viernes, 24 de junio de 2022

El Sahara Occidental, abandonado

 Hasta el día de hoy está dando de qué hablar el reciente cambio de postura oficial española con respecto al Sahara Occidental. Desde hace décadas, la ONU, bajo el paraguas de la Minurso, plantea un referéndum de autodeterminación del Sahara para decidir su destino. Un destino marcado a fuego por sus antecedentes: un territorio colonial español abandonado a su suerte tras la Marcha Verde y ahora bajo la sombra de los intereses de anexión por parte de Marruecos.

Hay que tener bien en cuenta que España es la última responsable de todo el desaguisado actual. Desde que se enfocó sobre sí misma y abandonó este territorio a su suerte para afrontar con fuerzas la Transición, el Frente Polisiario ha regido una pequeña porción del territorio, casi siempre en disputa con Marruecos, que ansía sus costas y sus riquezas que posee en el subsuelo. Aunque España se haga la loca sigue siendo la potencia soberana, a pesar de que legó la administración, si mal no recuerdo a Marruecos y a Mauritania. Si no mueve ficha, todo va a quedar estancado.

Ahora parece que se movió ficha, pero de una manera un tanto rocambolesca. El Presidente del Gobierno anunció de sorpresa un cambio de postura, uno en el que apoyaba las reclamaciones expansionistas de Marruecos. Y esto en plenas tensiones entre Argelia (que tiene frontera también con el Sahara y ha actuado en multitud de ocasiones) y Marruecos. Malos momentos de conflicto bélico, inflación y lenta recuperación postpandémica como para mover así de fuerte el tablero internacional. El desconcierto generado ha sido enorme y las consecuencias se están viendo poco a poco.

Como primer resultado fue el natural enfado de Argelia, ya que le hacía un flaco favor a su rival marroquí y ponía en serias dificultades a los dirigentes saharauis, tradicionales aliados de los argelinos. Su respuesta ha sido amenazar con cortar el suministro de gas natural hacia la Península Ibérica. Recordemos que por las tensiones el gasoducto que pasa por territorio marroquí ha de tomarse como inservible. La tradicional dependencia energética ha mostrado con toda crudeza sus costuras. Por suerte, la Unión Europea ha salido al rescate del Reino de España y ha atemperado las posturas argelinas. Sin embargo, los movimientos diplomáticos de Portugal e Italia para ser socios preferentes con Argelia no se han hecho esperar.

Marruecos, con gesto de beneplácito hacia el cambio de postura encabezado por el presidente Sánchez, ha prometido colaborar con la defensa de la parte sur (con la inquietante declaración de que va a tomar como asegurada la soberanía española de Ceuta y Melilla) y controlará los flujos migratorios (aunque esto no lo hace com mucho celo). Está bien llevarse bien con los países fronterizos pero esta gran concesión y traición a tus principios queda falta de alguna explicación convincente. ¿Qué gana España renegando de su tradicional postura sobre el Sahara? Muchos apuntan a que no es una jugada maestra sino que está relacionada con el uso del software espía Pegasus. Puede ser que hayan encontrado algo en los móviles de los miembros del Gobierno y este sea el alto precio a pagar por el silencio marroquí. No lo sé. Pero sí sé que al final de la era Trump Estados Unidos reforzó sus lazos con Marruecos, el cual acabó reconociendo a Israel, país que desarrolló el software de espionaje. Y, mira por dónde, ahora mismo España le tiene que comprar el gas natural faltante a ¡Estados Unidos! Sorpresas te da la vida. Aunque también el haber traído al líder del Frente Polisario, Brahim Gali, a España para ser tratado contra el coronavirus de manera secreta haya podido influir también (recordemos la severa ruptura de relaciones y los masivos saltos de valla que se produjeron como represalia).

Deberíamos los ciudadanos ser considerados como personas adultas y racionales y tener acceso a la cruda verdad, a qué ha motivado al abandono de unas tierras que comparten fortísimos lazos con nosotros. Si es entendible o no la excusa que den ya dependerá de nosotros, pero si estas decisiones nos afectan de manera económica y social deberíamos saberlo. Y no solo por nosotros, sino por los saharauis que han visto que de la noche a la mañana un pueblo amigo les ha dado, porque sí, la espalda.

sábado, 11 de junio de 2022

Diario de Viaje: Santa Cruz de Mudela (Mayo de 2021)

 Lugar de paso en la provincia de Ciudad Real. Un lugar, mientras bajábamos al sur a ver a la familia tras tanto tiempo sin vernos por culpa de la pandemia y con las vacunas como salvación, en el que entramos por error. Yo quería ir a Almuradiel pero por ansias indiqué mal la salida. Pero menos mal, pudimos comprar unos buenos quesos de excelente calidad manchega.

Pudimos pasear brevemente y ver la plaza del ayuntamiento tras pasar por la calle arbolada coronada por la iglesia de la Asunción. Un poco más allá pasamos por una farmacia e intentando salir de nuevo hacia la autovía la Guardia Civil nos obligó a dar un rodeo inmenso por evitar un atasco.

viernes, 10 de junio de 2022

Elecciones en Francia, ¿punto de inflexión?

 Muy interesante el proceso electoral francés de los pasados meses. Evidente iba a ser la reelección de Macron, aunque se pensaba que iba a ganar de calle, tanto que empezó a hacer un postureo poco sano como mediador del conflicto entre Rusia y Ucrania y con algunos empujones del resto de candidatos la elección volvió a estar reñida. Había prometido Macron que iba a ser el presidente de todos los franceses y que iba a gestionar el país de buena manera, con una perspectiva europeísta intensa y que no se iba a dar su victoria in extremis esta vez (en alusión al fantasma de la ultraderecha). Para sorpresa de muchos, la victoria in extremis volvió a darse aunque ahora con algo más de holgura.

Emmanuel es un genio a la hora de la puesta en escena, del simbolismo, de la declaración justa y del ángulo de fotografía preciso. En una república con tintes tan monárquicos (la Constitución de la V República da unos poderes al Jefe del Estado impresionantes, haciéndolo el protagonista indiscutible de la vida política del país) el tema del simbolismo y comunicación son algo muy importantes. El dirigente socioliberal tenía a numerosos competidores, pero ha sabido granjearse el voto mayoritario. Ojo, en el proceso de cambio en el que está inmersa Francia ese voto es bien volátil, es un voto prestado: muchos lo votaron como mal menor, en defensa de la democracia contra Le Pen.

La aliada rusa y adalid de la extrema derecha francesa ha jugado muy bien sus cartas. No se desmotiva, no pierde la paciencia, le basta ganar una vez aunque haya perdido decenas de veces. Su cambio de discurso ya oculta su malestar con los colectivos LGTB y pro derechos de las mujeres, ahora se mueve más en generar una figura de defensora de los valores (no tradicionales, sino actuales) franceses contra el enemigo interior, o sea, los franceses descendientes de inmigrantes, así como inmigrantes de nuevo cuño. Sus posturas anti-islámicas la convierten en atractiva para los conspiranoicos, los xenófobos y los racistas, así como gente que queda asustada por la atmósfera de malestar que se ha encargado de generar (y que ya llevaba cargando Francia hace mucho tiempo con la inclusión de inmigrantes y descendientes). También ha ayudado mucho la abusiva atención mediática hacia Zemmour, con posturas más radicales aún de extrema derecha. La han hecho ver indirectamente como la moderada.

Por otro lado Mélenchon no tira la toalla nunca, quiere pisar moqueta. Y cada vez está más cerca de conseguirlo. Ha acaparado un voto de enfado que lo está catapultando cada vez más, se ve como alternativa de gobierno contra la extrema derecha y el centro-derecha socioliberal de Macron, personaje muy afín al stablishment y a los poderes económicos (recordemos que fue el banquero aventajado de Rothschild). Mélenchon tiene a su favor que la Asamblea, tradicionalmente opositora al poder de la Jefatura del Estado, va a inclinarse a su favor en las elecciones legislativas. Incluso se ha soñado como Primer Ministro. Y justo ese es el problema de Mélenchon: él mismo. Porque sus posturas antieuropeas (le da rencor encontrarse la bandera de la Unión) o sus veleidades (recordemos cómo se definía como el Estado cuando la policía debía investigar un recinto en el que él estaba) le hacen inclinarse hacia una radicalidad que termina siendo compartida por los simpatizantes de Le Pen. Cuando intenta alejarse del centro dirigiéndose hacia la izquierda se acerca, irónicamente, al otro extremo. Mientras no modere sus posturas (o deje el paso libre a una nueva hornada) el Elíseo va a seguir lejos.

Lo curioso es que la izquierda y derecha tradicional, Partido Socialista y el refundado partido descendiente del de Sarkozy (Les Républicains), respectivamente, han quedado en la nada, en la marginalidad más absoluta. Es como la defunción de la vieja política, de los grandes bloques hegemónicos que se odiaban pero se necesitaban para alternar cada cierto tiempo. Hoy rige la polarización y su espacio ha desaparecido. Eso y que ya nadie cree en sus promesas miles de veces incumplidas, en su vestido de ejemplaridad hace años sucio y roto. Esta lectura tiene un análisis muy interesante y puede ser precursor de los derroteros europeos en la siguiente década.

Muchos han señalado que, para que Francia se revitalice y Macron pueda atajar los problemas acuciantes, el propio Presidente ha de hacer una jugada maestra: perder poder, delegar. Francia ha sido siempre muy centralizada y puede ser hora de empezar a descentralizar, a dar más poder y autonomía a las regiones que la componen. Habrá problemas, sí, pero su figura dejará de estar tanto en el punto de mira. Hoy cualquier logro o fracaso queda achacado al Jefe del Estado e, indirectamente, a la propia República Francesa. Si delega la capacidad de llevarse logros y fracasos la responsabilidad se diluirá, convirtiendo en ente neutral, como debe ser, al propio Estado. Veremos qué nos depara el futuro.

jueves, 9 de junio de 2022

Diario de Viaje: Zarzalejo (Mayo de 2021)

 La zona que rodea a El Escorial es bastante hermosa: muchos montes y mucha vegetación. Esta vez, aunque el día estaba bastante nuboso y medio lloviznaba a ratos fuimos en coche hasta Zarzalejo. Está dividido en dos zonas, como que hay un poblamiento urbano vinculado a la estación de tren y el antiguo núcleo urbano. Paramos en este segundo y apenas callejeamos, todo abarrotado de coches aunque silencioso, se nota que es lugar de descanso de fin de semana de muchas familias que viven cerca de la capital.

El ascenso hacia el collado de Entrecabezas (al que fuimos durante las navidades de 2020 al pasar unos días de descanso en El Escorial) nos llevó hasta la pequeña Fuente del Rey y a partir de ahí un camino zigzagueante a una excelente temperatura. Envueltos en vegetación y con unas vistas bastante hermosas, tanto del pueblo como de los campos circundantes. Ya en el collado iniciamos el ascenso hacia la Machota Baja, aunque con tanta gente y aún con miedo al virus se nos complicó el ascenso.

El descenso lo hicimos por otro sendero, muy estrecho pero apenas transitado. El trasiego fue hermosísimo. Intentamos dar un rodeo más grande por la zona de casitas de campo pero nos fue imposible. A veces Google te da como camino algo privado y te destroza el plan.

Hay que volver al sitio, porque la zona tiene varios atractivos, como unas lagunas y los restos de una antigua calzada romana. ¡Merece la pena!

Diario de Viaje: Peñafiel (Febrero de 2023)

 Pues casi sin reponernos del viaje navideño a Portugal tocó otro gran viaje. Mi mujer tuvo que ir a un curso a Santander y yo hacía décadas...