A inicios del verano uno busca lugares con vegetación para ganar en sombra y que bajen las temperaturas. A pesar de que en Madrid es un tópico muy usado, Cercedilla es ideal, pues tiene una inmensa zona natural en forma de valle que genera decenas de senderos para poder caminar tranquilamente.
Y varias veces que fuimos, la verdad. Remontando el arroyo de la Fuenfría puedes caminar por una antigua calzada romana e incluso ver oculto entre ramaje y verdor algunas lápidas antiguas. Desde ahí, varios caminos que tienen diferentes grados de dificultad, donde puedes encontrar claros en bosques en un gran silencio o ascender laderas para tener unas vistas impresionantes desde el Mirador de los Poetas.
Ver los grandes bloques graníticos que conforman cascadas en la Ducha de los Alemanes. Hay lugares que te parece que vas solo y puedes respirar tranquilidad.
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