martes, 15 de noviembre de 2011

Un nuevo retorno al 15 de noviembre

Como cada cumpleaños vengo a hablar de situaciones que no están plenas de felicidad y albricias. No todo el mundo está día a día celebrando cosas y pasándolo bien. Sé que hay muchos países por comentar y que de un año a otro puede que se me olviden. Dictaduras africanas y de Oriente Medio, que da para hablar largo y tendido. Del capitalismo y España pasé a Guinea Ecuatorial, terminando hace un año con Bielorrusia. Y ya prometí que escribiría sobre Cuba. El Estado que ocupa toda la isla de su mismo nombre (excepto el enclave estadounidense de Guantánamo, donde se llevan a cabo excecrables torturas y detenciones ilegales).

La historia de Cuba nunca ha sido de flores. Tras la conquista española, se convirtió en un punto de referencia comercial entre Europa y América, de tal grado que los españoles la llamaron la Perla del Caribe. Pero aun así no tenía estatus de provincia española tal cual y en el último tramo del siglo XIX se desencadenaron guerras independentistas. Dos guerras en la Restauración hicieron que ganara más peso en la política española como región administrativa y a pesar de la oposición caciquil se planteó una abolición de la esclavitud. Pero este acercamiento llegó tarde y entró en la órbita de la pujante Estados Unidos, que tenía unas ansias voraces de convertirla en su colonia. Tanto que acusó a España de una bomba que habían colocado ellos mismo en el tristemente famoso acorazado Maine. La diferencia de potenciales de las Armadas basculó pronto y a finales de 1898 Estados Unidos se quedó con Cuba para secarle las entrañas. Afortunadamente, Cuba ganó su independencia en 1902.

La democracia duró poco entre dictadura y dictadura, llegando al cúlmen de Batista. La situación era tan insostenible que Fidel Castro recluta a desencantados y fieles al comunismo para derrocar a Batista. Lo lograron. Muchos sospechosos de estar a favor del régimen fueron ejecutados por el Che Guevara en la famosa Cabaña. Aún es difícil conciliar esta actuación con los postulados de hermandad y buenas acciones que clamaba el argentino. Estados Unidos tuvo miedo de tener el comunismo a sus puertas, que la Unión Soviética pudiese catapultarse en la isla para destruir su país. La histeria alcanzaba su clímax en estos años de la Guerra Fría. El bloqueo y la crisis de los misiles nucleares han sido golpes duros para los cubanos, sumado a los intentos de invasión estadounidenses y atentados contra la vida de Castro. Este mismo, con el tiempo, mientras ganaba en poder y riqueza ha ido sumiendo al pueblo cubano hasta la desesperación. El bloqueo internacional es aborrecible porque lo pagan los de siempre, los menos poderosos. Los que tienen el poder poco pierden. Y creo que cuando desaparezca el bloqueo los cubanos verán que poco cambian las cosas y que Castro está detrás de la opresión total que corta los medios de comunicación informáticos y destina casi todo lo de valor a los turistas encerrados en circuitos predefinidos.

La idea de partido único y el ahogo a la oposición han ido a más. Yoani Sánchez escribe a tientas, las Damas de Blanco son golpeadas y humilladas periódicamente. Fariñas está en la cárcel cada pocos días. Los opositores católicos, arrinconados. Un país que se jacta de una buena educación y medicina y que viven en una bella isla regida por un socialismo demócrata deberían saber que a la oposición se le enfrenta con palabras y hechos, no con bombas de humo de que todos están a sueldo de la CIA. Con la URSS desaparecida muchos han salido de la isla (si podían) para hacerse un hueco en un lugar que respetase sus ideas y ganas de triunfar en la vida fuera de la sombra del partido y del Estado que puede controlar tus acciones. Venezuela y Bolivia han aparecido milagrosamente para cederles recursos petrolíferos, pero parece que no basta, porque hospitales y medios de transporte aún dejan mucho que desear. Las timoratas aperturas tecnológicas y compra-venta de edificios de Raúl Castro (el segundo de la dinastía) no han convencido a nadie. La Unión Europea tiene una política muy estricta en cuanto a reclamar aperturas democráticas y al respeto a los disidentes pacíficos del régimen (que puedes ser encarcelado y exiliado por tus ideas), pero España tiene unos intereses muy raros de ayuda y alabanzas contra el régimen que han desencantado a muchos. Las últimas alianzas internacionales españolas han terminado en descrédito, ya sea de los antiguos aliados como de estos nuevos aliados, que por mucha ayuda y buenas acciones seguimos siendo ninguneados en cada alocución pública.

Solo quiero este día un par de cosas para Cuba: que termine de una vez por todas el feroz bloqueo y que los propios cubanos puedan entrar en democracia real y opinar libremente si les conviene una dictadura de partido único que mira más a los extranjeros con divisas que a sus compatriotas.

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