viernes, 21 de mayo de 2021

Segunda ola argentina

Por desgracia vuelve a pesar sobre Argentina un fuerte confinamiento. Cuando otros países empiezan a ver la luz al final del túnel, la ocupación de camas y respiradores vuelve a rozar el 100%. Esto, unido a un decaimiento en la tasa de vacunación ha hecho encender las alarmas.

Mira que vi de manera muy positiva la postura inicial del presidente Alberto Fernández allá por el primer trimestre de 2020. Viendo que en Asia y en Europa la pandemia estaba desbocada empezó a establecer una cuarentena estricta que contuvo las infecciones en gran manera. Pero murió de éxito, ya que al paso de los meses y con unos casos dados con cuentagotas, la gente empezó a cansarse y a romper la cuarentena estricta. Y como ha sido en todos lados, se generaron dos bandos: uno progubernamental, muy concienciado (quizás demasiado) que hacía cuarentena extrema; otro, más aliado con la oposición, empezó a llevar una postura más laxa e incluso a tantear con sospechas de que nada existía realmente. Sospecho que si las tornas hubiesen sido diferentes la polarización hubiera sido la misma.

Acusaciones a un lado y a otro, criticando manifestaciones del bando opuesto pero ignorando (o juzgando con indulgencia) las manifestaciones de su propio bando. La masificación del sepelio de Maradona. Todo muy loco y aprovechando para sacar lo peor de cada uno, como en todos lados. Que si era una enfermedad traída por ricos egoístas, que si eran los pobres los que pasaban de todo y por eso la expandían. No, de esta no vamos a salir mejore, por desgracia. En vez de hacer piña, la polarización ha sido la carta ganadora.

Si bien cuando la gente se cansó entró de lleno la primera ola, pronto el alivio de restricciones volvió a la sociedad argentina. Si bien fue buena idea comenzar antes de que todo se desbocara es totalmente normal que con el tiempo la gente lo interiorice y lo vea habitual y, por tanto, baje la guardia y empiece a respetar menos las restricciones. Las reuniones de no más de 20 personas para Navidades creo que fueron demasiado laxas y si bien la vacuna rusa llegó para alivio de los argentinos, muchos empezaron a creer que ya la pandemia había desaparecido. Craso error.

En el país, a día de hoy, hay 10 millones de vacunados, pero solo 2 millones con las dos dosis. En algunos casos han alargado tanto la segunda dosis para abarcar en cierta medida a más población que quizás cuando la reciban ya se haya reseteado la primera y se tenga que reiniciar la pauta. Y, cómo no, cero sorpresa, famosos vacunados antes de turno, gente de dinero viajando para conseguirse una, políticos haciendo mal uso de su poder para puentear la espera. Nada nuevo bajo en sol.

Lo peor fue que mucha gente hizo caso a "periodistas" que con aire de superioridad moral negó toda indicación de las autoridades sanitarias y empezaron a recomendar remedios caseros, algunos bastante peligrosos. Es muy loco que hagas caso de lo que diga alguien que sale en la tele y que se haga el entendido en todo, pero estos papanatas televisivos deberían recibir advertencias o correctivos. No se puede entender que se abracen a la libertad de expresión para inculcar a la gente cosas para que les repercuta negativamente a su salud (si tú quieres hacerte mal, pues vale, pero que otros tengan micrófonos para ordenar que debes hacerte mal es otro asunto).

El Gobierno ha quedado bastante resentido, ha perdido bastante credibilidad y la sempiterna deuda vuelve con más fuerza a sobrevolar injustamente a este país. Ahora, con esta atroz segunda ola a las puertas del invierno, todo puede empeorar. Y más con el Presidente injustamente culpando a los sanitarios de confiarse y bajar intensidad. Confiemos en que no, confiemos en que se puedan comprar más vacunas y que la gente vuelva a entrar en razón. Argentina no se merece tanto palo.

miércoles, 12 de mayo de 2021

Cambio de aires en Ecuador

 De intentarlo una y otra vez el candidato Guillermo Lasso consiguió su tan ansiada por presidencia ecuatoriana. Dirigente derechista y de infausto recuerdo en los sucesos del feriado bancario, logra quitarse la mala fama que tenía y se impuso a Andrés Arauz, el candidato de izquierda apoyado (o designado) por el carismático Rafael Correa.

Arauz ganó en primera vuelta y muchos lo daban ya como receptor de la banda presidencial. Es más, Lasso ganó por muy poco al indigenista Yaku Pérez. Incluso se habló de fraude electoral, puesto que Yaku fue segundo en los recuentos bastante tiempo y solo unas décimas terminaron por apearle de la segunda ronda. Aunque no hubiese habido fraude, una diferencia tan nimia amerita para un segundo recuento (aunque fuese parcial en algunas provincias disputadas) pero se negaron las autoridades en redondo. Y estas cosas han pasado más de una vez, desgraciadamente, que la ley dice una cosa y la pasan por alto. Son esos detalles los que te hacen poco a poco descreer de la democracia.

El presidente Lenín Moreno, muy hundido en popularidad, no hizo nada por la reelección. Fue aliado de Correa (su primer vicepresidente) y tras ganar experiencia en el extranjero era cantada su candidatura a un Rafael que ya no podía presentarse más. Pero, ¡oh, sorpresa!, de la noche a la mañana se convirtió en su más acérrimo oponente. Ni la oposición iba a hacer tanta oposición como Moreno a Correa, incluso lo persiguó judicialmente. Hay, desgraciadamente, ciertos momentos en la vida política latinoamericana en donde los que llegan quieren borrar todo lo que hizo quien se va, no importa si lo que hizo sirve o no, es como una «damnatio memoriae» que tanto practicaban los romanos para con los enemigos vencidos. Una mala gestión de la pandemia (hubo incluso muertos tirados en la calle en ciertos momentos), una política errática y una crisis económica vinculada a sus recursos naturales han tocado gravemente los nuevos cimientos de la Revolución Ciudadana, que modernizaron (si bien no del todo) al país de una manera vertiginosa en pocos años. Sí, Correa no es angelical o no es la bondad personificada, pero que quiso poner a Ecuador en los primeros puestos (o al menos cerrar todo el gap que fuese posible) es innegable.

Para mí, el problema que ha tenido Arauz ha sido, aparte de su juventud, que ha sido apadrinado muy fuerte por Correa, incluso a veces daba la impresión de que iba a ser un testaferro dirigido desde Bélgica. Una cosa es que te identifiques como de la misma línea política, o que es tu mentor, o que seguirás una política continuista pero la impresión era otra. Y cuando viví allí tres increíbles años y hablé con ecuatorianos que habían vivido todo el proceso incluso desde antes de la llegada al poder de Correa me dijeron que lo que había hecho era impresionante, que creía en el país y su potencial (humano, cultural, natural, tecnológico) y que lo habían votado y lo estimaban en alta manera pero que tras una década debía dar un paso al costado y dejar que sangre nueva tomase las riendas del país. O sea, muchos que apoyaban, apoyan y apoyarán a Correa no querían verlo de nuevo en el ruedo político, ni personalmente ni a través de títeres. Es algo de admirar aunque no sé si el precio pagado (que un neoliberal Lasso gobierne para el sector privado y las clases más ricas) ha sido demasiado alto.

sábado, 8 de mayo de 2021

Diario de Viaje: Aguilar de la Frontera (Abril de ¿2001?)

 Mira que este pueblo de larga historia y tradición está cerca del mío y que tuve un buen amigo del lugar pero nunca me paré a visitar Aguilar. Y eso que sí o sí tenía que atravesarlo todas las semanas para ir a la universidad.

Por mucho que me esfuerzo no me acuerdo del año pero sí fue en abril porque hicimos acampada por el día de San Marcos, festividad del pueblo. Por ser esa fecha tenía que estar en la secundaria pero no tengo claro de qué año. Postulo 2001 porque teníamos todos casi la misma edad, así que siendo menor de edad era raro que muchos tuvieran ya el carné de conducir.

Nos juntamos un buen grupo y armamos lo indispensable para pasar una noche fuera. Algunos pusieron sacos de dormir y otros tiendas de campaña. Hicimos buena compra para una barbacoa y ya la ilusión y la aventura venían de fábrica. Por el pueblo caminé poco porque al poco de aparcar ya estábamos saliendo por una calle hacia el campo que rodea los restos del castillo aguilarense que estaban en un estado que era difícil darse cuenta que hubo un castillo por allí. Pero bueno, como era en la época rolera pues la imaginación hacía estragos y empezamos a rememorar cosas que pudieron haber pasado por allí.

Recuerdo ver la vía del tren (la estación queda a la vista) y los ferrocarriles pasar de vez en cuando. Incluso hablábamos de viajar, de conocer Europa cuando fuésemos mayores. Incluso de las novedades de los móviles (ay, nos quedaba tanto por aprender) y jugar algún juego en una consola portátil que trajo un colega. Muy buenos momentos pasamos, buenos recuerdos aunque desgraciadamente ninguno del pueblo en sí.

Diario de Viaje: Peñafiel (Febrero de 2023)

 Pues casi sin reponernos del viaje navideño a Portugal tocó otro gran viaje. Mi mujer tuvo que ir a un curso a Santander y yo hacía décadas...