lunes, 22 de marzo de 2021

Diario de Viaje: Valdemoro (Febrero de 2020)

Fuimos una semana antes de que estallara en esta ciudad todo el caso de la pandemia, por poco nos pilla y no podemos ir a visitar lugares para una posible mudanza. La verdad es que apenas interaccionamos con nadie, solo de lejos y fugazmente. Aparcamos a las afueras y empezamos de a poco la visita, viendo grandes calles con algunos parques aunque todos tenían prohibido el paseo de perros, cosa que nos desilusionó. Sobre todo la plaza Duque de Ahumada, con sus muretes y sus jardines bien cuidados. 

Desde ahí asomaba la típica arquitectura de la parroquia de la Asunción de Nuestra Señora y pasamos hacia el concurrido centro, con algunas plazas con puestos ambulantes. Seguimos caminando hacia la estación de cercanías, viendo a lo lejos el bosquecillo del espacio Bolitas del Airon. Nosotros nos quedamos, pasando por una curiosa iglesia de Santiago Apóstol, en lo alto de un cerro con un espacio canino gigantesco, que nos gustó bastante. Cerca se estaban construyendo multitud de pisos y nos empezamos a interesar.

La vuelta la hicimos por la zona residencial, bien tranquila y con grandes e idénticas casas. Un paseo reflexionando nuestras posibilidades e incluso lo conveniente de un apart-hotel para ancianos más que residencias. Todas estas conversaciones se harían, a las pocas semanas, tristemente proféticas por la virulencia de la Covid-19 con nuestros mayores de las residencias.

domingo, 14 de marzo de 2021

Diario de Viaje: Torrejón de la Calzada (Febrero de 2020)

 Ya que estábamos en un Torrejón, no nos desviábamos mucho si íbamos al otro Torrejón. Este sí está mejor conectado con la capital y hay más líneas de autobuses pero me pareció un pueblo más bullicioso, con menos casas y más bloques de edificios, algo saturado para la población que tiene.

Nos movimos por el centro y vimos la plaza del ayuntamiento y yendo al sur llegamos a ver un edificio de arquitectura andalusí bastante bonito. También dimos una vuelta por barrios de casas, más tranquilos y llegamos a una gran explanada que englobaba un parque de pinos bastante grande y que daba ganas de pasear en él.

sábado, 13 de marzo de 2021

Réquiem por UPYD

 En este momento en que Ciudadanos hizo su mayor jugada para recuperar el terreno perdido y se le torció todo (no esperaban la maquinaria pútrida del Partido Popular en su máxima expresión) me acuerdo mucho de UPYD. El PP lo llegó a ver como algo molesto, ahí está Margallo confesando que era hora de aplastarlo como un vaso de papel. Ciudadanos (y el Ibex-35 que lo amparabe) lo veía como competencia directa y empezó a dinamitarlo desde dentro. Ahora la formación naranja, formada a base de tránsfugas, se sorprende que tenga tránsfugas en sus filas. Me apena que un partido de centro quede tan mal, pero no tengo remordimientos en confesar en que disfruto parte de esto.

Sí, las encuestas dicen que los españoles se consideran de centro pero no hay partidos fuertes de centro. Creo que Lleonart lo dijo claro una vez: los partidos de centro, como tienden a pactar a ambos lados de su espectro político en su misión de bisagra, terminan siendo vistos como partidos veleta por sus propios votantes y pierden credibilidad. La idea es buena, si en este momento lo que propone la izquierda conviene a la sociedad, apóyalo; si en aquel momento lo que propone la derecha conviene a la sociedad, apóyalo. O mejor, rescate en el mismo momento lo mejor de la izquierda y de la derecha. Pero bueno, esto en un mundo de bloques y ahora bien polarizados se ve como tibieza o traiciones a cada minuto. La gente se siente más cómoda en su bloque con un partido muleta por si hay que pactar (o sea, lo que era IU para el PSOE hace una década y lo que hoy es Vox para el PP, nos coaligamos si yo, el partido fuerte, no alcanzo las mayorías necesarias).

Unión Progreso y Democracia fue mi inicio en el activismo, con su revolucionario manifiesto fundacional (¡no nacemos con el carné de ningún partido en los pañales!), la fortaleza y carisma de Rosa Díez me cautivó, la vi como el revulsivo socialdemócrata que necesitaba el país. Lo he dicho muchas veces, UPYD tendía a ser la versión que debía ser el PSOE. Sus postulados de transversalidad atractivos para militantes de izquierda y derecha me convencían y la defensa de unos términos básicos y comunes me parecen lógicos a día de hoy: patriotismo constitucional, unidad de España como garantía de igualdad de derechos, derechos para las personas y no para los territorios, Sanidad y Educación competencias centralizadas para la igualdad, posiciones críticas con los rescoldos de ETA, convicción europeísta, avances hacia el federalismo español y furibundo ataque contra el bipartidismo imperante. Se agrupó con el núcleo fuerte de la plataforma vasca Basta Ya y acudieron personas de alto carisma, buena formación y reflexión intelectual auténtica. Y mucho joven desencantado con el bipartidismo, con el «y tú más».

Rosa lo dijo una vez, la formación magenta era la piragua que se colocaba entre dos transatlánticos. Pero una piragua que les hacía escocer, que sembró la semilla del multipartidismo y dejó marcado un camino para Ciudadanos y el flamante Podemos (aunque ambas formaciones se nieguen a aceptarlo). Sí, un partido muy nuevo que consiguió una diputada. Era poco, pero dio mucha guerra. Y luego, a pesar de unas tramoyas no tan sanas, cinco diputados y grupo parlamentario propio. Representantes en varias autonomías, algunas alcaldías simbólicas y una fuerte aparición en el Parlamento Europeo. Todo parecía maravilloso y fulgurante pero la formación pronto cayó.

Yo no estuve muy dentro y me perdí mucho. A día de hoy sigo descubriendo algunas tramoyas que me confiesan antiguos compañeros de partido. Si bien entró gente muy motivada, sin padrinos políticos y con trabajo fuera de la política (ser representante es un honor, una función que se hace por tiempo limitado, pero no es para vivir de ello) también entró gente buscando acomodo, centros de poder y probabilidad de ascenso. Ahí están los tristes ejemplos de Prendes en Asturias y Cantó en Valencia, dinamitando desde dentro. Muchos dieron el salto cuando vieron que sus opciones mejoraban, hablando pestes para regocijo de izquierda y derecha. Y Sosa Wagner (fichado solo porque fue el tutor de tesis o tesina del expresidente Zapatero) intentando imponer su visión del partido y despotricando si esto no era así. Una persona muy interesante, pero muy soberbia. Lozano también aprovechó la publicidad de sus intervenciones para ir haciéndose un hueco en el PSOE, que está aprovechando hasta el día de hoy. A Rosa le hicieron un Rosa Díez: encabezaron la disidencia del partido y como no les fue bien huyeron de este con un portazo y acudieron a otras formaciones.

Pero ojo, la muerte de UPYD no estuvo creada únicamente por los tejemanejes de Cs y las formaciones políticas mayoritarias. Pensar eso es pecar de ingenuo. Tampoco fueron los tránsfugas, estos hicieron romper los cimientos y empezar el derrumbe del partido. Fue principalmente por sus dirigentes y sus endiosamientos. Rosa, cuando empezó a ver cerca el fin de su puesto (éramos defensores de cargos llevados por tiempo limitado) ya quería esquivar dicho fin diciendo que sus primeros cuatro años no contaban porque la limitación debía empezar cuando se aprobaban los Estatutos. Cuando la formación creció y empezó a desbordar a Díez esta quería aún manejar las riendas y no soportaba las críticas constructivas. Nos ufanamos de que la mayoría de simpatizantes y votantes venían del mundo universitario y empezamos a comportarnos como elitistas. Incluso a los que no nos votaban los tomábamos de tontos o poco informados (craso error llamar estúpidos a tus potenciales votantes). O que UPYD debía ser el adalid de toda causa justa y si no convencíamos a los diputados y senadores debíamos ir por lo judicial. Al final lo único que se veía de UPYD era una especie de bufete de abogados mediáticos. Y los petulantes candidatos para Galicia y Cataluña, que no consiguieron prácticamente nada, tampoco les hicieron arraigarse en el ámbito autonómico (cosa que veía lógica que sucediera, puesto que la propia idiosincrasia de UPYD era más enfocada al ámbito nacional, luego en los comicios autonómicos era normal que no convenciese ni a los votantes convencidos). La táctica de escupir en los medios de comunicación porque no te daban cobertura (incluso a los pocos que sí la daban) terminó de poner en contra a quien te podía ayudar.

El portazo de Díez y Gorriarán dejó descabezado al partido, no habían pensado nunca en preparar sucesores de Rosa, Carlos no tenía tal carisma. Pidieron la disolución del partido (es mi balón y me cansé de jugar ya) y el testaferro de Herzog a mí me dio bastante vergüenza ajena cuando descubrí que había iniciado espionaje a disidentes. Ahí ya me desencanté, viendo el ego de los que seguían y el derrumbe que no veían. Seguían con mirada altiva y actitud prepotente de que todo el mundo odiaba UPYD porque eran los mejores. Nunca supieron seducir a posibles votantes.

Estuvo bien que no se disolvieran, esperaba poder volver a darles otra oportunidad. Pero estaba desencantado y no quise apoyar la candidatura de Maneiro, quien sí me parecía alguien íntegro y admirable. Pero las tramoyas y secretos de Herzog (bueno, no él en exclusiva porque solo era testaferro) hicieron que tardase en acercarme. Y vino Brown que, si bien quiso darle un buen lavado de cara al partido, ya era demasiado tarde. La única punta de lanza, tras quedarse sin representación en el Congreso de los Diputados y con una colección de concejales mínima eran sus europarlamentarios. Pero no supo o no quiso promocionarlos, hacer ver al votante que aún seguían vivos y que actuaban aún por el bien de la sociedad.

Estuve de acuerdo en su momento en que no se disolvieran como juguete roto de unos pocos. Estuve en contra de la fusión con Ciudadanos. Ahora se está viendo que si bien estaban cercanos en el espectro ideológico, los magentas no íbamos de eslóganes y ganas de pisar moqueta a toda costa. Pero ya cuando Brown se dio cuenta que no iba a poder reactivar a UPYD empecé a ver a la formación como un fantasma que actúa como si aún no hubiese muerto. El propio Brown empezaba a ofrecerce a Cs para formar listas conjuntas a ver si conseguía algo de poder y en Europa, las impresionantes Becerra y Pagazaurtundua empezaron a abandonar el barco. El muerto no quería morir. Pero la justicia (la rama a la que quiso agarrarse una vez) le dio la puntilla final por impagos. Una muerte ansiada pero indigna a algo que hizo mucho en poco tiempo pero que no supo o no quiso gestionarlo adecuadamente.

Si soy sincero, siempre vi a UPYD como un partido de oposición. Más fuerte de lo que era, más sólido y más ágil, pero como un Pepito Grillo aconsejando y advirtiendo al Gobierno, condicionando sus políticas. Su actitud, propuestas y discurso funcionaban mejor en la oposición (al igual que veo a Podemos, por eso sus vaivenes ahora que están gobernando), en una oposición leal, activa y constructiva. Creo que era su misión final. Sí, fantaseaba ver en el Gobierno a la formación pero sabía que no se moverían bien en esos pasillos. Me quedo entonces con la postura inicial: un buen partido que a base de bien quebró el bipartidismo imperante y allanó el camino al multipartidismo actual. ¿Qué sería de la situación actual si hubiesen prosperado? Solo queda fantasear.

viernes, 12 de marzo de 2021

Diario de Viaje: Torrejón de Velasco (Febrero de 2020)

Estábamos reservando una mañana de las dos que tiene el fin de semana en ir recorriendo lugares de la Comunidad de Madrid para evaluar lugares para una hipotética mudanza. Esta vez le tocó a Torrejón de Velasco, un lugar bastante tranquilo que terminó gustándome mucho. Eso sí, la carencia de cercanías y/o metro hace que se te complique ir a estos lugares a vivir. No se puede depender de un único coche.

Desde la A-42 se ve una entrada bastante ajardinada y con casas bastante interesantes (una con una cochera y una fachada de castillo arriba, amén de varios cartelitos curiosos). Este camino te deja en el alto pero derruido castillo de Puñonrostro, atestado de coches aparcados en sus inmediaciones. Coches, el mal necesario de este siglo. Es una pena que viendo los parquecitos y casas con macetas y bonitas decoraciones la patrimonio no tenga buenas vistas.

Muy cerca está la iglesia de San Esteban Protomártir, con su típica torre con tejado de pizarra y entrada lateral porticada, diseño muy visto en la comarca de La Sagra. De ahí callejeamos un poco más y terminamos junto al arroyo La Peñuela, momento de entrar por otro barrio residencial y acabar en la amplia y hermosa plaza del ayuntamiento, con la arquitectura porticada también típica de la zona. Había una mezcla cultural bastante interesante y armoniosa y un paseo por las afueras del pueblo mostraba amplios campos para caminar.

lunes, 8 de marzo de 2021

Diario de Viaje: Villacañas (Febrero de 2020)

 Los días comenzaban a ser más calurosos y la energía para pasear aumenta. Tienes en mente que si ahora no vas a sitios de planicie en verano van a ser insufribles, así que cogimos el coche y empezamos a ir al este de la provincia, llegando a la zona manchega de Villacañas.

El objetivo era llegar a las lagunas del lugar antes de que se secaran pues el año había apuntado a poco lluvioso. De seguro no íbamos a encontrarnos con aves migratorias pero merecía la pena darse un paseo por esa zona ecológica de gran valor. En el camino nos encontramos a un par de cazadores dementes que iban caminando muy cerca de la carretera y apuntando a cualquier cosa que iniciase el vuelo. Un peligro porque puede haber un perdigón perdido que llegue a la carretera y alcance a un coche. Esta gente está fatal de la cabeza, ignorando cualquier tema de seguridad.

Pasado el susto nos desviamos cerca de Villacañas y paramos en una zona acondicionada cerca de la laguna de Tirez, ya bastante seca, pero con zonas aún verdes y con sitio para caminar. En parte te imaginas al gran don Quijote a lomos de Rocinante recorriendo aquellas tierras secas y ventosas, y sorprendiéndose al llegar a este vergel. ¡Seguro que viviría alguna loca aventura!

Cruzamos la carretera y llegamos hasta la laguna de Peñahueca, con más agua que su compañera y nos paramos en una cabaña de observación. Más para protegernos del Sol, que para intentar ver fauna, que con tanto calor seguro que ya habrían terminado de migrar. Ahí de nuevo Google me jugó mala pasada, porque indica un camino hacia la laguna de Taray que no existe (quizás nunca existió, quizás existía y labraron sobre él). Bueno, atravesamos el campo arado y vimos una abertura en una verja, llegando por fin al camino que lleva a la laguna. Pero no pudimos verla bien, estaba rodeada de vegetación alta y zarzas. Es más, no sé si había también una cerca.

Cuidado en la vuelta porque atravesamos una zona de pinos y los nidos de procesionaria inundaban todo. Ir con perro cerca de la primavera se vuelve complicado. Al final llegamos al cruce con la Cañada Real soriana oriental, con un muy erosionado poste con la cruz de la Orden de San Juan, custodios del camino. Y esto te recuerda que la mayoría de La Mancha fue administrada por esas legendarias órdenes de caballería. Cogimos el coche y fuimos a repostar y de ahí a un cercano restaurante. Un anciano se asustó porque nos cruzó con su coche en la laguna de Taray y nos vio de nuevo, decía que cómo habíamos llegado caminando tan rápido. ¡Ja! No contaba con el coche. La comida fue excelente y el trato cordial y amable de todo el mundo chocaba con la aspereza típica del toledano. Un lugar al que hay que volver.

viernes, 5 de marzo de 2021

Diario de Viaje: Burguillos de Toledo (Febrero de 2020)

Día domingo algo nublado pero ideal para dar un buen paseo tras almorzar. Primero pasé por Cobisa y recorrí un poco sus barrios residenciales y la zona céntrica del pueblo con su iglesia y placita del ayuntamiento. Seguidamente, me interné entre los olivos para avanzar tranquilamente hacia la ermita de San Blas, toda ella seria y dominando la zona.

Tras un breve descanso proseguí el camino hasta llegar a una cruz que indicaba el camino hacia Burguillos, un pueblecito tranquilo, con algunas casas con arquitectura de sus puertas con travesaños de madera muy similar a los típicos cigarrales de la región. Todo parecía tranquilo, algunos movimientos en ciertos bares y algunos chiquillos jugando en la sobria plaza del ayuntamiento. Desde ahí me acerqué un poco hasta la Plaza Concejo y acumulé algo de energías para hacer todo el camino de vuelta.

Diario de Viaje: Peñafiel (Febrero de 2023)

 Pues casi sin reponernos del viaje navideño a Portugal tocó otro gran viaje. Mi mujer tuvo que ir a un curso a Santander y yo hacía décadas...