martes, 16 de junio de 2015

Diario de Viaje: Puerto López (Diciembre de 2014)

Nada como viajar a la costa para pasar el final de año. La ruta no fue inmediata, así que tuvimos que parar en un hotel quiteño alejado de todo, en el norte, pero con unas vistas espectaculares, ¡y en un barrio residencial!

Bien de madrugada tuvimos que ir al aeropuerto y hacer una cola que al final no era, gracias a la idiocia del personal de la empresa encargado de tal menester. El vuelo fue casi relámpago y llegamos a la provincia de Manabí. No hubo tiempo para descansar, pues fuimos a la horrible estación de autobuses de Manta. Allí pudimos reservar unos billetes y tener un viaje de tres horas por la costa, en unas carreteras infestadas de basura.

Pero el final del viaje era excelente. Andamos un poco hasta que nos recogieron unos ciclomotores de tres ruedas y llegamos al hotel. ¿La ciudad? Totalmente precaria: calles sin asfaltar, mala iluminación, deteriorado paseo marítimo. Pero las vistas eras las mejores. Y el mar ahí tan cerca con los chiringuitos te hacía sonreír.

De prisa y corriendo reservé un viaje para Nochevieja. La Isla de la Plata, que es una reserva por la cantidad de especies que alberga esa pequeña isla. Fuimos en lancha como durante media hora y llegamos a la isla donde nos enseñaron sus aguas claras y los riscos con aves de patas azules (no recuerdo su nombre). Lo gracioso es que había monjas y no se quitaban los hábitos, calcetines incluidos, para mojarse los pies. En otra parte de la isla se pudo hacer algo de esnórquel y ver la cantidad de peces y crustáceos que están un metro bajo la superficie del agua. Increíbles vistas. La vuelta nos pilló con oleaje y los saltos que dábamos eran bastante potentes.

Ya de vuelta en el continente recorrimos la ciudad, su placita y la consabida iglesia y parte del paseo marítimo que está en mejor forma. A la noche a comer marisco y acudir a un chiringuito para terminar el año tomando daikiri. Recomendable esta tradición. Ya a las doce fuegos artificiales y globos de papel ascendidos mediante pequeños fuegos. Gran espectáculo, la verdad. Y también se dedican a quemar muñecos de trapo, que simbolizan todo lo que se quiere dejar para arrancar el año de la mejor manera.

Lo pero fue el hotel, bastante ruidoso y sin agua caliente (cuando decían que tenía que hervir), cortes de luz y agua. El servicio también fue altamente precario. Desaconsejable, totalmente. Pero bueno, en Año Nuevo fuimos a una playa un poquito al norte, la de Los Frailes. Oleaje intenso y arena que daba gusto. Incluso no había mucha gente y se podía estar bastante tranquilo. Buena manera para iniciar el año, así que recomiendo esto también.

Ya al día siguiente, solo unos paseos y visitas por la ciudad hasta completar la hora para ir a la nueva y enorme estación de autobuses, plagada de turistas extranjeros.

martes, 9 de junio de 2015

Breve biografía de El Pacificador (1/4)

Bueno, para refrescar la memoria nada mejor que retomar unos retazos biográficos de Alfonso XII, que a estas alturas todos saben, que es uno de mis referentes. Pero tantas cosas que hacer no le dan tiempo a uno a centrarse en todo lo que desea y, también ya lo saben a estas alturas, tengo épocas en las que me aproximo más a ciertos referentes y en otras a otros.

Rafael Fernández Sirvent nos habla de un 'reinado inacabado' debido a los pocos años de actividad regia de Alfonso XII, así como su muerte a cortísima edad. Sin embargo, fundó los cimientos del actual régimen monárquico con control parlamentario y en 1876 nació la Constitución más longeva de las que tuvimos. A esto, se le unió el influjo legendario y romántico de su persona, quedando para siempre en el acervo popular como El Pacificador, el apodo que la prensa oficial logró consolidar.

El 28 de noviembre de 1857 nace don Alfonso, hijo varón de la reina doña Isabel II y es automáticamente nombrado como Príncipe de Asturias. Ya su venida al mundo estuvo rodeada de polémica, puesto que muchas fuentes coetáneas afirman la homosexualidad del consorte de la Reina: don Francisco de Asís. Ya desde el embarazo se sospechaba que el verdadero progenitor era el oficial del cuerpo de ingenieros Enrique Puigmoltó. Esto fue aprovechado por los sectores contrarios a la dinastía Borbón para robar legitimidad a esta y resaltar el rol licencioso de la Reina. Puigmoltejo fue el primer sobrenombre del Príncipe. El 7 de diciembre de 1857 fue bautizado, teniendo como padrinos al papa Pío IX (representado por monseñor Berili) y a su hermana Isabel, la Chata.

Los que convivieron con don Alfonso lo describen como serio y muy responsable para la edad que tenía y con tintes de genialidad. Sus ojos, de color castaño, emanaban serenidad y podían transmitir multitud de emociones. Aunque su altura era menor a la media, sus facciones cautivaban a los que le rodeaban, unido esto a su amabilidad, bondad, ocurrencias y ocultación de su orgullo. Por otro lado, de todos es sabido su precaria salud, ya desde muy pequeño poniéndolo entre la espada y la pared. Los baños en el mar y la práctica de gimnasia y varios deportes (cosas de moda en la burguesía de la España de segunda mitad del XIX) serán sus primeras recetas para recobrar la salud.

viernes, 5 de junio de 2015

Ascenso regio

Pues poco a poco Felipe VI va remontando el desaguisado que le dejó su padre Juan Carlos I. El síndrome del anterior monarca, que me gustaría bautizarlo con su nombre, es el de comenzar bien y con fuerte carisma y en la vejez dilapidar todas las buenas acciones que te hicieron estimado. Por suerte, le funcionó la nariz que tango estima y supo que sin abdicación pronto pondrían las franjas de la bandera a igual anchura y la más baja sería morada en vez de roja.

Increíblemente, tras seis meses de reinado, las aspiraciones republicanas ya estaban de nuevo torcidas. El día de la proclamación de Felipe VI se hizo una encuesta y el 58 % indicaba que le parecía una persona que inspiraba seguridad. Nada mal. En diciembre de 2014, sus acciones, quizás urgidas por las ansias de puesto de la Reina, lo catapultaban al segundo puesto de líderes mejor valorados por los españoles. De los personajes políticos del ámbito internacional, solo el meteórico papa Francisco lo superaba. Nuestro Rey tenía un +49 de aceptación, mientras que doña Letizia quedaba muy cerca de su marido con un +44 de aceptación. Obama le igualaba y de ahí iba descendiendo la popularidad.

Al monarca lo aprobó un 70 % de los encuestados y lo suspendió un 21 %. La Reina contó con el apoyo del 67 % y el rechazo del 23 %. Metroscopia entonces auguraba la vuelta de la estabilidad a la Corona, tan anhelada desde la irrupción del caso Nóos.

Clasificando por los partidos a día de hoy más mediáticos, para sorpresa de muchos, el Rey fue más apoyado que rechazado en los tres más principales. Pero, evidentemente, ese porcentaje de apoyo variaba considerablemente. Los votantes del PP, el partido en el Gobierno, le otorgaron un +91, confirmando el apoyo de estos votantes a la Monarquía Parlamentaria y dejando como anécdota su sector republicano conservador. Después, el partido líder de la oposición, el PSOE, de bases republicanas pero comprometido con el constitucionalismo emanado de 1978, le concede un +77. Por último, el emergente y pujante Podemos, aún sin definición clara sobre nada importante para ganar votantes por todos los lados, daba un saldo de +13 a Felipe VI.

O sea, el valor principal es que siga desempeñando sus funciones de manera óptima, ya que el sector monárquico siempre escasea o se queda casi siempre en un lado de la balanza. Mientras siga siendo útil, los partidos más relevantes, lo verán como un activo valioso. Ver para creer en estos pocos meses.

Diario de Viaje: Peñafiel (Febrero de 2023)

 Pues casi sin reponernos del viaje navideño a Portugal tocó otro gran viaje. Mi mujer tuvo que ir a un curso a Santander y yo hacía décadas...