos en el estilo tradicionalmente concebido, totalmente compatibles con la democracia si se acatan a la decisión última y al estudio de la soberanía popular. Por ejemplo, el Poder Judicial no funciona bien porque lo reparten en sectores de afinidades políticas (mitad de derechas, mitad de izquierdas, algunos nacionalistas, más equitativo y democrático imposible) en vez de ser compuesto siguiendo criterios únicamente meritocráticos. En la Corona, lo que se pide es neutralidad y alta preparación para representar a toda la Nación. Esa es su característica y no veo por qué defendiendo un programa político particular para que te voten se puede representar a estos y a los que no votaron.

Caducidad habrá cuando solo importen las glorias pasadas (transición democrática, sucesos del 23-F) y en la actualidad no sirva para nada. La institución está muy tocada, los mangoneos de Urdangarin y las posibles misiones secretas de Corinna zu Sayn-Wittgenstein han dejado a la Familia Real en los tiempos de más baja popularidad. El Rey, operación tras operación, no puede cumplir sus funciones constitucionales con tranquilidad y ya hasta televisiones y políticos claman por una abdicación inmediata. No sé por qué se enfada el Rey cuando la gente pide esto, como si quisiese República. Quizás piden abdicación para que no la haya y en un Estado democrático estas cosas pueden debatirse sin miedo. Ya advirtieron que hoy en día aunque la abdicación sea una prerrogativa regia ha de estar fuertemente vinculada con el sentir del pueblo y la evolución política. Si la Corona está dentro de ordenamieno constitucional el pueblo no puede quedar sordo en este asunto y es posible influir en el hecho por el bien del país, no por el bien personal o sus ganas de seguir o no. O sus miedos de ser un ciudadano corriente.

Ya avisó Antoni Gutiérrez-Rubí que para que la ciudadanía acepte una jefatura del Estado en cuya elección no participa, es imprescindible que perciba en ella un valor incuestionable. Y sobre todo los jóvenes. En octubre de 2011 el 35,6 % de los que tenían entre 18 y 24 años confiaba poco o nada en institución. En la franja de edad entre 25 y 34 años desconfiaban de la Corona el 25,5 %. Por otra parte, la franja etaria entre 55 a 64 años invierte esta tendencia. Quie sí, que aún sigue por debajo de la mitad, aunque El Mundo publicó que los favorables a la Monarquía habían bajado hasta el 51 %, pero lo importante es dar a conocer a las nuevas generaciones el papel real que tiene la Corona. Si solo ven que son comidilla de revista de cotilleos y que solo inauguran exposiciones seguramente crecerán los porcentajes desfavorables. También puede que se queden con la idea principal que democracia es sinónimo de república, cuando la cuestión no es tan sencilla como muchos autores quieren identificar (Patricia Sverlo, por ejemplo). Es necesario que la Corona publicite sus acciones. No por medios palmarios, sino con rigor y seriedad. TVE 1 ya tiene un programa que habla sobre su agenda y las cuestiones constitucionales. Parece mentira pero hay mucha gente aún que no tiene ni idea de cómo se desempeña la función y qué acciones les corresponde. Otro acierto fue el canal de Youtube y la publicación de sus cuentas. Pero no ha de quedarse ahí; que no aparezca en la Ley de Transparencia, más que un flaco favor que le hace el Partido Popular, parece una maniobra oscura de su sector republicano conservador. Aún le queda mucho por dar a conocer, ya que solo noticias aisladas o por boca a boca comunican lo de relajamiento de trámites para que los españoles entren en Brasil, lo del AVE Medina-La Meca o el préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo. O que sus reuniones secretas para ejercer su papel moderador han de ser publicitadas como parte del trabajo inherente al cargo.

También en España, de formación ciudadana republicana que acepta la Monarquía por pragmatismo, ha habido pocos autores que hayan desarrollado los conceptos de esta forma de gobierno. No es solo biografías o entrevistas de agasajo, sino autores que se basen en ciertos principios, los desarrollen, los den a conocer y los contrasten con otras opciones. Quitando a unos pocos, como Torcuato Fernández Miranda y otros de los años previos a la Transición (donde las encuestas daban 49,4 % República, 29,8 % dictadura y 20,8 % Monarquía) no se ha vuelto a ver nada a menos que sea de manera esporádica en ABC (Pedro González-Trevijano, Gregorio Peces-Barba o Jorge de Esteban, por ejemplo) o los postulados de Pedro J. Ramírez. Si no hay teóricos la gente puede pensar con ilusión que la crisis y los corruptos desaparecen de la noche a la mañana por solo cambiar el proceso de elección del Jefe de Estado.

martes, 2 de abril de 2013

Diario de Viaje: Rosario (Octubre de 2006)

Con todas las cosas y detalles se me olvidó un concepto básico y que lo daba por hecho, pero es el momento de recordar mi llegada a Rosario, un salto a otro país, otro continente y otro hemisferio de una. Pues sí, las ideas de doctorado y una aventura nueva y apasionante como punto de partida de mi vida independiente se dieron en Rosario.

Recuerdo el traumático viaje hasta Madrid desde Córdoba y la despedida con mis tíos. Un viaje espectacular con charlas con gente desconocida y la oportunidad de descubrir mundo. Impacto del cambio de temperaturas y horas de viaje hasta Rosario donde el trinomio vaca-silo-árbol quedó como anécdota. Y el primer paseo hasta el Paraná y el monumento a la bandera. Y es que se llega a hacer tan típico que no se recuerda la impresión de la primera vez. Un buen paseo con Jorge y la búsqueda de sitios con comida. También para ver los parques y zona peatonal con multitud de gente rebosando las calles.

Y ese primer día de trabajo con gente desconocida que no sabías si llevaban años o semanas. Con la máquina de tribología recién llegada y los intentos por descifrar qué era y qué hacía. Cuento que ahí probé la tradicional milanesa con fritas. O el viaje en lancha hacia las islas con toda su naturaleza y el rico carpincho.

Hubo momentos duros y aciagos y lluvias torrenciales que devastaron la ciudad, pero anécdotas como los ancianos andaluces y problemas de entendimiento de los dialectos, pero fue una gran experiencia.

Diario de Viaje: Peñafiel (Febrero de 2023)

 Pues casi sin reponernos del viaje navideño a Portugal tocó otro gran viaje. Mi mujer tuvo que ir a un curso a Santander y yo hacía décadas...