domingo, 27 de mayo de 2018

Fin del trayecto para ETA

Agónica la muerte de la banda terrorista. Desde que en 2011 anunciaron su fin de actividad armada definitiva poco a poco la historia sangrienta de ETA ha ido quedando atrás, como si solo hubiese sido un mal sueño. Ya en abril de 2017 se hizo como una pantomima, o así me lo pareció, donde se entregó el arsenal que poseían. Pero bueno, en ese ínterin ni la sociedad vasca ni la española han flaqueado en su repulsa. No ablandó ningún corazón y finalmente se han disuelto.

Pero esto no ha de ser un paso final, sino el primer paso. Quedan por esclarecer cientos de delitos cometidos a manos de los terroristas, quedan muchos etarras por detener, juzgar y condenar. Y, sobre todo, queda mucho por hacer por restañar las heridas de un conflicto que ha durado décadas. Quedan víctimas, quedan familias deshechas, quedan muchos que opinan que sus ataques eran positivos en cuanto anhelaban el socialismo y la independencia. No sé si se seguirá con las políticas de alejamiento de presos o comenzarán tratos más favorables. Quizás se tienda ayudar a los presos arrepentidos y que están deseosos de purgar sus crímenes. No sé, queda mucho por hacer, aunque este paso ha sido enorme. Pensemos por ejemplo que siguen viviendo, probablemente, puerta con puerta víctimas y verdugos. Olvido y perdón quizás no sea el mejor movimiento, ya que ETA siguió anhelando que su lucha fuese entendida como algo ente iguales, ni vencedores ni vencidos, unos ideales contra otros (malas proclamas de Aznar y medios extranjeros cuando los trataron y tratan de organización separatista, como si se dedicasen a vender chapas para lograr conseguir lo que se proponen).

Su comunicado final, lleno de pataletas, pide perdón, pero solo a las víctimas colaterales. Es la queja típica de un niño chico que está obligado a disculparse cuando aún piensa que es el bueno de la historia. No van a conceder más, para ellos ya es humillación bastante pues se creen los portadores de la verdad. En mala hora han dejado a los independentistas que reclaman con pacifismo y democracia sus posturas.

Se han vertido muchos ataques por un lado y por otro. No es verdad que todos desean que ETA siga existiendo pero algún que otro ejemplo de gente que ha aprovechado el dolor para hacerse un hueco en política o mantener un negocio sí que ha habido. Esta es una mala imagen que ha de ser repudiada pronto y comenzar a planificar un nuevo futuro. Porque es verdad que sufrir se ha sufrido, y mucho. Las ideas ensoñadoras y románticas de lucha por la libertad que se dieron durante el franquismo fueron pronto refutadas por los mismos terroristas durante la Transición. Hubo momentos en que el hedor de las cloacas del Estado fue insoportable y esto no puede ser, ha de ser cortado de raíz este tema y depurado totalmente. Fuera del marco de la democracia y la Ley no es posible sostener a la democracia ni a la Ley. El Estado ha de ser sólido, con cimientos pulcros.

Sigamos confiando en la colaboración España-Francia, donde los afamados santuarios han sido identificados y controlados. Descubramos la existencia de armamento o zulos no declarados. Hagamos pedagogía sobre el mal que ha hecho ETA a España y, sobre todo, a Euskadi. Persigamos a los terroristas hasta que no quede ni uno en la calle y puedan arrepentirse más sinceramente entre rejas. Después, si eso, ya podrán decir lo que quieran.

Pero lo más importante de todo es que no olvidemos, por favor, no olvidemos. Esto no es del estilo 'esto fue hace mucho y no hay que vivir en el pasado'. Nuestra sociedad no se merece ese fin buenista.

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