miércoles, 15 de diciembre de 2021

Diario de Viaje: Rozas de Puerto Real (Noviembre de 2020)

 Ya en noviembre, algo tarde para la época del año, fuimos a este hermoso pueblo. Las restricciones madrileñas de zonas básicas sanitarias se relajaron en cierta medida y aprovechamos para visitar los castañares de la zona.

Sin embargo, parece que tuvimos la misma feliz idea que casi toda la Comunidad de Madrid, pues aparcar no fue tarea fácil y había gente por todos lados. El paisaje era hermoso pero siempre te encontrabas con una familia o con jóvenes que gritaban y así no podías relajarte admirando las montañas de dorados colores. En el primer momento fuimos hacia el sur y paseamos por un pequeño castañar ya algo pelado pero al menos podías admirar el contraste de tonalidades. Un poco más el campo raleaba y tenías unas muy buenas vistas, ideales para comer un bocadillo mientras te recreabas en ellas.

En un intento de evitar lo más posible a la gente hicimos un buen rodeo y por una vía pecuaria llegamos a la carretera para retornar a pie hacia el núcleo urbano. Desde ahí, hicimos el sendero típico que te acerca al seminario, enclavado en el el valle y que termina en un coqueto embalse. Desgraciadamente, no pudimos caminar mucho por la alta densidad de gente pero al menos pudimos observar los castañares en su esplendor otoñal.

miércoles, 8 de diciembre de 2021

Diario de Viaje: Aldea del Fresno (Noviembre de 2020)

 Se ha convertido en uno de mis sitios favoritos de la Comunidad de Madrid. La confluencia de los ríos Perales y Alberche generan un entorno muy verde con una cantidad de recovecos bastante atractiva para cualquier época del año.

Cuando llegamos por primera vez aparcamos en una extraña zona, como si fuese un bulevar a medio hacer, o una futura estación o algo. Desproporcionado, cuanto menos. El paseo nos llevó hasta las inmediaciones de la parroquia de San Pedro Apóstol y de ahí hicimos caminata remontando el río Perales, cubierto de abundante vegetación. Por desgracia no pudimos avanzar mucho pues nos obligaba a atravesar el río varias veces y el frío era bastante patente. Otra de las rutas era cruzando el puente hasta un camino rural que empezaba a ascender y lograbas tener unas hermosas vistas de la sierra, atisbando dónde podría estar la presa del río Alberche.

Hablando del Alberche, sus playas son bastante amplias y tiene ciertos lugares entre la vegetación que te ayudan a relajarte y darte un chapuzón en las épocas más calurosas. El paseo está plagado de chiringuitos y si sigues llegas a un lugar mucho más tranquilo. Es un buen sitio para pasear y ver la cantidad de árboles que bordear su curso. Naturaleza, al fin.

El interior del pueblo también es bastante acogedor. Desentona el único edificio de varias plantas porque si vas a un pueblo quizás quieras casita o algo menos citadino, y es que hay sitio para expanderse el pueblo. La plaza del ayuntamiento te recoge y te ofrece multitud de bares a rebosar. 

Es un lugar que me gusta recorrer cada pocos meses, te invita a relajarte y a descubrir nuevas caminatas con nuevos paisajes.

Diario de Viaje: Peñafiel (Febrero de 2023)

 Pues casi sin reponernos del viaje navideño a Portugal tocó otro gran viaje. Mi mujer tuvo que ir a un curso a Santander y yo hacía décadas...