domingo, 13 de octubre de 2013

Turbulenta política andaluza

Momento complicado que sufre la política española, tanto a nivel nacional como a nivel autonómico, pasando por municipios y diputaciones. En mi querida Andalucía la cosa está muy candente. Los ERE, el famoso Expediente de Regulación de Empleo, está salpicando todos los niveles de gobierno andaluces y en un intento desesperado la propia Junta se acusa a sí misma.

Lo del fondo de reptiles viene de tiempo atrás, en 2001 la Junta inició el envío de sumas de dinero a empresas que no podían llevar a cabo con solidez los ERE. Pero bajo un intento de ayudar a garantizar que se cumpliesen los requisitos monetarios en estos supuestos, parece que hubo muchos pagos de prejubilación a gente que nunca había trabajado en las empresas afectadas. Es más, se dio dinero a empresas que no estaban realizando un ERE y a personas que no habían creado ninguna empresa a la fecha del cobro. Una desfachatez, vamos. Y más si contamos con el punto del desvío de fondos para pagar a miembros de la Junta que actuaban como intermediarios, como ya surgió en el caso Mercasevilla, donde personas en nombre de la Junta pedían la mitad de la subvención para ganar otra para cursos de formación.

El propio Parlamento andaluz ha creado una comisión para llegar al fondo del asunto, pero quien está moviendo cielo y tierra es la juez Mercedes Alaya que paso a paso como que ya lleva 200 imputados (o futuribles imputados) y ha abierto además el caso Heracles sobre comisiones ilegales. Paso a paso y con la ayuda de la Guardia Civil ha sacado a la luz muchos hechos y que antes de ser juzgados, tienen que entrar en el velo de la presunción de inocencia. Esta juez estrella está siendo apoyada por la oposición popular, pero me lo juego todo que si las tornas hubiesen sido diferentes, estos mismos que la aplauden pedirían su cabeza. Y viceversa, por supuesto. Valencia es un nido de ratas y allí sí que se quejan de la Justicia, a la cual intenta meterle mano y politizarla como sea.

Claro, que los diputados estén aforados dificulta un poco bastante el proceso, pero la sombra de la sospecha llegó incluso hasta Magdalena Álvarez, un hijo de Ruiz-Mateos y el teniente de alcalde sevillano. Un elenco total aderezado con antiguos jugadores de fútbol y una candidata del Partido Popular. ¡No se me olvida! Los sindicatos más influyentes de España también parece que han cobrado por cursos que no se han dado y se han forrado. Comportamiento inaceptable que termina desgastando aún más la buena misión que han de tener los sindicatos: como sigan mucho tiempo así terminará la gente por creer que son una lacra y han de eliminarse, dejando la amenaza patronal sin freno para hacer lo que siempre desearon.

El presidente Griñán, en un acto desesperado, se ha visto forzado a dimitir de su cargo y en unas primarias 'a la búlgara' eligieron candidata para la sucesión que convalidó rápidamente el Parlamento. Y es que Alaya siempre ha estado buscando sentar en el banquillo a Griñán y a Chaves, ya sea obligadamente o de motu proprio. Creo que está muy lejos de conseguirlo, puesto que mientras sigan en el chalaneo y mantengan el aforamiento poco se les puede hacer. Griñán siguió los pasos de su mentor Chaves y justo después de ser elegido Presidente deja el cargo. Aunque no estoy de acuerdo con el comportamiento infantil que dice que hay que volver a hacer elecciones si cambia el Presidente, porque desconocen (u omiten) cómo se organizan las cosas en un régimen parlamentario. Demasiadas películas Made in USA me parece...

Juan Antonio Griñán dimitió del cargo para evitar seguir salpicando más al Gobierno, pero eso no ha evitado que muchos antiguos consejeros hayan quedado imputados. Su rápida obtención del acta de Senador hace que las sospechas se refuercen en una autonomía con un aparato de estructuras bien fijadas tras tantas décadas, aunque no creo que la oposición se decida a airearlas, sino a aprovecharse de ellas y usarlas para su beneficio, con la consabida vuelta a empezar. Ahora lo que hay que hacer es dejar a la Justicia que siga su curso. Abucheos o aplausos me parecen que son indicadores de poca mentalidad democrática. Que hagan el trabajo que tengan que hacer y que entre en la cárcel quien tenga que entrar. Solo así los políticos van a ver su sillón desbalanceado y se verán forzados a crear leyes que les aten las manos. Y vital, que gente seria y comprometida deje de quejarse en la barra del bar con sus amigos y que se apriete el cinturón y acceda a la política, ya que siempre he creído que solo trabajando desde dentro se cambian de verdad las cosas. Verle las tripas al monstruo te hace identificar sus puntos débiles y cómo aprovecharlos para un buen fin.

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