lunes, 16 de mayo de 2022

Diario de Viaje: Colmenar Viejo (Abril de 2021)

 En pleno confinamiento no podíamos salir de la comunidad autónoma, así que para pasar los días de Semana Santa decicimos ir hacia el norte. Sí, bastante cerca pero con multitud de rincones que merecen mucho la pena. Es una pequeña ciudad y cada vez es más grande pero aún conserva una esencia de tranquilidad que te sirve para recargar pilas.

Muy cerca está el parque nacional de la Cuenca Alta del Manzanares y dirigirte hacía allí es empezar por cercados de piedra que van dejando paso a una vegetación cada vez más numerosa. Todo salpicado por impresionantes vistas de dehesas. Merece mucho la pena caminar al lado del Manzanares, desde arriba porque está todo escarpado y contemplar las lejanas torres madrileñas. Puedes llegar hasta el puente medieval del Batán, que es cruzado por muchos senderistas porque de un lado puedes llegar por una senda muy ancha hasta la misma Manzanares el Real y por otro puedes acercarte hacia el vado de Las Carretas con su pradito y escuchar cómo corren las aguas. Puedes internarte aún más para ver la represa, con una arquitectura que me recordó al neogótico, aunque faltaría confirmarlo.

Otra ruta de paseo es ir por la antigua vía férrea que partía de Madrid y terminaba en Burgos, hecha durante la Guerra Civil, creo. Se ve la obra ingente que hicieron y es un lugar donde puedes ver a ciclistas y senderistas de vez en cuando pero en generan bien tranquila. Nos pasamos de caminar y la vuelta se hace complicada. Sobre todo porque había predicción de lluvia y más de un chaparrón nos llevamos sobre nuestros hombros.

También se come bastante bien, había un restaurante hindú que nos sirvió una rica comida, aunque la lluvia nos obligaba a comer más rápido de lo habitual. Y también había un restaurante vegetariano que, con antelación, te prepara bastantes delicias. En un corto paseo incluso identificamos una pequeña tienda en la que pudimos renovar nuestro equipo de mate.

Lo bueno de Colmenar Viejo es que hay zonas en mitad del trazado que están intactas. Entras y sales en la naturaleza cada pocos pasos y eso para mí es muy de agradecer. En otros viajes posteriores hemos pasado por la localidad, con gratos recuerdos. Y hace poco me enteré del festival de las mayas, y quiero ir porque evocan a una conocida película de terror y parece un canto pagano que ha trascendido los filtros del cristinanismo.

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