Líos para Correa

Estos últimos meses no están viniendo todo lo sencillos que esperaría el Presidente de Ecuador. Las marchas en contra de sus políticas cada día se hacen más numerosas y en un mayor número de ciudades. Incluso ya se llama a este movimiento la 'Restauración Conservadora', que vendría a poner en un brete a su movimiento 'Revolución Ciudadana'.

Sus políticas sociales no están gustando a todos, quizás estos sean los que quieren aún un sistema de castas a la ecuatoriana. Algunos avances parecen meros brindis al sol, pero si uno escarba en la realidad de este país se da cuenta que son avances muy importantes como, por ejemplo, que el jefe de una empresa no pueda cobrar el suelo del que gane menos de su empresa multiplicado por 12 (o 20, no recuerdo bien). Parece una brutalidad de ganancias, pero si se implementa esta ley es que antes cobrarían muchísimo más.

Y le juega muy en contra a Correa su afán de protagonismo y la veda a los medios de comunicación que le sean críticos. Puertas afuera muchos miran sus políticas sociales con desconfianza, herederas de la Venezuela chavista y amparadas por el castrismo cubano. El propio Presidente llama a su postura 'socialismo cristiano' y muchos que han vivido en varias partes del mundo no creen en esas comparaciones: son políticas de izquierda, enfocadas en una mejora de las condiciones de vida de miles de ciudadanos que antes ni podían soñar con ellas. Incluso apostó por una reconstrucción de la matriz productiva, cómo convertirse de una potencia petrolera en una de energías renovables. Es más, Ecuador pone sus primeros pasos para investigar e innovar por su cuenta, para no ser un país mendicante de avances científicos de otras naciones.

Que no se asiente esto en parte en inversiones privadas hace que todo tenga que ir de la mano de impuestos más rígidos. Y las últimas polémicas han venido por las leyes de herencia y plusvalía. Tanto ha sido el conflicto que por ahora están apartadas, esperando una flexibilización y consenso en ellas. En el caso de las herencias directas planteaba casi un 48 % del total en impuestos al Estado. Las alarmas estallaron y las manipulaciones se hicieron cosa común. Lo cierto es que tal porcentaje no es para todo el mundo (ni siquiera algo menor), sino que solo afectaría a los más ricos, a menos de un 2 % de la población ecuatoriana. Las reticencias al avance o a nuevas ideas retrotraen a los años 60 y 90 del siglo pasado, donde la ignorancia prevalecía.

Correa tiene por delante meses difíciles, más sabiendo que la actual Constitución no le permite presentarse a un nuevo mandato. Muchos lo valoran en alto grado, pero incluso esos no desean que rompa las reglas constitucionales que se impuso. Esperemos que la cordura se imponga en todos los bandos.