sábado, 28 de marzo de 2015

Alfonso XII y el terremoto (1/2)

Maravilloso Twitter que te permite seguir a decenas de cuentas donde parece (de manera simulada, claro) que las manejan personajes históricos. Una de estas es @AlfonsoXIIEsp y hace poco relató la visita del Pacificador a Andalucía, tras los terribles terremotos de Navidad de 1884.

Recoge la biblioteca de Patrimonio Nacional una relación de acontecimientos de la visita de Alfonso XII a las provincias de Málaga y Granada para visitar las labores de reconstrucción. Su secretario personal fue el encargado de hacer las anotaciones que están guardadas en la Real Biblioteca, junto a pequeñas misivas que el propio Rey escribió a su hermana la infanta Eulalia.

El 9 de enero de 1885, don Alfonso sale de Madrid ya en la tarde acompañado por numerosos miembros del gabinete, y miembros del cuerpo militar, así como sus acompañantes de Palacio, el Duque de Sesto entre ellos. Así, el día 10 por la tarde Alfonso XII llega a la localidad granadina de Loja para almorzar con un prohombre del lugar. Hecho esto se dirige a Granada, con tiempo para visitar la catedral y escuchar el Tedéum. Después, se dirige a visitar el convento de Santa Clara. Finalizado el recorrido va el Rey hasta el ayuntamiento para recibir autoridades, para cenar y descansar. El día 11 por la mañana fue el monarca a oír misa en la iglesia de las Angustias y de ahí parte en ferrocarril de nuevo hacia Loja. A eso del mediodía toma un carruaje para ir hacia Alhama, visitando en primer lugar el hospital de heridos para reconfortarlos. A la caída de la noche acude a cenar al balneario de un diputado y después de esto se retira a descansar. Tras un buen descanso el día 12 sale la regia delegación hacia Arenas del Rey para homenajear al cura Mejía, que había hecho un ingente esfuerzo para mitigar la catástrofe. Visitó Alfonso XII el barracón donde se había instalado el hospital de sangre. Tras la visita se encaminaron a Fornes y almorzaron en un molino que había en el camino, para sorpresa de los habitantes. Agrón y Ventas de Huelma también estuvieron en el itinerario, que tras finalizar regresó el Rey a Granada.

En cierto momento, según comentan algunos seguidores, un alcalde le pide visitar su pedanía, muy maltrecha por el seísmo. El Rey quiere pero los políticos, al ver que no les dará publicidad ni votos, se niegan en rotundo. Como buen constitucionalista, el Rey se abstiene de ir sin refrendo ni compañía gubernamental. Sin embargo, queda muy dolido y reniega ante sus próximos del tinglado caciquil de la Restauración, a pesar de que gracias a él goza su régimen de estabilidad.

El día 13 don Alfonso se dirige a Albuñuelas y en Padul, pueblo que estaba a mitad de camino, paró a visitar a los heridos. El río Torrente le impidió seguir hasta la localidad de destino, por lo que hicieron un corto desvío hasta Dúrcal. De vuelta en Padul, Alfonso XII visitó la iglesia. Con el tiempo sobrante tras el cambio de planes, el monarca pudo visitar la Alhambra y el Generalife, admirándose de su belleza. Saliendo de Granada el 14 llegó hasta Guevéjar marchando a pie por el fuerte temporal de granizo y nieve. Esto sin duda, repercutió en su maltrecha salud. La gente tuvo en gran estima tal esfuerzo pero pronto retornó a Granada totalmente embarrado. Visitó el hospital y las barracas fuera de la ciudad. Tras esto, se encaminó para visitar la universidad granadina y pasear por la carrera de la Bomba. De vuelta a su alojamiento, recibió numerosos delegados y alcaldes para escuchar sus problemas. El día 15 tocaba ir en tren hasta Antequera para ir hacia el Romeral, propiedad del famoso Romero Robledo. Tras almorzar fue hasta la ciudad y visitó la colegiata, el hospital, el monasterio y una cueva donde se hacían antaño rituales celtas. Tras esto volvieron a las tierras del controvertido político.

martes, 24 de marzo de 2015

El soberanismo según Mas

Una temática que con los años va y viene. Nunca cerrada, nunca satisfecha. Pero para mi entender este tema solo resurge cuando los políticos catalanes necesitan más fondos económicos. Tocan la vena sensible de muchos soberanistas y la pólvora hace el resto.

Que si España nos roba, que no nos quiere como nación, que no entienden nuestra cultura. Son todas antiguallas que fueron con el tiempo bien respondidas. Pero como la memoria es corta pueden volver a usarse. Pero el presidente Mas, con su poca visión de futuro, no pudo o no supo cómo afrontar desde su autonomía la llegada de la crisis económica. No se atrevió a manejarla como debería haberlo hecho y ¡plas!, todo se va al garete. ¿Su solución? Evitar que la ciudadanía catalana lo vean como un inepto, alguien cuya gestión es tan precaria que cierra hospitales públicos sin pudor. Apela al victimismo, a una confabulación de Madrid y alimenta a los independentistas para que hagan cerrazón y lo apoyen contra viento y marea. El sentimiento gana a la razón.

Ante la pasividad del Gobierno central se dedicó a crear la imagen de un Estado paralelo y la gente empezó a creerse que fuera de España (pero inexplicablemente aún dentro de la Unión Europea y con el euro como moneda) las cosas se darían mejor. Ya no bastaba el término nacionalidades, ni los conatos de los Estatutos para asegurar que son nación. Ahora necesitaban más. ¿Colonia española como Puerto Rico de Estados Unidos (Estado Libre Asociado es el eufemismo)? ¿Separación unilateral? Qué más daba, Artur ya tenía la solución. Pero no pensó que los que siempre defendieron dicha postura iban a ganar más que él.

Y en las elecciones autonómicas casi les borra ERC la cara de CiU de un guantazo. Se habían aprovechado de la coyuntura y ahora los hooligans que apoyaban sí o sí ya se habían hecho un nicho y ganado la delantera. Pero Artur Mas puso cara impertérrita (eso le funciona muy bien, incluso cuando habla Felipe VI delante de él sobre unidad) y siguió con su fantasmada de referéndum. Evidentemente era ilegal pero eso no importaba, pues para él, la cuestión catalana era muy sensible y eran necesarias consultas. Sin padrón o sin normas legales, pero había que votar. Y quizás vino ahí la única buena jugada de Rajoy en toda la legislatura: dejó que se celebrase la pantomima. Los resultados parecían aplastantes para el SíSí (creación de Estado e independencia), pero vista la participación daba unos números ridículos. Bueno, quizás no ridículos, pero votaron por su apuesta el número típico que hay en Cataluña de independentistas, alrededor de dos millones. Como solo votaron ellos parecía contundente, pero en participación fue un fiasco (aunque intentaron ocultarlo). La ciudadanía ya vio que eran solo cantos de sirena, una huida adelanta del impresentable Mas. Ser parte de España, o no, no era una prioridad. Salir de la crisis sí. Y hartos estaban ya de tanta manipulación y sentimentalismo. España puede ser sin problema un Estado compuesto por naciones, y no pasa nada. Cataluña algún día puede dejar de ser parte de España, y no pasa nada. Pero ahora no. Ahora hay que salir a flote con buenas y serias medidas políticas, no con ínfulas mesiánicas. Ahora todo pasó por Cataluña: el reino aragonés, Colón, Cervantes y en Cataluña todos eran austracistas mientas en el resto de España todos eran borbónicos. Quejas históricas que se caen al abrir cualquier libro de primaria.

Ahora sus socios ya son sus rivales. CiU ya ahora en vez de más autonomía pide independencia aunque no sea independentista para no ver perder votos hacia ERC. Los unionistas de CiU se fueron por peteneras. Solo quedan radicales. O, mejor dicho, solo quedan los adeptos a Mas. No sabremos cuánto durarán, puesto que si el caso Pujol (el antaño intachable que se había cansado de los desaires de los españoles) ha tocado la cumbre de Cataluña, Artur Mas puede que no esté indemne. Cuando el fango le salpique quedará solo. Y Junqueras podrá campar a sus anchas.

jueves, 19 de marzo de 2015

Diario de Viaje: San Francisco de Quito (Noviembre de 2014)

Merece la pena esta ciudad. Mucho tráfico y algo de desorganización, sí, pero tiene lugares espectaculares. La zona Mariscal tiene una iglesia que imita el gótico y muchos lugares de fiesta. Las casas son bastante bonitas y con muchos detalles y las plazas albergan exposiciones itinerantes. ¡Incluso vi dos grandes árboles en un balcón! La Plaza Foch reúne multitud de lugares para disfrutar y un excelente (aunque caro) desayuno.

El casco histórico está lleno de subidas y bajadas donde la enorme catedral asoma por casi todos lados. No entramos, porque cobran entrada a los extranjeros. El centro está lleno de iglesias y grandes parques, incluso con fuentecitas con forma de rana de las que puedes beber. Hay muchos recovecos y procesiones cerca de la plaza donde están los órganos de gobierno, incluso tiendas con yerba mate, je. Había incluso una iglesia con todo su interior dorado. También merece la pena recorrer la Ronda y algunas placitas más, donde se tiene una buena vista del Panecillo (no, no subí, está muy alto).

Subir por teleférico te da una excelente vista de la ciudad, ves los montes que la pueblan y la jungla de asfalto. Como está tan alto, más de 4000 metros, no te puedes mover mucho, pero merece la pena dar un corto paseo y maravillarse con los volcanes extintos y los verdes prados. También está la Capilla del Hombre, con los cuadros contestatarios de Guayasamín, para no perdérselo. Y subiendo algo más tenemos el Parque Metropolitano con miles de recovecos escondidos entre árboles y más árboles. Incluso en el camino de subida hay casas hermosas con cafeterías que merecen la pena. En el sur hay lugares muy bonitos para recorrer aunque ya es más urbano y menos dedicado al turismo. En el norte las vistas a bosques y montañas merecen la pena.

Hay parques enormes cerca de la zona más comercial con edificios modernos y de curioso diseño. Y el jardín botánico posee multitud de especies, plantas carnívoras incluidas.

Hay que ir más de una vez para observar tales maravillas.

domingo, 15 de marzo de 2015

¿Olvidado el 11-M?

Año tras año las celebraciones pierden intensidad. El odio o el susto se van disolviendo y los monumentos en recuerdo quedan cada vez más vetustos. Once años han pasado y la gente ya vive el día a día con pocos recuerdos sobre el trauma psicológico que azotó a los españoles en 2004. Algunas declaraciones y fotos, para un rápido fin de fiesta.

Triste esto, triste porque pocas veces la sociedad se unió con tanta viveza. Claro que hubo disensiones desde el primer minuto: teoría de ETA y teoría de al-Qaeda. Sin embargo, todos los españoles, dentro y fuera del país y todos los que habitaban en España sintieron al unísono el dolor. Occidente quedó estupefacto y Oriente no pudo creer tanta barbaridad. No dejemos esto al olvido.

Recuerdo hoy las palabras de Aznar. Dichas en un intento de sostener su prepotencia y mentiras, hoy en día cobra otro especial significado. Dijo algo como: 'los responsables no provienen de lejanos desiertos'. Él lo diría por ETA o por los trajeados que promocionaron tal brutal acto. Este año lo vi en otro contexto, uno más reciente y triste: el Estado Islámico.

Los atentados de los adeptos a este enfermo califato que están conmocionando a todo el mundo ya no son perpetrados por gente nacida fuera y criada bajo otra cultura que la sociedad víctima. Para nada. Los políticos populistas aprovechan estos crueles actos y olvidan a sabiendas esto para meter sus ideas retrógradas: cerrar las fronteras. ¿Cerrarlas si los terroristas son nacionales del país que atacan? ¿Vecinos de las víctimas? Ya no hay que mirar en Medio Oriente quién puede joder al resto del planeta, desgraciadamente las huestes terroristas salen de al lado de casa.

Puede ser, como ya escribí hace unos meses, que esto venga por una manera de diferenciarse, de una carencia potenciada por los saudíes para implantar su versión radical del islamismo. Pero, ¿por qué entra a esta gente, jóvenes nacidos y criados en países occidentales? ¿No será que Occidente tiene algo que ver? Si nunca se sintieron integrados o si lo son pero ven las historias de xenofobia que sufrieron sus padres es para reflexionar, ¿no? Al final uno elige qué hacer con su historia, pero Europa no puede verse más como la sufridora si tiene arte y parte en la formación de radicales y terroristas.

A riesgo de parecerme al pedante de Galeano, insertaré más preguntas retóricas: ¿el 11-S no originó desconfianza al no igual? ¿La injusta política de perfiles raciales llevada a cabo desde 2001 no habrá hecho daño a la confianza que se tenía por tu país natal, que no país de origen de tu familia? ¿La colaboración internacional para torturar e ignorar Derechos Humanos no habrá exaltado en gran parte a quien era susceptible de sobresaltarse? ¿No se habrá confiado mucho en dictadores por conveniencia evitando que la sociedad del país oprimido se reestructure, que aprenda a vivir en paz y democracia? ¿No se habrán hecho oídos sordos, con severa inacción, a las políticas retrógradas de países con petróleo para no perder buenos precios? ¿No fomentar las posturas moderadas, el aperturismo, el laicismo en la política y vida del Estado?

Preguntas y más preguntas.

domingo, 8 de marzo de 2015

Poco a poco remonta la Familia Real

Ya en los últimos meses del reinado de Juan Carlos I había un poco de recuperación de la imagen de la institución. No mucho, pero lo había. La cosa era que aunque se hicieran mejor las tareas y con mejor comunicación y ansias de transparencia el titular de la Corona ya estaba quemado como figura pública y política. Ya incluso los hijos habidos fuera de matrimonio guerreaban por ser reconocidos (y hoy en día ya la cosa está en tribunales).

Quedaron muy atrás sus días de apuesta por la democracia y su cintura para que la Transición llegase a buen puerto. Lo veían más como campechano, un anciano de gustos raros que lo único que se dedicaba era a operarse y a encubrir desfalcos por un lado y otro (hija, empresarios, funcionarios propios). Ya en Andalucía las últimas encuestas a los jóvenes indicaban que preferían más la República que la Monarquía, pero por pocas décimas para disgusto de los republicanos más acérrimos. Sin embargo, de manera general en España un 40,8 % se declaraba monárquico. Porcentaje muy bajo sí, quizás el mínimo. En cambio, solo el 34,1 % se declaraba republicano.

Pero fuera de sentimientos, la tendencia siempre era la misma. ¿Qué sistema la conviene más a España? Ahí gana la Monarquía con un 48,4 %, frente a la República con un 33,7 %. Ya he dicho por activa y por pasiva que si bien hay una mayoría ciudadana republicana por pragmatismo y accidentalidad, y unas gotas de sentimiento posibilista, no me lo pueden negar, se prefiere la neutralidad de la Corona en España que la parcialidad de una Presidencia.

Por otro lado, todos pensaban que era momento ya de darle paso al Príncipe: un 60,7% frente a un 29,7 % que indicaba que el Rey debía morir en el cargo. La franja etaria de 25 a 34 años clamaba por este cambio, mientras que la franja de 65 años para arriba indicaba que se respetase la tradición sucesoria.

Pues bien, en junio nos enteramos casi por sorpresa que Juan Carlos I abdicaba de manera escueta. Y siguiendo todos los pronósticos las manifestaciones no duraron mucho, mientras se preparaba contrarreloj la Ley de Abdicación. Casi dos semanas después, era proclamado Felipe VI ante las Cortes Generales. No hubo aclamaciones masivas. Las calles no estuvieron abarrotadas, pero lo mismo pasó con su padre. Solo los convencidos y los curiosos quisieron acudir. En el recorrido a veces se llegaba a una quinta o sexta fila de espectadores y la acotación de la Plaza de Oriente hizo sonreír a algunos que llenaban incluso más espacio en cualquier convocatoria hecha de la noche a la mañana.

Digo que me decepcionó un poco la asistencia. La expectación pedía más presencia. Pero bien es cierto que si hubiese estado todo abarrotado sonaría a fanatismo. Es bueno dar parabienes y felices augurios a los nuevos jefes de Estado, pero en su justa medida, vaya que se lo crean desde el primer día y se olviden de cuáles son sus funciones. Sinceros fueron los agradecimientos en el balcón de Felipe VI, con nuevo estandarte real y todo, y pronto se desmarcó de la política de su predecesor incluyendo a más colectivos (como el LGTB) en sus recepciones, más transparencia, una política laicista y códigos éticos ante los problemas que puedan venir. Incluso el proceso de abdicación había automáticamente desplazado el problema de la infanta Cristina y su imputación: ya no era parte de la Familia Real, así que el trauma se convertía en menor. Eso y que ya no participase en actos de la agenda.

Al mes del nuevo Rey las encuestas daban aumentos vertiginosos. De los encuestados, un 15 % le daba un sobresaliente, un 25 % le daba un notable, un 30 % lo aprobaba sin más y solo un 20,6 % lo suspendía. La Corona volvía a cobrar confianza en los ciudadanos. Pero bien esto podría ser por el cambio de cara, una flor de un día. El mismo perro pero con diferente y joven collar. Bueno, estos pensamientos tuvieron que disiparse cuando al siguiente mes la valoración del Rey subía hasta un 72,3 %, muy por encima de los otros actores políticos. Si bien de casi siempre la Corona había sido una de las instituciones mejor valoradas, lo era por debajo del 50 %. Y el Rey anterior también estaba por debajo del aprobado. Así que una subida espectacular en dos meses. Los consejos de su padre y las nuevas tácticas implementadas por la nueva Reina parece que están dando sus frutos. Veremos cómo van los derroteros cuando se cumpla un año de reinado.

viernes, 6 de marzo de 2015

Personajes de Primer: Aaron

Por fin llegamos al final del reparto, con el más grande, con el protagonista casi principal: Aaron. Un hombre tímido, con grandes capacidades, capaz de fundar Emiba, una empresa paralela con unos amigos mientras que su jefe Platts le hace la vida imposible. Sin embargo, no es capaz de liderarla. Tiene buenas ideas, pero siempre pone excusas para que otros le salven los platos. Esto por dentro va carcomiéndolo poco a poco, deseando ser un héroe que puede enfrentarse a sus miedos.

Casado con Kara y padre de Lauren, no tiene todas las fichas consigo. Quizás gustos de la niña, pero poco a poco va surgiendo que quiere tener el control. Y el día en que junto a Abe ponen en marcha su idea es el inicio de una esperanza. Pasa de las reglas, quiere triunfar en algo. Incluso lucha y se rompe los sesos cuando encuentra en su mejorado dispositivo de reducción aparente de la gravedad violaciones a los principios básicos de la ciencia: puede generar energía de la nada. ¿Cómo es posible? Abe se encargará, mientras Aaron le da lecciones de cómo afrontar la vida con valentía, cosa que no se predica a él mismo.

Pero las revelaciones que le hace Abe son demasiado sorprendentes, cuesta creerlo y solo con mucho esfuerzo logra descifrar que Abe puede viajar en el tiempo. Él quiere hacerlo y de la euforia pasa a pensar que sus sueños se van a cumplir. En la fiesta de cumpleaños se hace el héroe, poniendo en peligro vidas, pero convirtiéndose en el centro de la fiesta. Sus pulsiones pronto aumentan, quiere ataúdes más grandes, mejor acondicionados, más dinero invertido en bolsa y con mayores dividendos. Ni los accidentes secundarios al viaje en el tiempo (hemorragias, fallos del sistema nervioso) lo pararán. Ahora quiere vengarse de Platts, pero todo se tuerce, pues Thomas Granger aparece y queda en coma. Abe quiere resolverlo todo, pero Aaron siempre estuvo varios pasos adelante. El día en que se enteró del viaje en el tiempo descubrió el mecanismo de seguridad de Abe y lo había usado, llevando un ataúd  mejorado consigo. En el pasado dio el cambiazo colocando su ataúd a una hora posterior y escondiendo el auténtico mecanismo de seguridad. Si volvía Abe, Aaron lo habría hecho tiempo antes. Sin escrúpulos se hará daño a sí mismo para grabar todo lo que pase, haciéndose pasar por su yo del pasado y vivirlo todo de nuevo. Engaña a todos, se encierra a sí mismo. Mientras que Abe lo hace con sumo dolor, él no parece temer nada. Impaciente ante todo, vuelve de nuevo hacia atrás para ahora sí vivir y modificar todo. Pero si bien el Aaron original se puede anular fácilmente, su versión que viajó al pasado para grabar las conversaciones es más fuerte que él. Se desengaña de todo y le deja las grabaciones al Aaron2. Él huye a un país francófono (¿Francia?) para poner en juego sus pérfidos sueños de una mayor máquina del tiempo.

Aaron2 pronto queda oscurecido como el Aaron3, el que viajó dos veces. Abe ve con sorpresa que no le tiembla la mano en manipular a todos para hacerse el héroe. Y como quiere acabar con el bucle deben unir fuerzas en la fiesta de cumpleaños. El ingenio de Aaron es enorme y Abe piensa que su mejor amigo no puede llegar a ese punto, debe destruir la máquina del tiempo para que sus dobles originales no sigan construyendo la máquina. Después, ante la desfachatez de Aaron de regalarle su familia para evitar distensiones, le obliga a huir de Estados Unidos. Sus ansias ya de dominar el mundo pueden ser imparables.

El creador de esta gran película se quedó con el papel estelar. Una persona que representa cómo alguien inteligente, con ingenio, puede verse como un perfecto cobarde, alguien que no llegará muy lejos y que cuando tiene en sus manos un gran poder, no tarda mucho en corromperse y usarlo para su venganza personal. Pero no parará ahí, sino que la escalada de poder pronto puede ser imparable, incluso destruyéndose a uno y a su familia por tal de ser reconocido y quedar en la historia. Para bien o para mal.

Diario de Viaje: Peñafiel (Febrero de 2023)

 Pues casi sin reponernos del viaje navideño a Portugal tocó otro gran viaje. Mi mujer tuvo que ir a un curso a Santander y yo hacía décadas...