jueves, 6 de enero de 2022

Histeria informativa

 Desde que viví en Argentina me acostumbré a ver poca televisión. Incluso llegó a parecerme lógico no tener tele. La verdad es que se gana como lector y se pueden ampliar horizontes. Se puede tener para conectarla al ordenador y a la consola pero sintonizar algo como que hace mucho tiempo.

Y en el fondo ayuda. Ha sido ir a la casa de mis padres para pasar las fiestas navideñas y empezar a acojonarme por todo. En especial Antena 3 le gusta generar una alarma impresionante. Y sobre todo por el tema de la pandemia. Sí, la cosa sigue; sí, hay que seguir cuidándose; no, generar la misma atmósfera que en marzo de 2020 no tiene sentido. Y ojalá fuese todo eso, pero los políticos vuelven a las mismas políticas infundadas (mascarillas en lugares abiertos y públicos cuando incluso la OMS advirtió que no sirve eso para nada si no hay concentración de personas, desinfectar toda superficie con aspersores y camiones cuando se ha demostrado hasta la saciedad que el virus, aunque sea pesado, se transmite mediante aerosoles) que no tienen ningún efecto, salvo el de indicar que están haciendo algo.

Todas las noticias sobre incidencia, sobre lo mal que lo hacemos todos, sobre el fin del mundo. Es lógico que quieran meter miedo, siempre vende mejor publicar noticias así. Siempre viene mejor tener a una sociedad preocupada y manejable. Ahora incluso tras los Estados de Alarma inconstitucionales ya se pasan la democracia por el forro y mediante ordenanzas municipales pueden confinar pueblos enteros e imponer toques de queda arbitrarios (el virus ataca sin importar la hora del día).

Repito, no hay que vivir un viva la Pepa y que se contagie todo quisqui, hay que seguir cuidándose. Pero otra cosa muy diferente es querer usar los mismos parámetros previos a la vacuna, como si el número de hospitalizados y fallecidos no hubiese bajado drásticamente gracias a las vacunas. Desde el minuto 1 decían que debíamos aplanar la curva para no saturar la sanidad. Lo hemos logrado, hay que actuar de manera diferente. Por eso me hace gracia el hincapié que hacen los telediarios sobre incidencias y despúes, corriendo como locos y en voz medio baja, indican que las hospitalizaciones, en cambio, bajan.

Incluso les ha salido rana la variante ómicron. La tenían (por venir de Sudáfrica) como la cepa contagiosa (verdad) y definitiva que nos iba a devolver al 2020 (mentira). Contagiosa es pero menos agresiva, los síntomas son menores y el porcentaje de hospitalizaciones se reduce mucho. Les ha jodido unos cuantos titulares, realmente. Y ahora se empecinan en generar algo de miedo con el flurona (gripe y Covid-19) pero al final es algo que ya se ha estado dando desde hace bastante tiempo. El terrorismo informativo ha de parar en algún momento. Además, por favor, haz caso a los investigadores de África, son tan buenos como los daneses que te van a dar la misma conclusión tres semanas después. Que se os escapa el racismo, chavales.

También otro tirón de orejas a los políticos. No puedes imponer las mismas restricciones que hacías antes de las vacunas porque indirectamente estás diciendo a la gente que las vacunas no han servido para nada (cuando sí han servido, y mucho). Al final, les estás dando la razón a los antivacunas y eso es lo peor que puedes hacer. Tampoco te puedes quedar de brazos cruzados cuando clamabas por activa y por pasiva que había que llegar a la inmunidad de rebaño: se ha hecho, y ahora, ¿qué? ¿Seguimos igual o actuamos en consecuencia? Otro tirón de orejas es que han pasado dos años y aún no se han puesto manos a la obra para elaborar los casos de emergencia sanitaria en un marco legislativo coherente. O sea, si el Estado de Alarma no puede abarcar medidas de restricción de libertades y sí el Estado de Excepción, pero este no contempla que se aplique en caso de calamidad sanitaria, algo hay que hacer. O reformular el Estado de Alarma para que sí se pueda restringir libertades (temporal y justificadamente) con este o reformular el Estado de Excepción para que sí incluya como supuesto de aplicación los casos de emergencia sanitaria. No, no, la Ley de Pandemias suena a ocurrencia de último momento y que si llega a ser promulgada va a nacer ya vieja y desfasada. Usemos las herramientas que ya tenemos, reformémoslas.

Y otro tirón de orejas a los políticos es que empiecen a dejarse de tonterías y de aplicar medidas arbitrarias e inútiles a cambio de no invertir ni un euro en la sanidad. Sí, esos sanitarios que tanto loaban y animaban a aplaudir a las 20.00 fueron despedidos malvadamente al final de la primera ola. Invierte en infraestructuras y material, invierte en contratar y pagar dignamente al personal sanitario. Fomenta las carreras relacionadas con la salud y hazlas atractivas. Forma buen personal y que esté bien motivado, garantízales los derechos laborales, como cualquier trabajador. Se me revuelven las tripas que en Andalucía se despidan 8000 sanitarios antes de la 6ª ola y ahora clamen a jubilados para que vuelvan ad honorem a suplir la escasez de sanitarios que tú mismo has provocado.

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