jueves, 17 de agosto de 2023

Algunas de mis preocupaciones sobre la IA

 Ahora todo se pone de moda muy rápido y te lo venden como la mayor revolución de la Historia de la Humanidad. ¿Quién sabe? Quizás sí o quizás no. Lo que es cierto es que la Inteligencia Artificial ha llegado para quedarse pero no está aún tan claro la manera en que modelará la sociedad en los años venideros.

Al principio muchos apenas creían en las posibilidades de Internet y ha revolucionado el mundo de pies a cabeza. Hoy, si no estás en las redes, si tu negocio no se localiza a través de Google, no existes. Es duro si lo piensas, pero es así. Lo malo es que todo avanza tan rápido y se exige cada vez más que al final hay mucha gente (sobre todo de cierta edad) que queda atrás, como los jubilados haciendo operaciones en un cajero automático. Y la verdad que no es justo. Y esto, más que una crítica a la tecnología, es a la sociedad en sí en su afán de parecer moderna y conocedora de todo. Una sociedad que no haga por intentar integrar a todos no tiene buenos visos de terminar bien.

Por otro lado estaban el blockchain y las criptomonedas, que decían que iban a cambiar la economía y que los NFT eran el futuro. Tanto hablar y decir que estabas fuera de la cresta de la ola para nada. No sé si ha quedado en un bluf, en una moda pasajera, o que simplemente magnificaron (por malicia o por ignorancia) su impacto en el mundo real. Hay veces que te juntas y te mueves en determinados círculos y generas tal cámara de eco que das por sentado de manera ingenua que el resto del universo es igual.

Vamos a ver cómo la IA se implanta en nuestras vidas. ChatGPT ha sido una revolución interesante pero veamos si su carrera va a ser similar a los derroteros de Internet o del bitcoin. Aún es temprano para saberlo pero creo que hay experiencia suficiente como para decir que tampoco va a cambiar todo de raíz. Habrá una revolución, sí, pero muchas cosas previas se mantendrán y su alcance no será ilimitado. Los que se hacían los gallitos con un tema ahora pasan rápido a este y se hacen los gallitos en este. Parecen tertulianos de televisión, vamos. Hay que ser realista, sobre todo.

Y por ser realista veo dos cuellos de botella importantes, dos puntos preocupantes a resolver. Primero, creer que las máquinas son la solución mágica a todo. Vamos, no creo que terminemos en un futuro a lo Terminator, sino más bien a lo Blade Runner. O sea, poco a poco la IA y las máquinas se harán más cotidianas y la conexión biología y electrónica cada vez será mayor. Algunos de los desvaríos de Elon Musk sobre chips implantados y conexiones hombre-máquina no creo que vayan descaminados. Sin embargo, creer que son jueces imparciales las máquinas es un error muy peligroso. ChatGPT al final es una gigantesca base de datos que busca lo que le pides y te lo articula de manera amena y directa. En la programación siempre se introducen sesgos de los programadores y por tanto el juicio de la IA no es imparcial: colores de piel que no detectan los sensores, reconocimiento de patrones humanos asociados erróneamente a gorilas, cribado de candidaturas a empleos que descartan apellidos latinos, desconocimiento y forzado a ciertas aplicaciones a un determinado sexo... Los ejemplos son numerosos. Porque algún hombre blanco anglosajón tuvo la ocurrencia de que algo es el caso de éxito y lo implementa así en la programación no quiere decir que eso sea cierto o justo. Incluso la malicia humana puede influir en una IA creada con toda la buena (e imperfecta) intención del mundo. Recordemos también el chatbot que tuvieron que desconectar porque empezó a tener comportamientos nazis, sexistas y racistas tras hablar con gente anónima. Tiemblo de los que aplauden la propuesta de que jueces sean remplazados por IA por considerar a esta justa e imparcial.

El segundo punto creo que es peor. Sí, muchos dicen que te ahorra trabajo y te lo hace más fácil. Eso, per se, es bueno. Pero los empleadores lo van a usar de manera torticera. Si antes producías en una semana 50 cosas, por ejemplo, y con la IA produces en esa misma semana 200 cosas, habrá empleadores explotadores que dirán que ya que estamos, mejor producir 300 cosas, volviendo la rutina del estrés y la ansiedad. O que, muy bien, gracias por producir 4 veces más rápido, pero el sueldo va a ser el mismo aunque mis beneficios se catapulten. O peor aún, ya que si antes tenía contratados cuatro empleados para llegar a las 200 cosas a la semana, ahora me ahorro mucho despidiendo a tres y dejando solo uno con IA. Total, voy a producir lo mismo y me beneficio aún más. Tampoco digo que todos los empleadores hagan esto, que todos son ladrones explotadores. No digo eso, pero sí digo que haberlos haylos y que muchos son de grandes corporaciones de cuantiosos beneficios personales. Y bueno, un invento que viene para facilitar la vida y poder realizarnos de otras maneras diferentes y complementarias al trabajo se terminaría convirtiendo en una herramienta de explotación.

Si no se legisla, si no se aplica con conciencia y tras un estudio sosegado, estos dos puntos problemáticos van a convertirse en realidad más pronto que tarde. Y me da miedo que en un mundo donde ha triunfado el neoliberalismo y que muchos derechos laborales y sociales que fueron conseguidos con sangre, sudor y lágrimas están en entredicho, nos pongan otra pesada losa más sobre nuestros hombros. No temo un futuro a lo Terminator, sino un futuro donde los de siempre controlen a la Humanidad no ya con porras y pistolas, sino mediante las ingenuas máquinas.

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