domingo, 15 de marzo de 2015

¿Olvidado el 11-M?

Año tras año las celebraciones pierden intensidad. El odio o el susto se van disolviendo y los monumentos en recuerdo quedan cada vez más vetustos. Once años han pasado y la gente ya vive el día a día con pocos recuerdos sobre el trauma psicológico que azotó a los españoles en 2004. Algunas declaraciones y fotos, para un rápido fin de fiesta.

Triste esto, triste porque pocas veces la sociedad se unió con tanta viveza. Claro que hubo disensiones desde el primer minuto: teoría de ETA y teoría de al-Qaeda. Sin embargo, todos los españoles, dentro y fuera del país y todos los que habitaban en España sintieron al unísono el dolor. Occidente quedó estupefacto y Oriente no pudo creer tanta barbaridad. No dejemos esto al olvido.

Recuerdo hoy las palabras de Aznar. Dichas en un intento de sostener su prepotencia y mentiras, hoy en día cobra otro especial significado. Dijo algo como: 'los responsables no provienen de lejanos desiertos'. Él lo diría por ETA o por los trajeados que promocionaron tal brutal acto. Este año lo vi en otro contexto, uno más reciente y triste: el Estado Islámico.

Los atentados de los adeptos a este enfermo califato que están conmocionando a todo el mundo ya no son perpetrados por gente nacida fuera y criada bajo otra cultura que la sociedad víctima. Para nada. Los políticos populistas aprovechan estos crueles actos y olvidan a sabiendas esto para meter sus ideas retrógradas: cerrar las fronteras. ¿Cerrarlas si los terroristas son nacionales del país que atacan? ¿Vecinos de las víctimas? Ya no hay que mirar en Medio Oriente quién puede joder al resto del planeta, desgraciadamente las huestes terroristas salen de al lado de casa.

Puede ser, como ya escribí hace unos meses, que esto venga por una manera de diferenciarse, de una carencia potenciada por los saudíes para implantar su versión radical del islamismo. Pero, ¿por qué entra a esta gente, jóvenes nacidos y criados en países occidentales? ¿No será que Occidente tiene algo que ver? Si nunca se sintieron integrados o si lo son pero ven las historias de xenofobia que sufrieron sus padres es para reflexionar, ¿no? Al final uno elige qué hacer con su historia, pero Europa no puede verse más como la sufridora si tiene arte y parte en la formación de radicales y terroristas.

A riesgo de parecerme al pedante de Galeano, insertaré más preguntas retóricas: ¿el 11-S no originó desconfianza al no igual? ¿La injusta política de perfiles raciales llevada a cabo desde 2001 no habrá hecho daño a la confianza que se tenía por tu país natal, que no país de origen de tu familia? ¿La colaboración internacional para torturar e ignorar Derechos Humanos no habrá exaltado en gran parte a quien era susceptible de sobresaltarse? ¿No se habrá confiado mucho en dictadores por conveniencia evitando que la sociedad del país oprimido se reestructure, que aprenda a vivir en paz y democracia? ¿No se habrán hecho oídos sordos, con severa inacción, a las políticas retrógradas de países con petróleo para no perder buenos precios? ¿No fomentar las posturas moderadas, el aperturismo, el laicismo en la política y vida del Estado?

Preguntas y más preguntas.

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