Ya que estábamos en Gredos, y habiendo escuchado tanto sobre esta localidad, no tuvimos más opción que coger el coche y acercarse. El camino desde Arenas de San Pedro da la impresión que te aleja de las elevaciones (incluso el ancho de la carretera mejora) y se ven con mayor claridad las llanuras.
Con el calor que había no nos dio para recorrer el casco histórico, con sus casas de vigas de madera. Íbamos a lo típico, a encontrar una poza y darnos un chapuzón. Lo que pasa es que las pozas más cercanas y más grandes, donde se ve la sierra con una pinta espectacular, no debajan la entrada de animales.
Así que compramos unas ricas empanadas y nos las comimos sentados cerca del puente viejo de la Garganta de Santa María e iniciamos el camino hacia Extremadura.
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