lunes, 26 de agosto de 2019

Diario de Viaje: Layos (Septiembre de 2018)

Lo mejor de Layos es su embalse, gana esto por goleada. El pueblo es pequeño, con la carretera atravesándolo y con azulejos avisando de que se está entrando en la comarca de los montes, aunque el pueblo no tenga de estas cosas. Hay una bonita iglesia en la parte central y la típica plaza con bar de todo pueblo, todo adornado por una gran bandera de España. Esto es algo muy común en esta zona de la provincia.

Hay también varias urbanizaciones, así que el pueblo se ramifica por varios lados. Como curiosidad, tiene una plana de depuración de aguas, no sé si solo para el pueblo o para toda la zona. También hay en la lejanía un gran cerro que no tengo ni idea de cómo se llega, aunque creo que su ascenso ha de ser bastante interesante.

El embalse es de forma irregular, con algunas colinas y setos ralos que lo bordean todo, hay incluso como un pequeño arroyo con su puente de madera y varios senderos que conectan de manera más o menos rápida puntos del embalse, por lo que se hace un lugar al que puedes ir montones de veces sin repetir sendero. Hay árboles cerca del borde del embalse y creo que es un buen sitio para llegar un domingo a la tarde para tomar una merienda viendo cómo las aves juegan en las aguas. Cuando aprieta el viento, hay oleaje y el sonido es bastante evocador.

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