domingo, 9 de agosto de 2020

Diario de Viaje: Poyales del Hoyo (Julio de 2019)

En esta parte de Gredos poca localidad tocamos, sino más bien caminamos entre monte en senderos sinuosos que nos llevaban a lugares alejados e interesantes de recorrer. Es verdad que el calor allí, aunque hay, está bien mitigado y la cabaña en la que parábamos era fresca y a la noche podías ver las estrellas como hacía tiempo no lo hacía. Un buen lugar para descansar, para recargar energías y no preocuparse mucho de horarios ni nada por el estilo.

Fuimos dos veces a la garganta del río Arbillas. Una vez fue por abajo, atravesando un puente del siglo XVIII, creo recordar. De ahí hubo que hacer malabares y atravesar un edificio casi derruido para llegar a la piscina natural envuelta por la cascada. Un sitio espectacular, agua fría y buena sombra. Y sin la presencia de mucha gente. En verdad la gente andaba en la parte superior, a la que fuimos al día siguiente. Se forman muchas pequeñas y profundas pozas por las que poder refrescarse. Un lugar ideal y que tiene lugares para hacer caminata por el bosque

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