jueves, 30 de junio de 2016

Diario de Viaje: El Rompido (Enero de 2012)

Otro pequeño viaje en la provincia onubense. De El Rompido solo puedo destacar que la Flecha, el larguísimo rompeolas surca todo el horizonte, separando el océano Atlántico en dos partes. Las casitas son pequeñas y con el típico estilo de zonas pesqueras.

Sin embargo, lo mejor es caminar por sus playas, de arena blanco-amarillenta y tomar algo en sus chiringuitos. Eso sí, la vista se complementa con esos árboles típicos de Huelva, muy verdes, altos y de copa muy redonda. Pasear entre ellos también es algo que destacar.

miércoles, 29 de junio de 2016

Diario de Viaje: Palos de la Frontera (Enero de 2012)

Visita relámpago a esta localidad cercana a Huelva. De la ciudad no vimos mucho, ya que la visita fue exactamente para ver sus monumentos más emblemáticos. Cómo no, el Monasterio de la Rábida es uno de ellos, aunque resultó estar cerrado. Sin embargo, el paseo hasta el monasterio, bien cuidado, mezclando espacios abiertos y zonas ajardinadas, es una delicia con el sol invernal dándote en la cara. La mezcla de piedra típica de iglesias y lugares cristianos con la fachada blanca típica de Andalucía hacen un bello contraste.

De ahí al Muelle de la Reina, un paseo que te deja mirando a la propia Huelva. Ahí está el monumento de Ícaro en homenaje al primer vuelo en hidroavión transoceánico. Desde Palos a Buenos Aires en 1926 y dirigido por Ramón Franco (el hermano del dictador, conocido por sus tendencias revolucionarias). El nombre del avión, como no podía ser de otra manera en una gesta descubridora, fue Plus Ultra, el lema de España.

También es de ver las réplicas de las tres carabelas que estuvieron en 1492 al mando de Colón y que fueron las que llegaron a América en la travesía que uniría definitivamente (para bien o para mal) este continente con Europa. Sorprende ver a Pinta, Niña y Santa María en su escala natural, demasiado pequeñas para tal viaje ambicioso.

sábado, 18 de junio de 2016

La vida de Don Alfonso

Alfonso XII nació el 28 de noviembre de 1857 en Madrid, hijo de la reina Isabel II y de su consorte Francisco de Asís. Sin embargo, esto último no está tan seguro (al menos desde el punto de vista biológico) puesto que el amante de la Reina por esa época fue el capitán de ingenieros Enrique Puigmoltó. Además, don Francisco andaba lejos durante las fechas de la concepción y además era homosexual, con amante 'oficial' y todo.

El joven Príncipe pronto se verá obligado a abandonar su país durante la Revolución de La Gloriosa en 1868. La Familia Real se exilió en París durante un tiempo, lugar donde Alfonso cursó estudios. Pronto fue a Austria-Hungría, para formarse en el Colegio Teresiano vienés. Finalmente, y durante unos pocos meses, se fue a Reino Unido a recibir instrucción militar, en la afamada Academia de Sandhurst. Durante el exilio, más precisamente en 1870, su madre abdicó sus derechos al Trono, por lo que el joven se convirtió en Rey en el Exilio. Fue una gran maniobra política, puesto que el retorno de su familia no era una opción muy favorable si doña Isabel seguía ostentando los derechos dinásticos. La turbulenta política española de la época jugó mucho en favor de la causa alfonsina y el 29 de diciembre de 1874 se llevó a cabo el Pronunciamiento de Sagunto, por el que las autoridades militares lo reconocieron como Rey legítimo, en detrimento del régimen republicano de la época. El 9 de enero de 1875 vuelve a pisar suelo español, siendo aclamada su entrada en Barcelona. Tres días después, y tras pasar por Valencia, llega entre vítores al Palacio de Oriente.

La Restauración, régimen político que acompañó a Alfonso XII, se consolidó prontamente, basada en una política liberal y una monarquía de corte constitucional. El sistema bipartidista se consolidó durante la Restauración donde las dos facciones más relevantes eran, por un lado, la aristocracia y la clase media moderada (liderados por el Partido Liberal-Conservador de Cánovas del Castillo) y, por el otro, la clase industrial y los comerciantes (liderados por el Parido Liberal-Fusionista de Sagasta). Pero a pie de calle, el poder seguía siendo llevado por la oligarquía y por los caciques rurales, que instalaron una práctica (el pucherazo) que pronto dejó de estar en sintonía con el pueblo español. Por otro lado, si bien la Iglesia Católica perdió terreno por la Constitución de 1876 y su consagrada tolerancia religiosa, su influencia en la sociedad y la educación apenas se resintió.

Don Alfonso se ganó el apodo de El Pacificador tras lograr calmar los conflictos militares que azotaban al país, siendo los más relevantes la III Guerra Carlista y la Guerra de Cuba. Las victorias gubernamentales lograron consolidar la Restauración y la participación activa del Monarca en el frente lo hicieron muy popular. Tras esto, la implantación constitucional, y su escrupuloso acatamiento, fue su gran logro.

En 1878 se casó con su prima María de las Mercedes, de la que estaba perdidamente enamorado. Si bien el pueblo celebró a lo grande los esponsales y pasó el hecho al folklore popular, la reina madre y el Gobierno estuvieron fuertemente en contra de dicho enlace. ¿Por qué? Porque su suegro era don Antonio de Orléans, duque de Montpensier, un conspirador durante el reinado de Isabel II y había llegado a asesinar en un duelo en un ascenso en las opciones a ostentar la corona española. Además, su nombre se rumoreaba como instigador del magnicidio del presidente Prim, principal valedor del rey Amadeo I. Tras la bula papal que habilitaba el matrimonio doña Isabel no acudió al enlace como protesta, no a la Infanta, sino contra su padre don Antonio. El 23 de enero en Atocha mil cirios alumbraron esta nueva etapa de Alfonso XII bajo los augurios del cardenal Benavides.

El joven matrimonio duró poco. Un aborto mal curado en marzo del mismo año iniciaron el lento declive de salud de la Reina y el 26 de junio, con gran dolor por parte del Rey y del pueblo, 'Carita de Luna' abandonó este mundo. Montpensier rabió al perder un vínculo de sangre con el Trono (a pesar que después casó a su hijo con doña Eulalia, una hermana de don Alfonso). Hasta doña Letizia, fue la única Reina consorte nacida en territorio español.

Parte del luto la pasó recluido y llorando don Alfonso, aunque pronto volvió a su vida Elena Sanz, la afamada cantante y amante del joven monarca. Pero esto no era suficiente, la monarquía necesitaba continuidad dinástica y a la fuerza fue casado con doña María Cristina de Habsburgo-Lorena. Tres hijos tuvieron: Mercedes, Teresa y Alfonso, este siendo póstumo.

Alfonso XII, desde que en su tierna infancia le atacaron unas crueles fiebres, tuvo una salud muy delicada. La tuberculosis pronto se hizo con él. Pero en vez de cuidarse, aumentó en su número de salidas de incógnito y de amantes. Por la noche, un vividor; por el día, un fiel cumplidor de sus obligaciones. Esto hizo que su cuerpo no resistiese más y muriese en el Palacio de El Pardo el 25 de noviembre de 1885 a la mañana, si no antes. Murió en una amplia cámara de dos balcones que justo daban a la fachada principal. La Reina y el médico de cámara fueron los que lavaron y prepararon el cadáver, que fue dejado en la enorme cama de hierro con decoración de oro en la que se produjo el deceso. Entre sus manos se le colocó el crucifijo con el que había hecho la Primera Comunión en Roma.

El día 26 comenzó a ser embalsamado debido al avanzado estado de descomposición del cuerpo. Tuvieron que emplear 25 inyecciones de un litro cada una para lograr el propósito planteado. Tras colocar el catafalco en el Palacio de Oriente para recibir el último adiós del pueblo español fue enterrado en el pudridero de El Escorial, cinco días después. Al poco tiempo, fue trasladado definitivamente al Panteón Real.

Años después, siguiendo una leyenda, el joven Alfonso XIII quiso ver a su padre, pues nunca lo conoció. Al destapar el ataúd, y para sorpresa de todos, el cadáver de don Alfonso se encontraba intacto. Parecía como dormido, decían, sumando otra leyenda más a esta insigne figura.

viernes, 17 de junio de 2016

Diario de Viaje: Huelva (Enero de 2012)

Provincia andaluza que debía ser visitada y más teniendo familia por allí que, desgraciadamente, no reciben muchas visitas por no estar, cómo decir, en un lugar de paso. Pero nada más lejos de la realidad, un autobús desde Córdoba tarda poco más de dos horas en llegar allí. El paisaje de olivares va cambiando poco a poco, generando otro tipo de vegetación más húmeda, por su cercanía al mar. En el camino vimos refinerías y temas que aún despiertan polémica en la provincia, debido al entierro de fosfoyesos que parece que siguen filtrándose y contaminando la tierra cercana.

Huelva es bastante moderna, según me contaron. Digo sobre la arquitectura predominante debido a que un terremoto la asoló. Además, antes de la división provincial de España pertenecía al Reino de Sevilla y en esa zona la ciudad de Niebla era la que se llevaba la palma. Sin embargo, hay esculturas y edificios pintados pintorescamente y la eterna plaza de toros (y cómo olvidar el barrio inglés). Los bulevares bien iluminados hacen que merezca la pena pasear por allí. Pero lo que me gustó más es la vegetación, plazas y jardines que motean toda la ciudad. Y las vistas de la desembocadura de los ríos son impresionantes. El puente que conecta la ciudad con el resto de la provincia le da un toque característico y la visita al santuario de la Virgen de la Cinta ayudó a comprender la idiosincrasia de la ciudad.

Incluso hay varios lugares que contienen restos arqueológicos. Según me contaron, tumbas tartéssicas, cosa que me sorprendió bastante debido a que fue uno de los primeros focos de civilización prominente en el occidente europeo. También mis visitas me llevaron al monumento en homenaje a Cristóbal Colón por el 400 aniversario. Imponente y mirando hacia más allá, justo en consonancia con el carácter marítimo y abierto de la ciudad.

Lo más importante fue visitar a mi familia, siendo agradecida nuestra presencia. Sobre todo por mi estimado y querido primo Manolo, poeta. Su delicado estado de salud nos hizo temer lo peor, pero por suerte sigue con nosotros. Momentos íntimos con la familia, confidencias y charlas políticas que alcanzan trascendencia.

martes, 14 de junio de 2016

Juan Carlos I y Sofía en Puente Genil

Sucedió un 3 de abril de 1976 y no sé si la situación volvió a repetirse. Parece ser que era su gira como Reyes por los pueblos andaluces. Entre presentación y propaganda, ya que tenía que ganar Juan Carlos muchos apoyos para poder iniciar una Transición con la mayor parte de los españoles de acuerdo. Y, en retrospectiva, sabemos que lo consiguió.

Llegó alrededor de las 12.15 tras salir de Estepa. En la Casa Consistorial las cornetas y tambores entonaron el himno nacional y los aplausos y vítores llenaron el lugar. Se descubrió una placa que conmemoraba otra efemérides; del mismo día pero de 1482, momento en el que pasó por el lugar (en la antigua Pontón de don Gonzalo) Fernando el Católico.

El alcalde era Miguel Robledo y en el balcón pronunció unas palabras agradeciendo a los Reyes por pasar por Andalucía y que sin ánimos de agobiar tomaba la regia palabra que había pronunciado ya en sus discursos más fundamentales, a saber, que nadie temiera que su causa fuese olvidada. Así, el alcalde expuso que el plan de regadíos Genil-Cabra y el abastecimiento de agua de Puente Genil y sus aldeas eran harto fundamentales para el progreso de la comarca. Los vítores de los pontaneses parece que fueron enormes y solo aflojaron cuando el Monarca agradeció la lealtad, el afecto y la confianza hacia la Corona que profesaban los habitantes. Dijo ser consciente de los problemas que sufría la localidad y que con el esfuerzo de todos se podrían resolver pronto. Finalizó con un '¡viva España!'

Ya en el salón de plenos los reyes fueron agasajados con un libro a color sobre el pueblo, así como de su afamada Semana Santa. Juan Carlos y Sofía firmaron en el libro de la ciudad y en el del Imperio Romano, la famosa y antigua corporación bíblica. Durante los agasajos la pintora Gloria Prieto les obsequió un óleo suyo donde aparecía el príncipe Felipe. A la salida, niñas con vestidos típicos de la huerta les regalaron productos de la tierra. Una de las niñas tenía discapacidad intelectual y rauda de abrazó a la Reina para hacerle entrega de una carta donde le pedía que viniese a inaugurar el inminente colegio enfocado en problemas mentales.

Cerca del barrio de Miragenil, antes de entrar en el coche oficial, la joven Petri  Pérez entregó a la Reina  un ramo de claveles rojos y amarillos, gesto agradecido por el matrimonio. Dicho coche subió al barrio nuevo, donde en la Matallana fueron ovacionados por miles de personas que se congregaron allí. ¿El siguiente destino? Montilla.

martes, 7 de junio de 2016

Diario de Viaje: Ciudad del Vaticano (Octubre de 2015)

Religioso dejé de serlo hace muchos años pero siempre tuve ilusión por visitar el país más pequeño del mundo y eso siempre tiene un aliciente. Ahora quedaría Rusia para haber visto el más grande del mundo. Bueno, a lo que íbamos. Enclavado en la ciudad de Roma no dista mucho del río Tíber y el redondo castillo de Sant'Angelo. Una ancha avenida lleva hasta la ovalada plaza con su obelisco en el centro y la cúpula de la basílica de San Pedro. Una lástima no haber entrado en ella, pero será para la siguiente vez.

Pasando unas bajas verjas cambias de país en un tris: de Italia al Vaticano. La plaza estaba a rebosar porque el Papa estaba dando audiencia pública y se le veía al fondo vestido de blanco. Un par de fotos y a rodear la muralla del país en un intento de llegar a los Museos Vaticanos. Y es recomendable, porque siempre hay cola y parece que durante las audiencias no hay nadie.

Impresionantes los museos, nada desperdiciable. Kilómetros y kilómetros de pinturas y esculturas de todas las épocas, resaltando la era romana. Los jardines que se pueden atisbar son impresionantes, bien cuidados y muy verdes. Las galerías y los frescos te van a detener mucho tiempo y más si te gusta el arte egipcio. Hay incluso momias. Lo que sí fue una relativa decepción fue la Capilla Sixtina, muy pequeña y abarrotada de gente, con guardias de seguridad chistando y rompiéndote la paciencia.

Lo que me maravillaron fueron los mapas antiguos, sobre todo uno árabe hecho en una placa de metal y con la característica de que el sur está representado arriba. Las obras religiosas inundan todo como no podía ser de otra manera. Tras varias horas salimos del país hacia Italia para acicalarnos y encontrarnos con mi buen amigo y colega investigador Mattia.

sábado, 4 de junio de 2016

Diario de Viaje: Roma (Septiembre de 2015)

Uno de mis planes más esperados era visitar Italia. En un par de ocasiones se me frustró el plan, pero, como dicen, a la tercera va la vencida. Pues bien, de Sevilla a Fiumicino y tras unas pocas vueltas y un engrase rápido del italiano de mi esposa pronto llegamos a nuestra habitación, en lo que eran los sótanos de un antiguo convento. Excelente. Y rápidamente empezamos a pasear por el barrio de Trastevere. Callejeo, plantas trepadoras, cientos de personas, recodos medievales y tráfico a mil. Un barrio con encanto y con la oportunidad de probar el famoso espresso italiano.

De ahí nos pusimos a visitar el río Tíber con esa isla en medio y al pronto entramos en la zona más histórica de la ciudad eterna. Mezcla del arte renacentista tan típico de la zona y antiguos restos romanos nos llevaron al Altar de la Patria, el enorme monumento en homenaje al monarca unificador de Italia, Víctor Manuel II. Con guasa lo llaman el pastel, ya que está sobre una colina y es blanco. Tras recorrer esto pronto llegamos al Foro de Augusto, con sus columnas ciclópeas y los atisbos a lo que tuvo que ser un lugar impresionante. Cerca, creo, está la sede de la emblemática Orden de Malta.

A lo antiguo, con un mapa en la mano, pudimos llegar al Palacio del Quirinal, sede del Presidente italiano. Con la ayuda de algunos transeúntes pudimos orientarnos y llegar a la abarrotadísima Fontana di Trevi, algo deslucida por la ingente cantidad de turistas y las vallas que la protegían en los trabajos de restauración. Un poco de callejeo nos llevó a un hermoso centro comercial y de ahí a otra columna, de nuevo 'pedida prestada' a los egipcios. Las calles y la arquitectura son espectaculares, nos atrapó incluso más que París. Seguidamente, llegamos al Panteón, donde descansan los restos de los reyes de Italia. La cúpula es inmensa e impresiona soberanamente, más el ojo que hay en su centro. De ahí no queda otra que visitar las fuentes de la Piazza Navona, enclavada en el centro de Roma. La anécdota fue aquí un adolescente estadounidense buscando con desesperación un McDonald's. Sí, en la capital de la pizza y la pasta. Un poco de arreglo y a comer lo típico, faltaría más.

Otro día tocó visitar un poco más esta zona, con las numerosas plazas que tiene y dirigirnos hacia el Foro Romano, aunque fuimos por el lado que no era, aunque las vistas desde el Campidoglio son espectaculares. Arcos y restos te daban a ensoñar cómo tuvo que ser la zona en la época de máximo esplendor. La lluvia tocaba ahora, pero no nos impidió bordear el Circo Máximo y de ahí embocar el Arco de Constantino y el famoso Coliseo Romano (antaño el Anfiteatro Flavio). Contemplar la magnificencia de dicha obra y los espectáculos que tuvieron que darse ahí impresionan. Los museos incluso hablan de anécdotas características que han podido reconstruirse mediante la arqueología. De ahí tocó visitar las enormes ruinas del Palatino, donde residían los altos dignatarios. Lo poco que queda no creo que pueda hacer homenaje a cómo tuvo que ser eso.

Por último, antes de descansar para el vuelo de vuelta, tocó pasear por el Foro Romano y maravillarse con los restos de los templos y con los arcos de Tito y de Septimio Severo.

viernes, 3 de junio de 2016

Mis idas y vueltas con el andalucismo

Pues si alguien sigue este blog verá que inicialmente (aunque el culmen llegó por 2007) era andalucista y empecé un viaje hacia el constitucionalismo, acompañado por las ideas y buenos augurios de UPyD. Sí, en este largo lapso de tiempo uno ve cómo mi interés sobre política versa sobre el nivel nacional. No sé, pero tiene que haber de todo, desde los que solo se interesan por la política europea hasta los que se embelesan únicamente por la política local. Lo más probable es que muchos se enfoquen en todas pero someramente, hay pocos fanáticos de solo una cosa. Pero por esa regla de tres tiene que haber gente que solo le interese la política nacional y otros solo la autonómica.

Aún me parece raro volver a enfocarme en la política andaluza. Ahora, y por razones más sentimentales que prácticas, empecé a interesarme por la política y sucesos de mi pueblo, en un afán de no terminar de cortar lazos con el sitio que me formó. Pero vivir en el centro de Andalucía tiene un efecto de atracción inmenso. Las historias sobre moros y cristianos, el particular dialecto, las costumbres y folklore (sevillanas y flamenco sobre todo) que han sido extrapoladas a toda España e incluso adoptadas como características. También la historia de familiares sobre los destrozos y crueldades de la Guerra Civil, así como la espantosa represión franquista. También las ideas anarquistas y más actualmente comunistas que siempre predominan en los pueblos vinculados al sector agrícola. La eterna lucha obrera y el problema del latifundismo siempre han resonado en todos los andaluces, en algunos con más fuerza que otros.

Esto ha formado parte de mi infancia, aunque no me ha empapado como a otras personas que han vivido esto de manera más directa. Mi familia siempre tuvo el tino (o no) de no mojarse decididamente por una u otra opción política cuando éramos niños. Ya más en la adolescencia vi decantarse a mis padres más claramente por un sector político. Pero conociendo poco (ya por mi cuenta fui investigando, no mucho aún) ya se me hizo claro que España es claramente un Estado, al que doy un fuerte apoyo, pero compuesto por muchos sentires y sensibilidades, llamémoslas Naciones.

En mis años de nacionalista andaluz llegué incluso a coquetear con la idea de independencia. Eso sí, no unilateral, sino en vistas de un proceso inevitable y en un futuro lejano. Pero recordemos que no solo lo pedía para Andalucía, sino para todas las naciones. Hoy no me tomo esta idea a rajatabla, lo que pienso ahora es que España ha de seguir unida y que en un tiempo se integrará en un nuevo Estado a lo EE.UU. de Europa.

Seguimos, tras recorrer siete de las ocho provincias andaluzas (te la debo, Almería) y contrastar mis ideas con otros tipos de nacionalismo (sobre todo quedé influenciado con el nacionalismo bretón) tengo ahora un nuevo acercamiento, pero a un andalucismo desde un punto de vista folklórico. A ver, no digo que viva el flamenco y las peinetas (en realidad, los aborrezco y no puede vivir una autonomía de esto en vez de apostar por igualdad, socialdemocracia y desarrollo tecnológico), sino más bien de la arbonaida blanquiverde, de la estrella tartéssica, del indalo, de los campos eternos de olivos, de la arquitectura musulmana, del oscurantismo barroco... esos son mis reclamos y cosas a potenciar. Evidentemente, estos homenajes no están en contra de alabar otros símbolos que no vienen de Andalucía. Adoptar más bien que atacar como si tuviéramos miedo.

Vivir en el extranjero (también esto es parte de ayuda) termina limando diferencias. Uno ya no se ve de Andalucía, sino de España. Es más, las políticas nacionales son las que te afectan tan lejos, no las autonómicas. Sin embargo, en la política española la presencia de las regiones y nacionalidades es muy importante. Desgraciadamente, el nacionalismo centrífugo parece ser la única solución para que el Gobierno central se fije en los problemas de las autonomías. Es triste, pero quien no llora, no mama. El autogobierno, necesario y legítimo, se ve opacado por reclamos de lo más estrambóticos y el comienzo de desigualdades. El Senado no funciona como cámara de representación territorial, sino como una versión desmejorada del Congreso. Si el Congreso representa la Nación española y crea leyes útiles (en principio) para el país, el Senado debería encargarse de debatir si esas leyes son buenas para una determinada autonomía, con sus particularidades. Ese debate parlamentario hubiese sido harto interesante. Pero hasta en la cámara baja, la de solo representantes de la Nación por cada provincia, hace apología del nacionalismo.

Vascos, catalanes, gallegos, canarios y ahora también valencianos y aragoneses ponen la frase '¿qué hay de lo mío?' donde debería decirse 'esto ha de ser común para todos'. Los Gobiernos, para lograr sus objetivos, han dado y fomentado estas voces nacionalistas, luego si uno quiere que su autonomía tenga prebendas parece que no le queda otra que montar el mismo lío. Ojalá eso cambie pronto. Andalucía siempre ha estado atrasada. Ocho millones de habitantes vistos como de segunda, un caladero de votos para partidos políticos que se interesan poco en los problemas andaluces. Recordemos que el paro, el fracaso escolar y la corrupción en esta comunidad autónoma son sus particularidades. Cierto que el gobierno autonómico no hace nada para paliar esto, o muy poco. Si el PSOE-A vive de este caos no lo va a cortar para no matar lo que le da de comer.

Un andaluz (entendido como el que vive y paga impuestos en Andalucía) tiene más peso y conocimiento de lo que necesita él y su entorno que uno que viene de fuera y a las prisas. Andalucía tiene un extenso territorio, cubierto con llanuras y cordilleras, con marismas y desiertos. Estas personas que viven ahí intentan llevar el día a día lo mejor que pueden, pero las condiciones no están disponibles. El Estado ha de mirar a todas las autonomías por igual, pero no lo hace por iniciativa propia, solo si hay voces de queja. Quizás un Estado federal podría compensar esto. Un andalucista debería luchar por conseguir esto porque sería bueno para Andalucía, pero poco más, ya que por definición debería estar abocado a la política autonómica. Por eso me parece un despropósito que un partido político nacionalista se defina como republicano, por ejemplo: su misión es que su autonomía tenga voz en el Parlamento y las necesidades de sus conciudadanos, no plantear cambios (o mantener cosas) a nivel estatal, para eso están los partidos nacionales y constitucionalistas.

Mis primeros amoríos con la política (tras la rebeldía del voto en blanco o abstención y mis flirteos con el anarquismo) fue con Foro Andaluz, el partido fundado por Pimentel. Sí, centro-derecha. Después pasé al centro-izquierda de UPyD de Rosa Díez, con un enfoque consitucionalista. Ahora, si me enfoco de nuevo en el andalucismo folklórico (o histórico, para que no piensen en saetas de Semana Santa y trajes de faralaes) no apostaré por ninguno independentista o cuya postura sobre el sistema económico sea el comunismo radical. En este grupete entrarían Nación Andaluza, el grupo Jaleo! o a la CUT del endiosado Gordillo. Lo siento, pero la democracia me permite disentir aunque el fondo sea común. Quizás las nuevas formaciones como Somos Andaluces y Andalucía Por Sí tengan un enfoque nuevo y moderado, que recojan lo mejor del extinto Partido Andalucista y sus escisiones. Trabajar por y para los andaluces, no porque Andalucía sea especial y mejor que las demás regiones, sino porque Andalucía ha de ser igual que las demás regiones.

Diario de Viaje: Peñafiel (Febrero de 2023)

 Pues casi sin reponernos del viaje navideño a Portugal tocó otro gran viaje. Mi mujer tuvo que ir a un curso a Santander y yo hacía décadas...