Caminata desde Moralzarzal hasta este tranquilo pueblo madrileño. Al recorrerlo había una mezcla entre casas de toda la vida de familias que no habían salido de ahí y caserones de gente que ha remodelado el solar de sus ancestros y lo han convertido en chalet de fin de semana.
Llegamos hasta el parque del pueblo con sombra y rosales, lugar para descansar un rato y ver la sierra antes de emprender el retorno y pasar por una curiosa fuente con un motivo alegórico a las cantareras de antaño.
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