domingo, 14 de febrero de 2021

La vida como fuenlabreño

 Pues hace unos meses escribí que mi ciclo en Toledo lo veía finalizar. Mucho tiempo de viaje para trabajar, una ciudad que no está diseñada para vivir en ella (solo para acoger turistas) y una forma de ser demasiado árida para crear vínculos.

Así que viendo el inminente confinamiento tras el verano empezamos a mover ficha. Mirar por aquí, por allí, organizando las visitas para acudir al lugar. Y caer en trampa (felizmente resuelta) de dar una cantidad como fianza de que vas en serio para alquilar. Es curioso la cantidad de cosas que te piden para alquilar (como que tienes que cumplir requisitos de funcionario cuando un funcionario iría a comprarse algo, no a alquilar) cuando a cambio los propietarios a penas se paran a velar porque tengas una buena estancia en su vivienda. Y más que hubo cierto nivel de pataletas de los propietarios del piso que dejábamos. Su afán de coger todo el dinero posible les llevó a puntos demenciales, puntos cortados de raíz al aplicar la ley y avisar por medios oficiales nuestra voluntad de rescindir el contrato.

Fuenlabrada tampoco es para tirar cohetes, es una ciudad mediana (se recorre rápido) con multitud de bloques de pisos y un serio problema de aparcamientos. Sin embargo, es lo que uno le pide a una ciudad dormitorio: barrios con comercios, variedad de alternativas, anonimato, gente de diferentes procedencias que no tienen miedo ni estatus para responderte correctamente, buena conexión en transporte público con la capital, acceso rápido al trabajo y un largo etcétera.

Es más tranquila de lo que supuse en primer momento y tiene que el norte colinda con inmensos parques de Leganés para poder pasear y desconectar tranquilamente. Y más cuando vuelven los confinamientos perimetrales.

Eso sí, hubo problemas con el piso con una precaria instalación de luz y la falta de algunos documentos de habilitación para poder empadronarnos tranquilamente (¿no puedes esperar un tiempo a tener toda la documentación en regla para poner en alquiler el piso o el ansia de tener dinero te gana?). Si bien el barrio es tranquilo (no es el más glamouroso de la ciudad, seamos sinceros) hay ajetreo con grupos que hacen fiesta al lado de tu ventana. Y la capacidad de negociación es bastante precaria. No creo que sea el destino definitivo pero al menos hemos dado el paso grande para mudarnos a la Comunidad de Madrid. Ya ir bicheando por otros barrios de Fuenlabrada o ciudades cercanas no es tan inverosímil. Sin embargo, a pesar de todo, estoy bastante contento con el cambio.

Sí, es un movimiento que refuerza la España vaciada, Madrid es un gran atractor, pero la alternativa no está. Sí, culpo en parte a la capital por su poder de absorción y olvido del resto pero también culpo a esas capitales de provincia que no juegan bien sus cartas, se quedan embelesadas en su esplendoroso pasado y apuestan únicamente a funcionarios autonómicos y turistas.

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